Los Periodistas

Tu pareja rompe contigo pero te presta atención en la redes: el orbiting y sus (nefastas) consecuencias | Yo Dona

¿Te ha dejado, pero da likes a tus publicaciones? ¿Reacciona a tus stories y jamás te envía un mensaje directo? ¿Aparece meses después de la ruptura y, de repente, comparte tu contenido como si fuera un fan? Es muy posible que estés sufriendo ‘orbiting’. Romper una relación y continuar dando migajas de atención a través de las redes sociales es un comportamiento tóxico y destructivo.

LOOLA PÉREZ / YO DONA

Los patrones disfuncionales en las relaciones no son algo propio del siglo XXI. Hace 50 años, el matrimonio se presentaba como una bomba de oxígeno para salir del entorno familiar, como la única opción viable para no levantar sospechas sobre la propia condición sexual o como un destino plagado de mitos sobre el amor, la sexualidad y el compromiso. En la actualidad, uno de los patrones disfuncionales más recurrentes está ligado a la idea del fastlove, que entiende las relaciones románticas como un objeto de consumo.

Las generaciones anteriores jamás tuvieron que enfrentarse al ghosting o a una dolorosa y extraña ruptura vía Whatsapp. Sin embargo, es más que probable que tanto tú como las personas de tu entorno hayan tenido que lidiar con estas situaciones. Como ya sabes (y si no es así, ¡ya puedes ir tomando nota!), se trata de comportamientos tóxicos y que a menudo se relacionan con la inmadurez emocional, el narcisismo o una falta de educación sexual (sí, has leído bien: porque la educación sexual también tiene como objetivo aprender a vincularnos y desvincularnos de forma ética; y por tanto no se reduce al conocimiento y desempeño de las prácticas eróticas o a cómo se pone un condón).

Ruptura, pero no del todo

Un fenómeno muy similar al ghosting y que se ha convertido lamentablemente en habitual es el orbiting. Bajo este calificativo se conoce al comportamiento en el que una persona, tras romper contigo, continúa deleitándose con tus stories de Instagram, dando ‘me gusta’ a tus publicaciones y aun, se atreve a comentar o compartir tu contenido. Esto es, esa persona decide cortar toda comunicación contigo porque, por el motivo que sea, no quiere seguir conociéndote, pero elige también estar presente en tus redes sociales. ¿Por qué resulta tan incómodo y, para qué negarlo, maleducado? Porque esa persona se niega a tener un contacto directo contigo, incluso es posible que ni siquiera haya querido tener una conversación incómoda (y madura) sobre los motivos de vuestra ruptura.

La tecnología es un elemento ineludible en este contexto. Pero esto no quiere decir que haya que demonizarla o idealizarla. De la misma forma que las apps de citas y las redes sociales facilitan la conexión con una persona ajena a nuestro entorno, también son utilizadas por el ser humano para deshumanizar al otro. De modo que no importa tanto el aparato como las motivaciones y competencias sociales de quien lo pilote.

¿Cómo son quienes hacen orbiting?

Aunque no hay un perfil único, sí que hay factores comunes. Las personas que hacen uso del orbiting pueden poseer rasgos de personalidad narcisista, mostrar una necesidad de aprobación y admiración, tener escasas habilidades de gestión emocional, pretender que el otro sea su plan B o mantener la creencia de que tal comportamiento es inocuo para los demás, pues lo ha normalizado («no es para tanto, lo hace todo el mundo»).

Evidentemente, lo que resulta dañino y maleducado no dejada de serlo por el hecho de que cada vez más personas utilicen el orbiting. Eso jamás debería ser excusa para no asumir que esa forma de relacionarse es poco ética e injusta.

Los efectos del orbiting

Como puedes imaginar, cualquier patrón disfuncional en las relaciones puede tener consecuencias demoledoras para la autoestima, el equilibrio físico y la creación de nuevas relaciones. El orbiting no es la excepción. En muchas ocasiones, la incertidumbre y confusión que genera este comportamiento puede ser mayor que el malestar que genera ser víctima de ghosting.

No querer tener una relación contigo y, sin embargo, no desparecer de tu vida digital (que también es tu vida real) resulta francamente contradictorio. De hecho, suele motivar la siguiente pregunta: si todavía busca mi atención, si todavía está interesado en saber de mi vida a través de las redes, ¿acaso no seguirá sintiendo algo? ¿Se habrá arrepentido? ¿Querrá que retomemos lo que teníamos, pero más adelante? Cuando la persona no tiene la intención (o habilidad) de cerrar un vínculo de forma sana, la consecuencia es que tú te veas atrapada en una no-relación, en un vínculo que no va a ninguna parte.

La perspectiva de la vuelta

El hecho de que la otra persona dé señales de vida alimenta la expectativa de que vuelva o de que sigue sintiendo algo profundo por ti. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La ausencia de comunicación directa manifiesta otras faltas: la falta de compromiso hacia vuestro vínculo y la falta de responsabilidad afectiva, pues no valora el impacto de sus actos en tu salud mental.

El orbiting también funciona como refuerzo intermitente. Tras la ruptura, podemos sentir cierto placer al observar que alguien no puede olvidarnos, que necesita saber cómo estamos o en qué estamos invirtiendo ahora nuestro tiempo. Nuestro cerebro se acostumbra a las interacciones digitales de esa persona, a esos likes que son imprevisibles, pero que quizá puedan aparecer cada cierto tiempo… En esta dinámica de tira y afloja, nos quedamos enganchados y ante ello, aflora la ansiedad y la frustración.

Si te encuentras en un momento de duelo por la ruptura, el proceso de recuperación se hace más difícil. ¿Cómo aceptar que el vínculo se ha roto si esa persona continúa dejando pistas y migajas en tu vida? ¿Cómo olvidar a quién sigue apareciendo de forma inesperada?

Cómo hacer caso omiso

Más en YoDonaZapatos con forma de pene, el sorprendente gesto de María Iborra para recordar a Verónica Forqué10 vestidos de invitada para una boda de día en 2023 que son un look perfecto

Aunque no existen recetas mágicas para evitar que una persona te haga orbiting, sí tenemos a nuestro alcance varias estrategias para que su comportamiento no acabe por intoxicarnos, robarnos la paz mental y hacernos dependientes: admitir la ruptura y optar estrictamente por el contacto cero.

Lo ideal es comunicarle a esa persona tu decisión antes de desaparecer. Es decir, es importante que le transmitas claramente por qué decides cortar toda posibilidad de interacción y tu necesidad de obtener sosiego con esa acción. De esa forma, obtienes cierto control sobre la situación y una sensación de cierre. Recuérdalo: quien te quiere, quien te valora, te brinda seguridad en el proceso de vinculación y no desmerece tu salud emocional.

Fuente: https://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2023/01/20/63c7e205fc6c8313798b4587.html

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio