«Este método puede aumentar la tasa de detección de personas infectadas», han señalado investigadores chinos, aunque hay controversia al respecto de la idoneidad de estos análisis
LUCAS DE LA CAL / Pekín / El Mundo
Con la segunda luna después del solsticio de invierno llega el Año Nuevo chino. Llamado oficialmente Fiesta de la Primavera, comenzará el 12 de febrero. Este, según el zodiaco, será el año del buey. Los augurios de los astrólogos chinos son, en general, buenos. Pero en el 2020, donde la rata de metal fue la protagonista de la fiesta, también lo eran, prometiendo estabilidad y dinero.
En China, hace un año, nadie esperaba que en su festividad más importante se colara una extraña neumonía -así la llamaban las autoridades aquellos días- que salió de la séptima ciudad más grande del país. El coronavirus se empezó a extender desde Wuhan en el peor momento posible, cuando ya habían comenzado los millones de desplazamientos previstos.
El gigante asiático ha comenzado este 2021 con inesperados -pero pequeños- brotes en varias provincias. Se han retomado viejas restricciones y confinamientos antes de que comience la temporada alta de viajes por el Año Nuevo. También han vuelto las largas colas en algunos barrios de Pekín para las PCR masivas. Como se pudo ver en el distrito de Xicheng, donde viven los principales líderes políticos. El fin de semana se testaron a más de dos millones de personas. Hasta aquí todo normal. La novedad en los nuevos controles es que a partir de ahora se van a incluir pruebas con hisopos anales.
A finales de la semana pasada, Li Tongzeng, subdirector del departamento de enfermedades infecciosas en el Hospital You’an de Pekín, dijo que los estudios basados en las muestras tomadas habían demostrado que el coronavirus sobrevive más tiempo en el ano y en los excrementos que en el tracto respiratorio. «Tomar un hisopo anal podría aumentar la precisión en grupos clave», dijo Li durante una entrevista en la CCTV, la televisión pública china, que confirmó que en la capital ya se habían tomado muestras anales a los residentes de algunos barrios que habían tenido casos positivos estas las últimas semanas. «Este método puede aumentar la tasa de detección de personas infectadas», aseguró el doctor Li.
Sin embargo, el médico aclaró que este tipo de pruebas sólo se aplicarían a «grupos clave» que están cumpliendo la cuarentena. Es decir, que están destinadas sobre todo a las personas que regresan a China desde el extranjero y que tienen que cumplir dos semanas de observación aisladas en un hotel. A partir de ahora, además de someterse a una prueba nasal, de garganta y de sangre, tendrán que pasar también por una cuarta, la anal.
Un artículo publicado por varios investigadores chinos en agosto de 2020 en la revista Future Medicine, ya concluyó que los «hisopos anales podrían ser la muestra óptima para la detección del SARS-CoV-2 y para evaluar el alta hospitalaria de los pacientes con Covid-19. Los pacientes con resultados positivos en las heces necesitan más aislamiento hasta que el virus se elimine por completo».
En las redes sociales como Weibo, el Twitter chino, la noticia no ha hecho mucha gracia. Además del cachondeo, muchos usuarios han dicho que es un «método invasivo». También hay expertos como Yang Zhanqiu, subdirector del departamento de biología de patógenos de la Universidad de Wuhan, que se han mostrado críticos, declarado al diario Global Times que las pruebas más eficientes siguen siendo las habituales. «Se ha demostrado que el coronavirus se contrae a través del tracto respiratorio superior en lugar del sistema digestivo. Ha habido casos relacionados con el resultado positivo del coronavirus en los excrementos de un paciente, pero ninguna evidencia ha sugerido que se haya transmitido a través del sistema digestivo», asegura Yang.
Este miércoles, la Comisión Nacional de Salud de China ha reportado 75 nuevos casos confirmados, frente a los 82 del día anterior. Más de la mitad de los casos de transmisión local se registraron en la provincia nororiental de Heilongjiang. Otras 14 infecciones se han detectado en la provincia de Jilin, siete en la provincia de Hebei y cuatro en Pekín.
En comparación con la situación en la mayoría de los países, no parece alarmante el número de nuevos casos. Pero la realidad es que, desde el brote inicial de Wuhan, en China no se reportaban tantos contagios diarios. Y, lo que más preocupa, como ocurrió el año pasado, es que el repunte coincide con las semanas previas al mayor desplazamiento de personas por el Año Nuevo chino.
Las autoridades de la capital han anunciado hoy que van a endurecer las restricciones para los viajeros de cara a las vacaciones. Todo el que entre en Pekín entre el 28 de enero y el 15 de marzo, debe de mostrar los resultados negativos de su prueba PCR tomada siete días antes de la entrada.
Además, las autoridades llevan días recomendando a los ciudadanos que no salgan de sus ciudades en esas fechas. Una recomendación que se ha convertido en algo obligatorio para los funcionarios públicos que trabajan en Pekín y para las familias que tienen hijos en los colegios de la capital. Además, para alentar a los ciudadanos que no salgan del centro político de China, el Gobierno de Pekín ha dicho que repartirá vales de comida y 20GB de datos móviles gratuitos a los vecinos que se queden en la capital.
Fuente: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2021/01/27/6011626321efa022628b45cf.html