El presidente chino asegura que su país y Estados Unidos «deben hacer esfuerzos por la paz mundial»
LUCAS DE LA CAL / Pekín / EL MUNDO
¿Continuará Pekín compartiendo el discurso de Moscú en su enfrentamiento con Occidente o dará prioridad a las buenas relaciones económicas que tiene con la Unión Europea? Había muchas expectativas sobre si la esperada videollamada de este viernes entreXi Jinping y Joe Biden marcaría un punto de inflexión en la ambigua posición de China en la guerra en Ucrania.
Según recoge la primera lectura china de una conversación que ha durado casi dos horas, Xi señaló que «la crisis de Ucrania es algo que no queremos ver. El conflicto y la confrontación no benefician a nadie, y la paz y la seguridad son los tesoros más preciados de la comunidad internacional». El presidente chino, al igual que en anteriores declaraciones en torno a lo que ocurre en Ucrania, sigue evitando hablar de guerra o de invasión.
«Como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y siendo las dos economías más grandes del mundo, China y Estados Unidos no sólo deben guiar sus relaciones por el camino correcto, sino también asumir su parte de las responsabilidades internacionales y trabajar por la paz y la tranquilidad mundial», continuó el líder chino, que instó a Estados Unidos y a la OTAN a entablar «un diálogo con Rusia y resolver las preocupaciones de seguridad tanto de Rusia como de Ucrania».
Xi cargó contra las sanciones de Occidente hacia Moscú, definiéndolas como «integrales e indiscriminadas». El presidente chino aseguró que, si continúan, desencadenarán una «grave crisis en la economía mundial» y que es necesario mantener la calma y la racionalidad. «La máxima prioridad ahora es continuar el diálogo y la negociación, evitar víctimas civiles, prevenir crisis humanitarias y cesar el fuego y la guerra en una fecha próxima. China ha estado haciendo todo lo posible por la paz y seguirá desempeñando un papel constructivo», apuntó Xi.
La transcripción de la conversación hecha por la agencia estatal china Xinhua continúa asegurando que Biden le expresó a Xi su voluntad de comunicarse con la parte china para evitar que la situación en Ucrania se intensifique. Según Xinhua, Biden dijo que las relaciones entre EEUU y China se encuentran «en un momento crítico», pero que su país no busca «una nueva Guerra Fría», ni tampoco «un conflicto con China», por lo que no apoya la «independencia de Taiwan».
La llamada entre Xi y su homólogo estadounidense se produjo cuatro meses después de su última cumbre virtual y es la primera conversación directa entre los dos líderes desde la invasión rusa de Ucrania. «Estados Unidos está dispuesto a tener un diálogo sincero, fortalecer la cooperación, gestionar eficazmente la competencia y adherirse a la política de una sola China. Estoy dispuesto a mantener una estrecha comunicación con el presidente Xi Jinping para dirigir la relación entre ambos países», sostuvo Biden.
Por su parte, siguiendo en la lectura china de la charla, Xi dijo que «Estados Unidos ha malinterpretado y juzgado mal» las intenciones estratégicas de China. «La clave es gestionar nuestras diferencias. Una relación chino-estadounidense estable y en desarrollo es beneficiosa para ambas partes», instó el presidente chino.
ALIVIAR LA TENSIÓN
Durante todo el viernes, Pekín fue calentando las horas previas a la charla entre los líderes. Primero, con un portavoz del Ministerio de Exteriores que lanzaba los primeros dardos a Washington. «Estados Unidos debería reflexionar sobre el papel que ha jugado en la crisis de Ucrania, asumir responsabilidades con seriedad, tomar medidas concretas para aliviar la tensión y resolver el conflicto en lugar de echar leña al fuego», dijo Zhao Lijian, el habitual portavoz en las ruedas de prensa diarias en el ministerio.
Después, un buque de guerra chino, el portaaviones Shandong, pasó por el Estrecho de Taiwan. Desde la isla autónoma, que cuenta con el respaldo de Estados Unidos, pero que China considera una provincia separatista, enviaron también a dos buques para vigilar la situación.
El tercer movimiento previo a la videollamada fueron unas declaraciones anónimas de un funcionario chino afirmando que su país nunca aceptará las «amenazas y la coerción de EEUU sobre el problema de Ucrania». No es casualidad que el testimonio lo recoja el Global Times, un medio oficial controlado por el Partido Comunista chino, que se edita en inglés y es el más ruidoso y popular fuera del país asiático.
Un cuarto detalle a tener en cuenta fue que, minutos antes de empezar la reunión virtual, los canales estatales chinos comenzaron a publicar en Twitter, red social censurada en China, que el encuentro entre Biden y Xi se hacía a petición de la parte estadounidense.
