Fabricaron cocaína falsa con harina y azúcar, hasta le dieron el efecto de brillo, para recuperar un cargamento de 20 toneladas.
NADIA SANDERS / LA-LISTA
Después de las elecciones de 2006, Genaro García Luna dejó Agencia Federal de Investigación para convertirse en el secretario de Seguridad Pública del gobierno de Felipe Calderón. El Cártel de los Beltrán Leyva dejó de tener las reuniones que sostenía con él cada mes, según el testimonio de Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, en el primer juicio que enfrenta un exfuncionario mexicano de tal nivel en Estados Unidos.
En su testimonio bajo juramento, “El Grande” dijo que a partir del cambio de gobierno, también cambiaron las formas de pago y ahora era Luis Cárdenas Palomino, brazo derecho de García Luna, quien iba por el dinero a una de las casas de seguridad de Arturo Beltrán Leyva.
El Cártel de Sinaloa operaba en gran parte del país, los cargamentos ya eran más grandes y ya había más ganancias para todos, relató “El Grande” este martes, vestido de traje en tono oscuro y una corbata color vino.
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La famosa “polla” -colecta- que hacían los jefes del Cártel de Sinaloa para presuntamente pagar sobornos a García Luna, ahora la pagaba únicamente Arturo Beltrán Leyva, quien mantenía comunicación con el entonces secretario de Seguridad, pero de forma más esporádica.
El Cártel tenía divisiones, pero Beltrán Leyva mantenía como socio a Oscar Nava Valencia, alias “El Lobo Valencia“, quien tenía una organización que controlaba los cargamentos que llegaban por el puerto de Manzanillo, en el estado de Colima.
Después del 2006 los Beltrán Leyva llegaron perder dos cargamentos por aseguramientos, pero un día la aduana no quiso liberar un conjunto de contenedores con un cargamento de 20 toneladas de cocaína. “El Grande” contó ante el gran jurado que él se enteró cuando surgió el problema porque tenía que sustituir la droga buena por mala.
“En un rancho donde entrenábamos sicarios, creamos una fábrica para hacer los ladrillos, mandamos a hacer unas prensas de fierro con gatos hidráulicos”, relató.
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Consiguieron azúcares y harina para compactarlas después de haberlas humedecido con acetona y éter, una vez secas, se les ponía barniz para que se vieran brillantes.
Los tabiques de azúcar y harina se empacaron como si fuera cocaína y se trasladaron al puerto de Manzanillo. “El plan era que la droga verdadera fuera trasladada en camiones hasta la Ciudad de México”, pero “El Lobo Valencia” le dijo que el plan había cambiado y se regresara con los camiones vacíos.
“El Grande” remató la anécdota diciendo que su jefe Arturo andaba contento porque había podido recuperar el cargamento de cocaína después de haber hablado con un contacto de las aduanas porque el papá de él era su amigo.
En los testimonios de entregas de soborno a García Luna han surgido toda clase de hechos que las autoridades habrían negado. “El Grande” llegó a decir que en México la corrupción es muy grande y todo es posible.
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