En colaboración con Ministry of Culture of the Republic of Azerbaijan / EURONEWS
La histórica ciudad de Sheki, en la Ruta de la Seda, en Azerbaiyán, ha sido durante mucho tiempo un centro de producción de seda. Y es especialmente famosa por sus pañuelos para la cabeza, llamados kelaghayi. Su fabricación es un proceso minucioso que exige destreza y mucha materia prima.
«Nuestra empresa lleva funcionando desde principios del siglo pasado. Tenemos un ciclo completo de producción de seda, desde la materia prima hasta los pañuelos kelaghayi. Un capullo produce unos mil metros de hilo de seda, y se necesitan más de mil capullos para hacer un pañuelo kelaghayi», relata Zaur Yakubov, director de la fábrica AzerIpek.
Los capullos se introducen en agua hirviendo para ablandar y disolver la goma protectora que los mantiene unidos. Este es un paso crucial en el proceso de producción, ya que garantiza que no se dañe la continuidad de los hilos. A continuación, cada hilo se desenrolla del capullo en largas hebras individuales, que se enrollan en una bobina.
Aunque el proceso está completamente automatizado, sigue siendo supervisado por una persona. Teñir el material a mano requiere habilidad y delicadeza para llevar a cabo el proceso. Los fabricantes de kelaghayi utilizan esencias de color naturales, como el agracejo, la manzana silvestre, el azafrán, la grosella y el zumaque.
Los pañuelos se tienden para que se sequen. Y, luego, se decoran con motivos ‘especiales’, la parte más importante de cualquier kelaghayi. En el pueblo de Baskal, Abbasali Talibov, artesano de la fabricación de kelaghayi, de cuarta generación, es uno de los pocos que aún conserva este tipo de artesanía.
Los motivos del kelaghayi se realizan con sellos de madera llamados galib y están hechos con peras, nueces y manzanas silvestres. Aunque las modas siempre cambian, los patrones han permanecido intactos durante siglos. Los motivos se inspiran en las plantas y las formas geométricas, siendo especialmente popular el diseño ‘paisley’.
Hayat Khalilova diseña y vende pañuelos en su tienda de Bakú. Explica cómo saber si un kelaghayi es auténtico.
«Los auténticos kelaghayi de Azerbaiyán deben pasar por un aro. Vamos a probarlo juntos y ver si realmente lo hace. Como pueden ver, este pañuelo de seda pasa fácilmente por la anilla. Así que… ¡Es auténtico!», explica Hayat Khalilova, diseñadora de pañuelos kelaghayi y propietaria de una tienda en la que se vende este tipo de artículos.
Los visitantes de Baskal pueden ver el proceso de producción y participar en la elaboración de pañuelos. ¡Y rara vez se van del pueblo sin comprar uno!
«Vivo en Ginebra desde hace más de 15 años. Me gustaría llevar algo único para mi suegra. El kelaghayi representa realmente a Azerbaiyán, es tan original y tan bonito que es, realmente, el regalo perfecto», señala Ulduz Akperova, turista procedente de Suiza.
«He visitado Baskal, donde se producen hermosos pañuelos kelaghayi. Me encantó lo que vi, porque en Baskal esos pañuelos los hacen los hombres. Ellos hacen los pañuelos como regalo para las mujeres, con sus propias manos», turista procedente de Rusia.
En 2014, la UNESCO reconoció la importancia de los bonitos y, a la vez prácticos kelaghayi, al incluirlos en su lista de patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Fuente: https://es.euronews.com/2021/05/20/tradicion-y-arte-con-seda-en-la-elaboracion-de-panuelos-kelaghayi