Expectación e inquietud ante el alegato del mandatario en el Día de la Victoria, este 9 de mayo, con una campaña militar enquistada
RAFAEL MAÑUECO / Corresponsal Moscú / ABC
Cada año, con motivo de los festejos del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi, el presidente Vladímir Putin aprovecha la efeméride para mostrar su poderío militar en el gran desfile de la Plaza Roja y contextualizar el recuerdo de aquella contienda y sus consecuencias con la situación presente, sobre todo en el ámbito internacional y en referencia principalmente a las cuestiones de carácter bélico y a la seguridad global. Por eso, en la ocasión actual, en medio de una devastadora y cruel guerra contra Ucrania, la expectación es máxima de cara al mensaje que Putin se propone lanzar hoy.
Circulan múltiples especulaciones sobre las sorpresas que, con el fin de darle un empujón a su enquistada campaña en el país vecino, el mandatario ruso podría preparar para su ciudadanía, la más inquietante declarar a Ucrania formalmente la guerra, lo que permitiría decretar la ‘movilización general’, medida que obligaría a la población masculina a tomar las armas sin posibilidad alguna de evitar ser alistados.
A juicio de la viceministra de Defensa ucraniana, Anna Maliar, «el 9 de mayo Putin deberá explicar a sus ciudadanos para qué tanta destrucción y por qué se sacrificaron las vidas de más de 20.000 soldados rusos». Por su parte, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, dijo el viernes que el presidente ruso tal vez anuncie algo «grandioso», ante lo que, añadió, «estamos preparados para cualquier escenario, qué más puede ya pasar». Debido al aislamiento internacional de Rusia, este año en la Plaza Roja no habrá ningún líder extranjero.
Lo primero que sugirieron los medios de comunicación oficiales rusos, tan pronto el Kremlin lanzó su ‘operación especial militar’ contra Ucrania, fue que, este año, el centro de atención del Desfile de la Victoria no sería Moscú, como es habitual, sino Kiev. Se daba por hecho que, para el 9 de mayo, el país vecino estaría ya completamente ocupado, sus dirigentes derrocados y se habría instalado un Gobierno marioneta prorruso, que organizaría una exhibición con las tropas rusas ‘liberadoras’.
Diversos escenarios
Pero, a finales de marzo, tras numerosos intentos fallidos de tomar la capital ucraniana, el Ministerio de Defensa ruso anunció que sus fuerzas se replegaban para concentrar sus esfuerzos en Donbass. Ese era entonces el nuevo objetivo de Moscú de cara al 9 de mayo, poner bajo su control completamente las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk. Primero se planeó organizar la parada militar en la ciudad de Donetsk, pero, puesto que a día de hoy gran parte de Donbass continúa en manos ucranianas, se habló después de llevarlo a cabo entre los escombros de la ocupada y asolada ciudad portuaria de Mariúpol.
Precisamente eso es lo que cree la inteligencia militar ucraniana. Uno de los indicios de que un desfile podría tener lugar en Mariúpol es que recibió hace unos días la visita del subjefe de la Administración del Kremlin, Serguéi Kiriyenko. Otra señal que se apunta como reveladora de la posibilidad del evento son los trabajos a ritmo acelerado de descombrado y limpieza en las calles de Mariúpol, en donde no ha sido todavía sofocado el último foco de resistencia ucraniana, la acería Azovstal, ni se han evacuado a todos los civiles.
De hecho, el viernes, el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, aseguró que en Mariúpol no habrá ninguna celebración el 9 de mayo. No obstante, el asesor de la Presidencia ucraniana, Mijailo Podoliak, cree que «el Kremlin está preparando un desfile en Mariúpol el 9 de mayo con nuestros militares tomados como prisioneros». Según sus palabras, «esto ya se hizo en Donetsk en 2014, cuando decenas de militares ucranianos capturados fueron obligados a desfilar por las calles. Esta vez quieren repetir algo similar».Debido al aislamiento internacional de Rusia por la invasión, este año no habrá ningún líder extranjero en Moscú
En cualquier caso, la totalidad de los analistas coinciden en que, de momento, Putin no tiene grandes triunfos que mostrar hoy en la Plaza Roja, aunque es verdad que sus tropas han conseguido ocupar casi toda la región de Jersón y algunas partes de las de Donetsk, Lugansk, Zaporoiyia, Mykolaiv y Járkov. Se da la circunstancia de que el primer mandatario ruso ha presentado su contienda contra Kiev como una cruzada contra el ‘nazismo’, con el objetivo declarado de ‘desnazificar’ Ucrania.
En su arenga de hace un año ante las tropas en la Plaza Roja, Putin ya adelantó que «mucho de la ideología de los nazis, obsesionados con la delirante teoría sobre su exclusividad, se está tratando de poner nuevamente en funcionamiento y no sólo por radicales y grupos terroristas internacionales». Peskov explicó que el jefe del Kremlin se refería a los grupos neonazis en Europa, en referencia a Polonia, las repúblicas bálticas y Ucrania. Según el portavoz presidencial, el Día de la Victoria, y el desfile en concreto, «es algo sagrado» para Putin, el pilar más importante de la componente ideológica de su política.
El Ejército Rojo culminó la toma de Berlín el 2 de mayo de 1945 y, el 8 de mayo, se produjo la capitulación. Pero, debido a la diferencia horaria, en la URSS siempre se festejó el Día de la Victoria el 9, no el 8 como en los países de Occidente. Más de 26 millones de soviéticos, según cifras oficiales, perecieron durante la Gran Guerra Patria, nombre que los soviéticos dieron a la II Guerra Mundial, aunque algunos historiadores creen que el número fue muy superior. Putin ha hecho suya aquella victoria y la impone como un elemento imprescindible de demostración de patriotismo y unidad interna en Rusia.
Fuente: https://www.abc.es/internacional/abci-putin-llega-sagrado-sin-haber-podido-doblegar-ucrania-202205082131_noticia.html