Londres celebra el genio camaleónico del artista en todas sus facetas
RERESA SESÉ / Londres / LA VANGUARDIA
Rafael fue visto por sus contemporáneos como el artista perfecto, a la vez sensual y espiritual. Descrito como un maestro cuando aún era un adolescente, vivió deprisa y, como una estrella del rock, murió joven y famoso, con solo 37 años, agotado por el trabajo o, como insistía el chismoso historiador del arte del siglo XVI Giorgio Vasari, por una sobredosis de sexo. Fue llorado como un santo y cinco siglos después no cuesta entender por qué sus contemporáneos lo adoraban. La perfección no siempre ha jugado a su favor en las corrientes de la historiografía, pero su humanidad y su sentido de la vida son contagiosas. Se suponía que el 2020 iba a ser el año de su redescubrimiento, cuando el mundo iba a conmemorar los quinientos años de su muerte, pero el año de Rafael se convirtió en el año del coronavirus, otra de las muchas pandemias con las que le tocó convivir y que formaron parte de la vida durante el Renacimiento.¿Quieres recibir gratis la newsletter de Libros?¡Sí, quiero!
Artista de talento precoz, vivió deprisa y, como una estrella del rock, murió joven y famoso, con 37 años
Vencida por la covid, la gran exposición de las Scuderie del Quirinale de Roma cerró sus puertas tres días después de la inauguración, y la National Gallery tuvo que aplazar la suya, que ahora llega con dos años de retraso en un momento en el que Londres se ha quitado ya la mascarilla y los museos cuelgan el letrero de “sold out”. “Leonardo da Vinci nos promete el cielo”, dijo Picasso. “Rafael nos lo da”. Y Gabriele Finaldi, el director del museo de Trafalgar Square, añade que su “visión vibrante y optimista continúa siendo una utopía aspiracional atractiva y tranquilizadora”, especialmente ahora, cuando “hemos tomado conciencia de nuestra fragilidad como individuos y como pueblo, cuando se desafían las ortodoxias tradicionales y hay una atomización de nuestras sociedades antes más compactas”.
Artista de talento precoz, vivió deprisa y, como una estrella del rock, murió joven y famoso, con 37 años
The Credit Suisse Exhibition: Raphael , que así se titula la exposición que se inaugura el sábado (hasta el 31 de julio) representa en si misma un esfuerzo de titanes. Una antológica de Rafael siempre es una rareza. Los frescos del Vaticano no pueden viajar y los museos que tienen la suerte de poseer algunas de sus pinturas son reacios a prestarlas. Pero la pandemia primero y la guerra de Ucrania después han dejado en tierra a muchos de los aviones que sobrevolaban nuestra cabezas cargados de obras de los maestros antiguos. Sin embargo, precisa Finaldi, “hemos sido testigos de una verdadera solidaridad entre los museos y el compromiso que habían adquirido antes de la covid se ha mantenido. Los Uffizi, el Louvre, la Galería Nacional de Arte de Washington y el Prado han cumplido sus promesas”. Solo el Hermitage de San Petersburgo paralizó recientemente el traslado de su Sagrada Familia. La National Gallery, por su parte, ha rebautizado un cuadro de Edgar Degas: Bailarinas rusas ha pasado a llamarse Bailarinas ucranianas. “Tengo muchas esperanzas de que una resolución del terrible conflicto en Ucrania permita retomar las relaciones culturales e institucionales normales entre los museos europeos y rusos. Pero no lo veo inminente”, lamenta Finaldi.
La exhibición londinense muestra por primera vez a Rafael fuera de Italia en todas sus facetas. La de un artista multidisciplinar y un genio camaleónico que fue pintor, dibujante, arquitecto, diseñador, poeta… Y lo hace a través de cerca de noventa obras que a través de un recorrido cronológico en el que podemos seguir su viaje desde Urbino, donde obtuvo consideración de maestro con 17 años, y su llegada a Florencia, escenario en el que sus Madonnas comienzan a mostrar rasgos hasta entonces desconocidos en el arte religioso, dulces y conmovedoramente humanas y amorosas, dejando a su pequeño hijo que jueguen con su pelo con su larga melena o rozando su mejilla con la suya. Como recuerdan los comisarios, él mismo era huérfano desde los 11 años, cuando perdió a su padre (también pintor). Su madre había muerto tres años antes.
Su “visión vibrante y optimista” resulta tranquilizadora” en el mundo actual, dice Gabriele Finaldi
Rafael admiró a Leonardo da Vinci y a Miguel Ángel, solo ocho años mayor que él, con quien más tarde tuvo una relación tormentosa y competitiva. Aprendió de ambos, y los observó de cerca, e incluso creó su propia Mona Lisa, La Muda , a la que añade sentimiento y una dulzura especial. La misma que puede verse en sus ojos en un autorretrato al principio de la muestra; más adelante lo volveremos a ver junto a Giulio Romano, su cómplice de aventuras y su alumno más brillante, a quien retrata en actitud afectuosa: la mano del artista apoyada sobre el hombro del joven pupilo, que se gira para mirarlo con admiración. Y con ese gesto nos invita a que lo miremos también a él.
Rafael nunca deja de dibujar ni de aprender. Ya en su etapa romana, se muestran unos dibujos de las cabezas y las manos de dos apóstoles, que se cree que se realizó semanas o incluso días antes de su muerte, y también un desnudo femenino que está considerado el primero tomado de la vida real, interesado más en mostrar los movimientos de una mujer de carne y hueso que un ideal de belleza. Artista favorito de los papas (entre las muchas curiosidades, hay una carta dirigida al Papa Leon X informándole sobre su investigación sobre los restos antiguos de Roma), Rafael se convirtió al mismo tiempo en un símbolo de la lujuria gracias a Vasari, quien cuenta la anécdota de que su pasión por Margherita Luti, la Fornarina, era tal que cuando el banquero sienés Agostino Chigi le encargó un fresco para Villa Farnesina, en Roma, tuvieron que instalarle una cama para que pudiera finalizar su trabajo sin desatender sus obligaciones sexuales. Su última obra fue precisamente el sensual retrato de su amante, con los pechos desnudos, la barriga cubierta por un velo translúcido, la mirada cálida, sonriendo en silencio.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/cultura/20220406/8181917/tutto-rafael.html#foto-3