- Un estudio ha evidenciado que escribir a mano crea mucha más actividad en las partes sensoriomotoras del cerebro
- La memoria, al igual que otras habilidades, puede entrenarse y debe ejercitarse para evitar sufrir un deterioro
AINA GARCÍA NICOLAU / NIUS
La tecnología avanza y provoca que algunos hábitos cambien. Por ejemplo, hemos dejado de lado el papel y boli y los hemos sustituido por los dispositivos digitales, algo que se ha implantado también en los centros educativos.
No obstante, es importante tener en cuenta que mente y cuerpo están conectados, por lo que escribir a mano no solo puede llegar a mejorar la motricidad, sino algunos expertos señalan que también puede aliviar el estrés e influir en la memoria, la cual no solo sirve para recordar cosas.
MÁS
- Así crea el cerebro los recuerdos duraderos: la importancia del gen Arc, la proteína de la buena memoria
- El auge de los cuadernos de actividades cognitivas para mayores: «Toda actividad retrasa el envejecimiento»
- Investigan el método de «ráfagas de memoria» para acelerar el aprendizaje de las personas con autismo
De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores noruegos ha evidenciado que escribir a mano logra mejorar el aprendizaje y la memoria, mucho más que si se escribe en un teclado.
Mejora la memoria: los motivos
Los resultados de este estudio han mostrado que el cerebro es más activo cuando se escribe a mano. “Muchos sentidos se activan presionando el lápiz sobre el papel, viendo las letras que escribes y escuchando el sonido que haces mientras se escribe. Estas experiencias sensoriales crean contacto entre diferentes partes del cerebro y hace que se aprenda y se memorice mejor”, han apuntado los investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.
Por tanto, los expertos señalan la importancia de mantener, de una forma u otra, la escritura tradicional, es decir, a mano. “Existe el riesgo de se pierda la capacidad de escribir a mano a consecuencia del aumento de la actividad digital”, argumentan.
También lo explica el profesor de Filosofía y Psicología, Carlos Javier González Serrano, a través de sus redes sociales, quien apunta que aunque el hecho de que cada vez se escriba menos a mano pueda parecer una acción sin importancia, no es así.
“Escribir fortalece la memoria y la asociación de ideas, ejercita la atención y la concentración, mejora nuestro lenguaje y, en un mundo tan rápido, puede ser terapéutico y ralentizar nuestros ritmos”, sentencia.