Los Periodistas

Puebla: a tres años de la Cuarta Transformación

Por Dr. Melitón Lozano Pérez

“Tu materia es el tiempo, el incesante tiempo. Eres, cada solitario instante” escribió en su poema “el ápice”, el argentino y multipremiado escritor Jorge Luis Borges.

Pero el tiempo se dota de contenido porque “Los hombres se convierten en constructores construyendo y los citaristas tocando la cítara. Del mismo modo nos convertimos en personas justas al realizar acciones justas y valientes”, enunció hace más de dos mil años el filósofo Aristóteles.

Ser de izquierda y buscar la justicia, la honestidad, luchando además contra la corrupción es hoy en día ser valiente, porque no es un camino sencillo sino lleno de retos y desafíos; cardos y abrojos.

Es, además, creer en un proyecto y luchar por éste hasta que trascienda y se haga realidad.

Hoy hace tres años, el primero de agosto de 2019, con el liderazgo y la valentía del gobernador Miguel Barbosa, en Puebla se hizo realidad la llegada de la Cuarta Transformación.

Un proyecto de izquierda y de justicia en favor de los más necesitados.

Es importante mencionar que esto no fue casualidad, sino causalidad del coraje, esperanza y valentía de miles de personas que dedicaron su vida a hacer realidad un proyecto transformador de izquierda en nuestro estado.

¿Desde dónde? Primero desde la lucha cívica y social contra el autoritarismo de los partidos hegemónicos y en contra de cacicazgos y feudos regionales; y después, a través del establecimiento de una agenda progresista a ras de suelo, con y desde la horizontalidad de las problemáticas locales y de los más necesitados

No fue algo sencillo, pero este camino de vida y elección que refiero, donde se privilegia la justicia social, comenzó hace más de treinta años en el territorio y en la consolidación y construcción de lo que ahora es la vida democrática de nuestro país, México y de nuestro estado: Puebla.

Nuestro gobernador Miguel Barbosa, es un claro ejemplo de esto cuando nos relata su propia trayectoria que comenzó hace casi 30 años. Allá por 1994 en una tarde calurosa en Tehuacán cuando el Maestro Antonio Tenorio Adame, le presentó al candidato presidencial, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. De quien le llamó la atención- refiere el actual gobernador- su compromiso por un México más democrático y justo; y que meses más tarde, ya asumido su personal compromiso y decisión a favor de las causas sociales, le llevaría también a conocer al Ingeniero Heberto Castillo Martínez, otro pilar de la lucha democrática y social en el México moderno.

En mi caso, fue desde 1994, cuando junto con mi esposa Juanita nos involucramos en causas sociales y posteriormente, al igual que miles de poblanos en aquella época, optamos por la vía partidaria en tanto entendíamos y entendemos a la política como servicio, como una postura y vocación éticamente responsable por asumir un compromiso por cargar y encargarnos de la realidad a través del dialogo, la negociación y la acción en colectivo y colegiada en los asuntos más inmediatos de la realidad en la cual uno se desenvuelve. La que más nos duele.

Refiero todo esto, porque la llegada de Morena al poder en agosto del 2019 en Puebla no ha sido sino resultado de la lucha y el caminar, anónimo en muchos casos, de hombres y mujeres comprometidos, que como refiere el presidente Andrés Manuel López Obrador, nos han legado a través del voto popular no cargos, sino encargos; encomienda de servicio, no de privilegios.

Esto es una doble responsabilidad, porque a hombros de gigantes y de inconmensurable dignidad ciudadana en 2019 heredamos un desafío y una tarea: devolver la dignidad al ejercicio de gobierno en Puebla.

El mismo gobernador lo ha referido en múltiples ocasiones: en Puebla se había hecho del ejercicio de gobierno, un lamentable saqueo.

Algunos ejemplos, referidos por nuestro mandatario:

Cientos de obras en materia educativa que se pagaron, pero no se hicieron, cientos de millones devengados por concepto de dragado y sanitización para el río Atoyac, que jamás se llevaron a cabo.

Múltiples obras de relumbrón para justificar sobreprecios, por ejemplo, los famosos puentes atirantados. Obras suntuosas sin contenido social verdadero. Millones dados al Museo del Barroco para la compra de obras o una gran cantidad de concesiones de taxis entregadas de manera irregular.

En síntesis, y sin ahondar demasiado, había una clase política intocable que aspiraba a perpetuarse en el poder y que, de no ser por el gran movimiento social que en Puebla encabezó Miguel Barbosa, seguiría haciendo de nuestra entidad un botín personalísimo, sin la más mínima vocación de servicio por el sentir y las necesidades populares.

Hoy en Puebla las cosas son distintas, porque la responsabilidad y compromiso con el pueblo es elevada y está internalizada, porque a poco más de la mitad del camino, el gobernador ha referido también la importancia de que el Movimiento de Regeneración Nacional sea movimiento; sea partido, pero también se mantenga como un gobierno consciente y pendiente de manera constante y permanente del sentir popular.

Con los pies, bien puestos en la tierra, pero con una perspectiva amplia de justicia social. Porque las utopías se renuevan, y la llegada al gobierno fue un primer momento, pero no es el puerto final de este gran movimiento.

Hemos de ser conscientes como nuestro gobernador Miguel Barbosa refiere que desde el territorio se ha de actuar, redoblando esfuerzos diariamente, con entusiasmo y devoción, agotando nuestras fuerzas en la construcción siempre inacabada y permanente de un proyecto con justicia social, que aspire tal y como señala el presidente Andrés Manuel López Obrador, a poner siempre por delante a los más necesitados, con conciencia histórica sí pero también con visión de futuro. En Puebla, seguiremos construyendo con ánimo resuelto, a esta gran tarea

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