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Romper por WhatsApp empieza a ser costumbre en las parejas maduras. ¿Es lo más correcto? | Yo Dona

Vemos la paja en el ojo ajeno cuando dos personas célebres se separan por mensajería, como al parecer ha hecho el juez Pedraz con Esther Doña, pero se trata de una tendencia consolidada. El psicólogo Jesús Matos nos explica que importa más el modo que el medio.

El juez Pedraz y Esther Doña, que acaban de finalizar su relación.

MARÍA B. SÁNCHEZ / YO DONA

La ruptura del juez Santiago Pedraz (63 años) y Esther Doña (44 años) por WhatsApp, según ha explicado ella, y solo una semana después de anunciar su compromiso en una revista del corazón, ha dejado a media España atónita y pendiente del siguiente capítulo. Estas cosas pasan. Es verdad que no son nativos digitales, pero ni la edad ni la alcurnia obligan a comportarse como los últimos trovadores. La vida hoy transcurre en el WhatsApp y es fascinante el material que puede amontonar: amor, pasión, deseo, desamor, desengaño, chasco, pelea y desengaño. Es decir, las mismas fuerzas que empachan nuestras biografías desde que el mundo es mundo.

La ex mujer del marqués de Griñón ha contado que recibió un mensaje que decía «nuestra relación es imposible, hablamos un día, cuídate y besos». A partir de ese momento, silencio absoluto. Dice que está sorprendida por su modo de actuar. Por su parte, el juez ha declarado que cayó en la cuenta de que esa persona no es la misma de quien se enamoró. ¿Es el modo más correcto de romper? ¿Hay cobardía en este modo de saldar una relación aprovechando la distancia del móvil?

Formas de romper

Quizá deberíamos desdramatizar, puesto que es un modo de obrar más común de lo que nuestros ojos asombrados quieren ver. Más de la mitad de los millennials evita romper con sus parejas cara a cara. El 61% se sirve del móvil, según la firma de estudios de mercado YouGov. A partir de los 55 años, el porcentaje cae al 27%, suficiente para entender que los tiempos están cambiando. La tecnología no es mucho más despiadada que un triste post it de despedida en el espejo ni más insensible que cualquier otra forma de ruptura más convencional que se nos ocurra.

Tal panorama exige el juicio de un experto. El psicólogo Jesús Matos aconseja, en primer lugar, apartarse de la dicotomía de si es bueno o es malo romper por WhatsApp y pensar que es un uso más que damos a esta aplicación. «Al igual que está en nuestras vidas para otro tipo de situaciones, está también presente en nuestras relaciones de pareja», avanza. En su opinión, lo importante cuando uno de los dos toma la decisión de romper no es tanto el medio que escoge para comunicarlo, sino las maneras y habilidades. «La conversación es fundamental porque, a la hora de elaborar el duelo, será decisivo que la persona dejada conozca las razones y sepa qué ha ocurrido», añade.

Los beneficios de conversar

La falta de claridad en un acontecimiento inesperado, el desconcierto por lo que no se dice y sembrar la confusión en nuestras cabezas puede llegar a ser enloquecedor. «Si no sabe bien a qué achacarlo -indica Matos- hará que le dé vueltas a la cabeza y es probable que saque conclusiones erróneas. Por eso, es mejor una conversación por WhatsApp que la ausencia de conversación». Señala que puede incluso que sea la opción idónea si se ha llegado a un nivel de malestar por el que resulta complicado hablar sin alterarse, sin discutir acaloradamente y sin lanzarse todos aquellos reproches que quizá llevan acumulando durante años.

El psicólogo no pasa por alto que, en ocasiones, la pareja está tan desgastada, «sin cariño y sin amor», que el mensaje se toma como el primer gesto de honestidad en mucho tiempo y es bueno porque permitirá enfrentarse al duelo. Lo difícil es cuando solo uno de los dos está completamente seguro de lo que hace y deja al otro en un mar de dudas, más aún si es una unión larga. «A partir de este mensaje de ruptura, la persona tendrá que empezar a redistribuir su tiempo y sus actividades y aprender a vivir sin el otro. Cuantos más años hayan convivido, más cosas compartidas y más habrá que remar. Por tanto, será lógico que cueste más. No obstante, existen duelos hiperintensos que se gestionan mal con relaciones de un mes, incluso peor que después de 20 años de unión».

Valentía y cobardía

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En cuanto a si la ruptura por WhatsApp es o no de cobardes, como dijo Platón, nadie es más odiado que quien dice la verdad. Sobre todo, si esta es dolorosa. «Siempre será mejor romper de una manera poco tradicional o peor vista que continuar en una relación que nos está haciendo daño. Puede que la razón no sea falta de valentía, sino la mejor opción posible para evitar un cruce innecesario de gritos, quejas y acusaciones», insiste Matos.

De cobardes o de valientes, el recurso del WhatsApp no justifica, según el experto, un daño gratuito o el desconsuelo que puede provocar la falta de explicación. «De un modo u otro, al final lo importante es detallar las razones para que el otro entienda la ruptura. Es importante hacernos entender. Puede tener sentido romper de momento y aplazar los motivos para cuando se esté más tranquilo. Hay miles de fórmulas, pero lo correcto es brindar la posibilidad de que se explique, pregunte y resuelva sus dudas». El ‘ghosting’ desaparecer como un fantasma, no es ni cortés ni valiente.

Fuente: https://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2022/09/02/6311d7c3e4d4d8fe3f8b45c3.html

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