SALUD HERNÁNDEZ-MORA / EL MUNDO

Desde el pasado 28 de abril, Colombia vive jornadas de un paro nacional que se ha tornado muy violento y se ha cobrado 17 vidas, cientos de heridos y cuantiosos daños materiales hasta el momento.

Iván Duque retiró su polémica reforma tributaria, como pedían, y ha convocado al diálogo, pero no ha logrado desactivar los bloqueos de carreteras nacionales y siguen las protestas callejeras.

¿Quién convocó el paro nacional?

El Comité Nacional del Paro (CNP) lo integran los principales sindicatos (CUT, CGT, CTC, FECODE etc), confederaciones de pensionados, movimientos estudiantiles, indígenas, feministas y medioambientales.

¿Cuál es el origen del estallido social?

Aunque no lo conocía el Comité cuando establecieron el 28 de abril como fecha para el paro, el proyecto de ley de reforma tributaria, que afectaba a las clases medias, enfureció a la ciudadanía. Retirarlo y la dimisión del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, se convirtieron en las principales reivindicaciones.

¿Por qué continúa el paro nacional?

Iván Duque aceptó tanto desechar la reforma tributaria como la posterior dimisión de Carrasquilla. Pero los manifestantes ahora pretenden cargarse la reforma a la Salud y lograr otras exigencias.

Pescan, además, en las aguas del descontento por la profunda desigualdad social y la crisis económica. Las restricciones por la pandemia aumentaron en tres millones el número de colombianos pobres. Ya son 21 millones, el 42% de la población.

¿Cuál es el número de víctimas?

La Defensoría del Pueblo reportó 24 homicidios durante las protestas y la Fiscalía General estableció que once tuvieron que ver con ellas, de siete necesitan averiguar más y seis no tienen relación alguna con el paro. De momento, imputarán tres homicidios a la Policía Nacional.

En cuanto a heridos de diversa consideración, el Ministerio de Defensa señala que van 250 civiles y 457 policías.

La misma cartera notificó que 69 estaciones de transporte, 36 cajeros automáticos, 94 bancos, 14 peajes, 313 establecimientos comerciales sufrieron destrozos y saqueos. Habría que sumar daños importantes a estaciones de policía, autobuses, públicos y privados, además de barricadas en carreteras nacionales y calles cortadas que causan escasez de suministros. Y los números siguen subiendo.

¿Por qué tanta violencia?

Defensa asevera que las nuevas FARC y células urbanas del ELN están detrás de los hechos más violentos. En las hordas destructoras y en las barricadas también participan activistas de extrema izquierda, jóvenes sin futuro y otros que a su precaria situación económica unen el hartazgo por los aislamientos del Covid. Y en los saqueos estarían ciudadanos de escasos recursos, migrantes venezolanos pobres y ladrones.

El Presidente ecuatoriano, Lenin Moreno, y algunos analistas, acusan a Nicolás Maduro de financiar la violencia con el objetivo de desestabilizar Colombia, como ya hicieron antes con Chile.

¿Qué salidas tiene la crisis?

Duque ha comenzado una serie de encuentros con diferentes interlocutores sociales, políticos, judiciales y gremiales. En suma, algunas de las voces que en su día y le advirtieron que su reforma tributaria causaría un tsunami.

El Senado (la Cámara legislativa más importante), por su parte, decidió celebrar una sesión extraordinaria para escuchar a los promotores del paro y a portavoces del gobierno.

Y la Defensoría del Pueblo y la Cruz Roja colombiana han acordado con los manifestantes establecer corredores humanitarios para pasar la carga de oxígeno medicinal, medicamentos y algunos alimentos.

¿Quién sale beneficiado?

Con las elecciones presidenciales del 2022 en el horizonte, la figura de Gustavo Petro, un líder populista de extrema izquierda, que pidió el voto para Pablo Iglesias en las recientes elecciones y en el 2019 azuzó los ataques a la policía, sería la beneficiada. Lidera las encuestas, sus alfiles están en el paro y sus seguidores le ven como el único candidato que conecta con el descontento popular.

¿Cuáles son los antecedentes?

En noviembre del 2019, cuando las cifras económicas eran buenas, el Comité Nacional del Paro organizó una huelga general que contó con amplio respaldo popular y también degeneró en desórdenes callejeros, pero no fue tan prolongada.

El gobierno aceptó negociar con los convocantes y el pliego inicial de trece puntos lo ampliaron a 120. Al inicio pedían cambios en política económica, social, derechos humanos y eliminar la policía antidisturbios, pero luego agregaron un cóctel variopinto que incluía salir de la OCDE o liberar a los presos políticos (guerrilleros autores de crímenes), entre otros. Mantuvieron reuniones, nunca concretaron nada y la aparición del Covid sepultó las conversaciones.

En septiembre del 2020, la muerte de un estudiante de Derecho, a manos de la policía, generó una violenta ola de protestas en Bogotá que derivaron en la muerte de ocho civiles por presuntos disparos de la policía.

Si bien la lucha contra la pandemia pareció relegar a un segundo plano el descontento social, la realidad es que la crisis económica por el Covid enardeció los ánimos.

Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2021/05/06/60940afefdddff889c8b4678.html

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