La candidata presidencial de Morena retoma un sello del mandatario, que el primer día de su Administración presentó un centenar de compromisos sexenales
ZEDRYK RAZIEL / EL PAÍS
La aspirante presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, ha preparado un listado de 100 compromisos que conducirán la gestión de su Gobierno, en caso de ganar las elecciones del 2 de junio. La exmandataria de Ciudad de México presentará su centenar de propósitos el próximo viernes, en el evento de arranque de campaña que encabezará en el Zócalo capitalino ante sus simpatizantes, según han confirmado a este periódico dos colaboradores de la abanderada morenista. Se trata de una imitación del presidente, Andrés Manuel López Obrador, y un guiño a sus miles de fieles seguidores, cuyo apoyo es fundamental para asegurarse el triunfo en las urnas. López Obrador enunció sus 100 compromisos de Gobierno el 1 de diciembre de 2018, en su primer día como presidente constitucional de México. Ese centenar de metas funcionó como una disección de anatomía política, el modelo a través del cual los ciudadanos pudieron observar las prioridades del Gobierno que estaba por comenzar, un proyecto político que por primera vez se ponía en práctica. López Obrador enunció su modelo hace más de cinco años frente a miles de personas reunidas en el Zócalo capitalino, el mismo sitio donde ahora Sheinbaum se presentará ante el electorado como la continuadora del proyecto del dirigente izquierdista.
Los 100 propósitos de Sheinbaum serán una combinación de las políticas incluidas en la plataforma electoral de Morena, el Partido Verde y el Partido del Trabajo, y las propuestas diseñadas por el equipo de políticos y expertos formado por la candidata (mismas que fueron analizadas en los foros públicos llamados Diálogos por la Transformación). Las fuentes del entorno de Sheinbaum han precisado que, como parte del anuncio de este viernes, la aspirante de Morena también se comprometerá a dar continuidad a varias políticas de López Obrador, entre las que destacan los proyectos de infraestructura más importantes y que el mandatario no alcanzó a concluir, como el Tren Maya y el Tren Interoceánico.
Que ella buscará continuar las bases del Gobierno de López Obrador es algo que Sheinbaum ha reconocido y defendido en varios foros públicos. “Hace tiempo hablaban de que el problema de México es que son proyectos sexenales y no tienen continuidad, llega un presidente y quiere acabar con todo lo anterior y no le reconoce nada [al mandatario pasado]. Bueno, ahora va a haber continuidad a un montón de proyectos estratégicos, y eso es bueno para México”, ha comentado Sheinbaum en una entrevista concedida esta semana al periodista Joaquín López-Dóriga. Dos de los leitmotivs de su campaña han sido “continuidad con cambio” y “construir el segundo piso de la Cuarta Transformación”, en un esfuerzo por engarzar su proyecto político al de López Obrador sin asumirlo absolutamente.
Los Diálogos por la Transformación impulsados por la candidata dieron lugar a propuestas en materia de reforma a la justicia, seguridad, combate a la corrupción y relocalización de inversiones. El primer eje propone renovar por completo la Suprema Corte de Justicia, el Consejo de la Judicatura y el Tribunal Electoral, y obligar a los jueces a someterse al voto popular para escalar en la carrera judicial. En seguridad, se plantea convertir a la Guardia Nacional en un “cuerpo de paz y una corporación policial de proximidad”, y fortalecer las Policías y las Fiscalías de los 32 Estados del país. En materia anticorrupción, se propone fortalecer la prevención y dar autonomía a uns autoridad encargada de perseguir a funcionarios, empresarios y particulares corruptos.
La candidata también ha dicho que incorporará a su campaña la veintena de reformas constitucionales enviadas en febrero por el Ejecutivo al Congreso y que están relacionadas con la materia electoral, la justicia, la Guardia Nacional, la vivienda, las pensiones, el combate a las drogas, el cuidado del agua, la minería y los trenes de pasajeros. La adopción de las políticas de López Obrador en su propio proyecto le ha traído a Sheinbaum cuestionamientos sobre la autonomía que tendrá en el cargo —de ganar la elección— respecto del dirigente, quien ya ha anunciado que se retirará de la vida pública al concluir su mandato, en septiembre. La candidata ha asegurado que cree en la palabra de López Obrador de que se hará a un lado, pero ha dicho que no perderá comunicación con él. El anuncio que haga este viernes es una oportunidad para mostrar señales de su idea de “continuidad con sello propio”, otro de los motivos de su campaña.
El 1 de diciembre de 2018, horas después de jurar al cargo de presidente de México, López Obrador viajó del Congreso al Zócalo, donde ya lo esperaban las multitudes. Con la banda presidencial puesta, el flamante mandatario numeró, en un discurso de más de dos horas, 100 compromisos en materia de obra pública, austeridad en el gasto, rescate a Pemex y la CFE, impuestos a la minería y recuperación del campo. Prometió entregar becas a estudiantes pobres, abrir nuevas universidades, impulsar la reconstrucción tras los devastadores sismos de 2017, bajar los sueldos de los altos funcionarios, no subir los precios de los combustibles, construir la refinería de Dos Bocas, crear Segalmex, aumentar el salario mínimo, crear la Guardia Nacional, no reprimir al pueblo… En ese mismo acto, el presidente recibió el “bastón de mando” de un grupo indígena y se sometió al ritual de una limpia. En el ocaso de su mandato, López Obrador ha asegurado que ya cumplió 98 de sus metas sexenales. Aún no entrega la banda presidencial que vistió hace cinco años para diseccionar la anatomía de su Gobierno y su delfín, todavía candidata, ya entona su relevo en 100 estrofas.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS Méxicoy reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país