«CHINA SE ESTÁ MOVIENDO EN LA DIRECCIÓN OPUESTA»
En Pekín, algunos de los veteranos diplomáticos de las embajadas europeas con las que se puso contacto el viernes este periódico, creen que los inusuales gestos de China antes de la importante videollamada fueron una respuesta a los mensajes que lanzó el jueves desde Washington el secretario de Estado Antony Blinken, que reiteró la preocupación de su Gobierno de que China esté considerando ayudar directamente a Rusia con equipo militar para usar en Ucrania.
«Parece que China se está moviendo en la dirección opuesta al negarse a condenar la guerra de Rusia contra Ucrania, mientras busca presentarse como un árbitro neutral. Será responsable de cualquier acción que tome para apoyar la agresión de Rusia, y no dudaremos en imponer costos», dijo Blinken.
Este mismo viernes, la revista Politico publicaba, citando a un alto funcionario de la UE, que los líderes europeos supuestamente poseen «pruebas muy confiables» de que China está considerando la posibilidad de brindar asistencia militar a Rusia, siguiendo la línea de las notas publicadas esta semana por el Financial Times, que recogió un cable diplomático estadounidense que sugería que China había expresado cierta predisposición para proporcionar asistencia militar y financiera solicitada por Moscú.
La videollamada también ha llegado cuatro días después de una reunión de siete horas en Roma entre el asesor de seguridad nacional de EEUU, Jake Sullivan, y el diplomático chino de mayor rango, Yang Jiechi. Durante aquella reunión, Sullivan ya advirtió a Yang sobre las «implicaciones y consecuencias potenciales» para China en caso de que brinde apoyo a Rusia.
Desde Pekín negaron que estén pensando enviar algún tipo de ayuda militar a Rusia, reiterando que siguen sin tomar partido en la guerra. Durante los últimos días, muchos analistas comparten el análisis de que China no se dejará arrastrar a la guerra rusa ayudando a Moscú, dado que tal acto podría hundir la economía de un país que prioriza sobre todo la estabilidad y el desarrollo de cara a convertirse en pocos años en la primera economía mundial.
Los líderes de las dos primeras potencias mundiales llevan tres semanas moviendo sus fichas en la ofensiva diplomática que se está cociendo al margen de la guerra en Ucrania. Biden ha mantenido conversaciones con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski y con los principales aliados de Washington, mientras que Xi Jinping habló con Putin el 8 de marzo, y más adelante con sus homólogos alemán y francés, Olaf Scholz y Emmanuel Macron.
China sigue aferrada al complicado acto de equilibrio de no condenar la invasión de Putin, pero tampoco respalda el ataque. De cara a la galería internacional mantiene una posición que considera neutral, aunque la narrativa que lanza a su público se balancea a favor de su socio ruso. Por un lado, enfatiza en el respeto a la soberanía de Ucrania, pero repite una y otra vez que considera legítimas las preocupaciones de seguridad de Rusia sobre la expansión de la OTAN hacia Europa del Este. No sale de esa contradicción.
PRESIÓN PARA QUE CHINA MEDIE
Los gobiernos europeos han intensificado la presión hacia China como potencial pacificador gracias a la estrecha relación entre Putin y el presidente Xi. El papel de China como posible mediador se aceleró la semana pasada. Más de palabra que de acción porque aún no hay señales reales de que esté activo en ese propósito.
Desde el martes, tras la reunión entre Sullivan y Yang en Roma, algunos diplomáticos chinos han hecho pequeños gestos en dirección opuesta a los intereses de Putin, aunque los medios de Pekín siguen comprando la narrativa de Moscú.
Qin Gang, embajador chino en Estados Unidos, escribió una columna en el Washington Post asegurando que China habría hecho todo lo posible para evitar la guerra en Ucrania si hubiera sabido de ella. Un comentario que se entiende como una respuesta a los diferentes informes de medios internacionales que apuntaron a que Pekín tenía conocimiento previo de la acción militar de Rusia y exigió que Rusia la retrasara hasta que terminaran los Juegos Olímpicos de Invierno.
El jueves, el embajador chino en Ucrania lanzó un mensaje a sus anfitriones: «Siempre respetaremos su estado». El mismo día, el periódico alemán Bild informó que el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, se dirigía a Pekín para una reunión con su homólogo chino. En cambio, sin dar ninguna explicación, dio la vuelta en su avión y regresó a Moscú.
Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2022/03/18/62349aa0fc6c8395388b45d0.html