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¿Qué es ‘la ciudad de los 15 minutos’? | El Mundo

¿Qué es 'la ciudad de los 15 minutos'?

ANA MARÍA NIMO / EL MUNDO

Esta corriente de ordenación urbana plantea reorganizar los barrios de manera que nadie tenga que desplazarse más de un cuarto de hora desde su casa para poder acceder a cualquier servicio básico reduciendo así las emisiones derivadas de los desplazamientos y ganando en calidad de vida. Ciudades como París, Copenhague o Barcelona ya están trabajando en ello.

El confinamiento, el teletrabajo y la limitación de movimientos durante los meses más duros de la pandemia llevó a muchas personas a mirar con otros ojos su entorno más inmediato y despertó en ellas el deseo de otro tipo de ciudad, una ciudad más cercana, más accesible y más humana. Esta vocación ciudadana se corresponde con algo a lo que las administraciones llevan tiempo dándole vueltas. En 2015, un millar de alcaldes de ciudades de todo el mundo se reunieron en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en París (COP 21) para hacer una puesta en común de los retos futuros a los que se enfrentaban y cómo hacerles frente. Allí, los alcaldes pertenecientes a la red C40 (formada por un grupo de grandes ciudades comprometidas con la lucha contra el cambio climático), encabezados por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, se comprometieron a adoptar ‘la ciudad de los 15 minutos’ en la agenda común.

La idea es que cualquier ciudadano no tenga que desplazarse más de un cuarto de hora desde su domicilio, ya sea andando o en bicicleta, para acceder a cualquier servicio básico, satisfacer sus necesidades e inquietudes o, incluso, trabajar. Reduciendo los desplazamientos, el bienestar de los ciudadanos va en aumento y la calidad del aire que respira y su salud también, lo que, además, tiene un efecto directo en el planeta. No hay que perder de vista que, según datos de la ONU, las ciudades producen más del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Otra de las propuestas de este plan es que cada vecindario cuente con viviendas accesibles para distintos grupos poblaciones

El concepto de ‘la ciudad de los 15 minutos’ se basa en otro creado hace más de un siglo por el urbanista Clarence Perry, ‘la unidad vecinal’, que ha sido readaptado a los tiempos modernos por Carlos Moreno, catedrático de Emprendimiento, Territorio e Innovación de la Universidad Sorbona de París y asesor urbanístico de Hidalgo, cuya idea de fondo es la de rehumanizar las ciudades, potenciar la creación de comunidad y de la vida local.

“Las medidas propuestas tienen por objeto una ciudad más habitable, inclusiva, equitativa y resiliente. Los alcaldes se movilizan para aplicar políticas de desarrollo urbano que promuevan la proximidad, la movilidad activa y el despliegue de instalaciones de servicio público cercanas a los habitantes. Estas iniciativas implican un cambio de paradigma en la manera de gestionar la ciudad”, explica Moreno en la revista del Ayuntamiento de Barcelona, una de las ciudades que forman parte de la red C40.

Otra de las propuestas de este plan es que cada vecindario cuente con una variedad de tipos de viviendas, de diferentes tamaños y niveles de asequibilidad, para acomodar muchos tipos de hogares y permitir que más personas vivan más cerca de donde trabajan.

En esa línea, también se quiere potenciar la creación de coworkings y que las empresas abran pequeñas oficinas en puntos estratégicos de la ciudad, en lugar de concentrar toda su actividad en grandes complejos de oficinas situados en la periferia de las ciudades o aglutinados en distritos financieros.

En la práctica

Moreno señala a París como la primera ciudad en llevar a la práctica su transformación en ‘la ciudad de los 15 minutos’. El experto asegura que Anne Hidalgo lidera un «big bang de la proximidad” mediante acciones como “una descentralización masiva; el desarrollo de nuevos servicios para cada uno de los distritos; la reducción del tráfico añadiendo carriles para bicicletas (en los próximos años, la ciudad invertirá 250 millones de euros en hacerla 100% bike friendly); la creación de nuevo modelos económicos que impulsan a los pequeños comercios; la construcción de nuevos espacios verdes; y la transformación de infraestructura ya existentes”. Esto último es otro de los pilares de su planteamiento: que los edificios públicos sirvan para múltiples propósitos, por ejemplo, convirtiendo escuelas en centros vecinales cuando estén en desuso.

Pero lo cierto es que hay muchas ciudades que, antes incluso de que se acuñara este término, ya habían iniciado sus respectivas transformaciones. Uno de los ejemplos más claros lo encontramos en Copenhague, la ciudad aspira a convertirse en la primera capital europea neutra en emisiones de CO2 en los próximos tres años, de hecho, ya cuenta con barrios como Nordhavn, en el que todos los servicios son de proximidad y está mal visto moverse en coche.

Muchas ciudades europeas han empezado a implementar cambios encaminados a la descentralización de los servicios

En España, también tenemos ejemplos muy representativos. Este es el caso de las supermanzanas de Barcelona, células urbanas de unos 400 x 400 metros, en cuyo interior se reduce al mínimo el tráfico motorizado y el aparcamiento de vehículos en superficie y se da la máxima preferencia a los peatones en el espacio público. En estos barrios, el tráfico motorizado circula por las vías perimetrales, mientras las calles interiores se reservan al peatón y, en condiciones especiales, a cierto tipo de tráfico como vehículos de residentes, servicios, emergencias, carga y descarga.

Otras ciudades, en cambio, tienen sus miras puestas en el futuro. Los planes de ordenación urbana de ciudades como Valencia, ya contemplan que los solares en los que se construya en los próximos años deberán contemplar la unión de diferentes manzanas a través de espacios peatonales y restricciones al tráfico, que permiten evolucionar hacia la meta de ciudad 15′ más rápidamente.

Si se cumplen las previsiones, en 2050, la población urbana se duplicará y 7 de cada 10 personas vivirán en ciudades, por lo que, de una forma u otra, todas ellas están abocadas a reformularse a sí mismas para crecer de forma sostenible y en escala humana.

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