PATRICIA GUTIÉRREZ RODRÍGUEZ / LA JORNADA DE ORIENTE
Productores, sobre todo las grandes empresas, ocupan más de 90 aditivos en la masa o nixtamal destinado a la elaboración de tortillas (de maíz o trigo), sin que se conozca el daño que genera a la salud humana.
Así se muestra en la Norma Oficial Mexicana NOM-187-SSA1/SCFI-2002 que se refiere a productos y servicios. Masa, tortillas, tostadas y harinas preparadas para su elaboración y establecimientos donde se procesan.
En la misma hay una lista de 91 aditivos que se pueden ocupar para tortillas o tortillas de trigo integrales, preenvasadas o harina de trigo para preparar tortillas o tortillas integrales, entre estos aparecen el ácido acético glacial, benzoato de sodio, dióxido de titanio, monoestearato de sorbitán polioxietilenado, sorbitol y sulfato de aluminio y sodio.
Respecto los autorizados para tortillas de maíz nixtamalizado, preenvasadas o harina de maíz nixtamalizado para elaborar tortillas, son 69; para tostadas preenvasadas son 75; y 22 para preparación de la masa hecha a partir de maíz nixtamalizado y para la producción de tortillas de maíz a granel.
Para estos casos, se autorizaron aditivos como carboximetilcelulosa de sodio, carragenato de calcio, hidroxipropilmetilcelulosa, almidón oxidado, etil maltol metabisulfito de sodio, triestearato de sorbitán polioxietilenado, pirofosfato disódico y tartrazina, por citar algunos.
Rafael Mier Sainz Trápaga, presidente de Fundación Tortilla, indicó en entrevista para Las Reporteras, que el pasado 15 de febrero la citada norma se abrió a revisión y se busca que los productores, sobre todo las grandes empresas declaren qué productos ocupan en sus harinas, masas o nixtamal.
Para ello se propone el proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-187-SSA1/SE-2021, Productos de maíz y trigo-denominaciones-masa y productos derivados de masa-especificaciones sanitarias-información comercial y sanitaria-métodos de prueba.
De aprobarse, quedaría cancelada la que está actualmente vigente y esto obligaría a los establecimientos a colocar carteles con la lista de ingredientes que se ocupen.
Otro cambio que se plantea es que se haga reconocimiento de tres tipos de tortilla: de maíz nixtamalizado, de harina de maíz nixtamalizado y una combinación de las dos primeras.
Asimismo, se propone prohibir el uso de colorantes o blanqueadores para que no se limite el color de un ingrediente o de un grano de maíz, para evitar daños al consumidor.
En tanto que las empresas que comercializan aditivos químicos para tortilla tendrían que declarar los ingredientes que usan en sus mezclas y que estos sean declarados al consumidor final.
A la par, dijo Rafael Mier, se ha solicitado a la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) analice qué efectos tienen los aditivos y conservadores que contienen las tortillas y sus efectos en los humanos.
Indicó que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) también tendría que estar velando por los derechos de quienes adquieren dicho alimento que, en algunos casos, está ultra procesado.
Abundó que a estas alturas ambas instancias deberían tener claro qué posibles afectaciones hay al organismo humano el estar expuesto a productos químicos que se utilizan en la producción de tortillas.
Destacó que anualmente un mexicano consume en promedio 90 kilogramos de las mismas, pero además destacó que están presentes prácticamente desde los seis meses de edad hasta el final de la vida, por lo que el daño puede ser grave.
“Muchas autorizaciones de estos aditivos se hace pensando en consumos bajos, pero la tortilla se come muchísimo, entonces no es lo mismo comer un dulce o cualquier otro alimento que se consume esporádicamente a comer todos los días… La exposición que tenemos a aditivos químicos sería muy peligrosa y pudiera ser muy perjudicial para la salud”.
Rafael Mier subrayó que a la población se le tienen que garantizar los derechos humanos a la salud y a la información, y por lo tanto, tener acceso a una buena alimentación, brindando a los consumidores los datos necesarios para que estos decidan dónde sí o no comprar.
Resaltó que la mejor tortilla es la que está hecha de manera tradicional, es decir con maíz nixtamalizado, de esta forma conserva todos los nutrientes, a diferencia de las de harina, que no tienen la misma textura y aportan menos calcio.
“Se ha descuidado mucho la calidad de la tortilla que comemos… No se está informando a la sociedad que se están agregando aditivos químicos. A las personas en México nunca se nos ocurre que cuando vas a una tortillería le están poniendo blanqueadores a las tortillas y por eso está siendo tan blanca, ni tampoco nos imaginamos que nos las están pintando. Hoy en día están usando también muchos conservadores, especialmente en estas tortillas del supermercado que no requieren refrigeración”.
Actualmente, en el mercado mexicano se ofrecen gran cantidad de aditivos. Una de las marcas más consumidas, por ejemplo, promociona en su sitio web blanqueadores para “corregir los excesos de cal en el proceso de nixtamalización…y ayuda en el manejo de masas chiclosas”, así como para estandarizar el color de las tortillas.
También anuncia suavizantes líquidos, conservadores para alta vida en anaquel, de hasta 30 días fuera de refrigeración, y para maíz amarillo; así como mejoradores que sustituyen la cal y que reducen o evitan el lavado final del nixtamal.
Incluso hay un líquido seis en uno, capaz de conservar, mejorar, blanquear, suavizar con olor a “maíz tierno” y aumentar la vida de masa entre 8 y 10 horas.
Fuente: https://www.lajornadadeoriente.com.mx/puebla/tortilleros-90-aditivos-salud-humana/