El magistrado José Manuel del Amo, de la sección 6º. de la Audiencia de Barcelona, dictó la sentencia que delineaba el acuerdo en el que la cantante reconocía haber defraudado, cosa que siempre negó desde que fue acusada.
ALEJANDRO GUTIÉRREZ / PROCESO
MADRID (apro).- Shakira reconoció que defraudó 14.5 millones de euros a Hacienda española entre 2012 y 2014. La cantante colombiana ha llegado a un pacto con la parte acusadora –Fiscalía, Abogacía del Estado y la Generalitat catalana— y aceptó una pena de tres años de cárcel que no cumplirá y el pago de una multa de 7.3 millones de euros.
A cambio de aceptar el delito fiscal de defraudación y de pagar la cuota defraudada –que ya devolvió—, el acuerdo benefició a la cantante colombiana con una rebaja sustancial de las penas: La fiscalía pedía inicialmente ocho años y dos meses de cárcel y una multa de 23,5 millones de euros.
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El pacto contempla además la sustitución de la pena de prisión por el pago de otra multa, de 432 mil euros.
El magistrado José Manuel del Amo, de la sección 6º. de la Audiencia de Barcelona, dictó la sentencia que delineaba el acuerdo en el que la cantante reconocía haber defraudado, cosa que siempre negó desde que fue acusada.
Se llegó a ventilar que se celebraría juicio y que en el proceso penal se ventilarían el período que coincide con el tiempo que mantuvo una relación sentimental con el exdefensa del Barça, Gerard Piqué.
La cantante y su defensa decidieron cambiar la estrategia y negociar un acuerdo, porque el proceso penal contemplaba la presentación de 117 testigos que tuvieron tratos personales y profesionales con la artista, para comprobar que sí tenía su residencia en Barcelona, contrario a su argumento que ella vivía en el extranjero y por ello no fiscalizaba en España.
Su defensa emitió un comunicado en el que la cantante asegura, “tengo que escoger mis batallas y la más importante ahora es hacer todo para que mis hijos vivan una vida plena y enfocarme en lo que es realmente importante: verlos crecer y pasar tiempo con ellos, sin someterlos a la angustia de ver a su madre en un juicio penal con el desgaste que supone.