El fichaje de Ricciardo como reserva y las disculpas públicas con Max dejan al mexicano sin resuello para mejorar su rol en el equipo. Temor a que la FIA revise el accidente de Mónaco
MIGUEL SANZ / MARCA CLARO
A Checo Pérez le sentó a cuerno quemado el feo gesto de Max Verstappen en Brasil, no dejándole ganar una plaza en su pelea por el subcampeonato, y reaccionó con fuerza y virulencia, tanta que Red Bull tuvo que crear un mini gabinete de crisis para templar los ánimos. Charlaron a final de carrera y todo se explicó allí. «A Max sólo se le informó en la última curva de que cediera la posición, sin transmitir la información necesaria, siempre se ha mostrado abierto a jugar en equipo y el equipo acepta sus explicaciones».
Pero en redes sociales los ataques hacia Max Verstappen y su familia han llevado al piloto a palabras mayores, especialmente contra la prensa. «Muchas cosas que he leído sobre mí son repugnantes. La gente no sabía los hechos. Los mensajes que recibieron mi madre, mi hermana, mi padre y mi novia son inaceptables», aseguró en Abu Dabi.
Así, en Red Bull se vieron obligados a ponerse del lado de su bicampeón, cambiando el paso del domingo pasado. Donde entonces fue pedir explicaciones a Max en la radio y disculparse con Checo, se llegó en cuatro días a disculparse con el primero y fichar a Ricciardo para asustar al segundo. Además de condenar los mensajes ofensivos hacia Verstappen, Pérez y sus familias se asumió que Max tenía razón, que era un tema interno y que asunto cerrado.
Fue el propio Helmut Marko quien avanzó ayer que Ricciardo, actualmente sin equipo para 2023, formaría parte de Red Bull de nuevo como reserva, aunque está ya Lawson, para simulador, embajador y lo que se tercie. Pero ha sonado a amenaza en la sombra para un Checo que tiene aún contrato dos temporadas más y nada mal pagadas.
Vamos, que Checo se ha visto pasar de víctima a casi acosador, porque también fue muy crudo al decir en vivo que «Max ha demostrado la clase de tipo que es», y luego ante los medios ni más ni menos que «tiene dos mundiales gracias a mí». Como era de esperar, y más en un equipo del corte Targaryen en que milita, han apostado a su caballo ganador y han achicharrado al otro.
Ojo con la FIA y cita de Mónaco
Max, como Fernando Alonso hace un par de décadas, no ha pasado por el molinillo británico y esto lleva un peaje. No quiere Netflix, no quiere ir al set de Sky cuando Sky quiere (el resto de pilotos van encantados) a duras penas da entrevistas largas y no entra en los premios, festivales y demás que monta el ‘establisment british’. Solo hay que recordar la felicitación navideña de la Sky en 2021 sobre la imagen de su tremendo accidente en SIlverstone… Así que en cuanto se despista tiene un buen lío montado. Y además no se corta: «Y buena parte de culpa la tienen los periodistas, si no sabes la historia real, no necesitas escribirla. Estoy un poco harto con toda esta mierda rondando nuestro entorno todo el equipo, estoy bastante cansado siendo sincero», ha insistido.
Así que con el calentón de Checo le han breado una y otra vez al bicampeón con la misma pregunta, desde Sao Paulo a Abu Dabi. Insiste en que no tiene porqué explicar lo ocurrido «al inicio de año», el motivo por el que se negó a echar una mano al mexicano, «ya lo habíamos discutido», insiste, y está sorprendido, asegura, de que esto se haya convertido en centro de atención cuando todo está ya decidido y, sin decirlo, hablamos de un subcampeonato que tiene una importancia relativa.
Fuente: https://www.marca.com/motor/formula1/gp-abu-dhabi/2022/11/19/63779b7f22601dd6348b45b4.html