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‘Pleasure’, la primera película que retrata el mundo del porno desde dentro | El Mundo

La directora sueca Ninja Thyberg se incrustó durante siete años en la industria del porno para ofrecer el más descarnado y realista retrato de un mundo fascinante y brutal

La actriz Sofia Kappel en un momento de ‘Pleasure’.

LUIS MARTÍNEZ / EL MUNDO

Nunca antes una película comercial se había acercado tanto al límite. En cualquiera de los sentidos. Pleasure no es una película pornográfica, pero su argumento no es otro que la pornografía en su expresión más evidentemente explícita. Todo está a la vista con un pudor calculadamente impúdico. Pleasure no es una condena del porno, pero su detallada descripción del negocio se aproxima con una claridad desusada a la simple náusea. Pleasure no reivindica nada, pero acierta a dar voz a unos trabajadores que no hacen más que cumplir con las exigencias de sus clientes (nosotros). Pleasure es feminista puesto que su objetivo, en palabras de la directora, es denunciar una concepción del sexo exclusivamente al servicio del hombre y que transforma a la mujer en simple mercancía. Pero Pleasure también discute el feminismo (o parte de él) desde la defensa de «un porno ético», de un porno realizado por mujeres, de un porno «desde otro punto de vista». «Las mujeres reclaman su derecho a desear», concluye la directora Ninja Thyberg. Nada que ver con ese extraño producto de éxito tan cerca de la apología de la violación que representan películas aceptadas socialmente como 50 sombras de Grey o 365 días. Pleasure es una brillante contradicción con la virtud del grito y del magnetismo.

La película, seleccionada el año pasado en Cannes después de impresionar en Sundance, cuenta la aventura de una joven sueca que decide viajar a Los Ángeles para convertirse en estrella del cine para adultos. Su decisión es firme y completamente libre de escrúpulos. Lo que sigue se mantiene tan cerca de Ha nacido una estrella como del más elemental descenso a los infiernos. Siempre en equilibrio, también él dantesco. «Mi único método ha sido creer a mi personajes, ni juzgarlos ni psicoanalizarlos», cuenta Thyberg a modo de prólogo.

La actriz Sofia Kappel en un momento de 'Pleasure'.
La actriz Sofia Kappel en un momento de ‘Pleasure’.

A su manera, el trayecto de la protagonista interpretada con un aplomo descomunal por la actriz debutante Sofie Kappel (la única no profesional del porno en el elenco) guarda cierta y muy prudente similitud con el de la propia directora. También ella viajó al epicentro de esa industria «tabú» desde su Suecia natal y también su propósito era completar el deseo o el trabajo de toda una vida. «Me empecé a interesar por el porno con 14 años. Mis amigas y yo leíamos novelas románticas y ligeramente eróticas con una idea edulcorada y muy falsa del sexo. Y así hasta que vi con mi pareja entonces una película porno. Lo que para él era excitante, a mí me resultaba degradante y brutal», comenta para describir el principio de una obsesión que le ha perseguido hasta ahora que tiene 37 años.

Cuenta Thyberg que primero se convirtió en activista anti-porno para luego iniciar unos estudios de género que la colocaron en la necesidad de saber más. Y de ahí hasta completar el cortometraje de 2013 (también titulado Pleasure) del que la película que ahora se estrena en España es su conclusión casi obligada. «Es el trabajo de mi vida y se puede decir que me he hecho una persona adulta en su elaboración», comenta sin un asomo de ironía.

La actriz Sofia Kappel en un momento de 'Pleasure'.
La actriz Sofia Kappel en un momento de ‘Pleasure’.

Pleasure es una ficción pero de un rigor que la coloca del otro lado. Antes de su rodaje (que se completó en 25 días entre septiembre y octubre de 2018 ), la directora convivió durante meses en una casa con actrices porno, visitó infinidad de rodajes y ella misma presume de haberse entrevistado con absolutamente todos los que tienen que ver -mucho o poco, desde un género u otro, desde lo más extremo a lo más soft- con la industria. Desde el agente Mark Spiegler a actrices como Evelyn Claire o Aiden Starr, todos tienen su papel. «Lo que intento decir», se interrumpe a sí misma Thyberg, «es que culpamos a las personas que hacen porno y las vemos como pervertidas, pero sólo están dando a los clientes lo que éstos quieren. Recuerdo que una vez estaba en un set con dos hombres negros y una niña apenas mayor de edad vestida de colegiala. El director estaba incómodo, se volvió a mí y me dijo ‘¿Qué les pasa a ustedes? ¿Por qué quieren ver esta mierda?’. No oculto que uno de los objetivos de mi película es que nadie que la vea vuelva a ver la pornografía de la misma manera». Se toma un segundo y sigue: «En cualquier caso, no quiero que nadie se sienta culpable por excitarse. La culpa no es un sentimiento constructivo. Basta con reflexionar y ser consciente de que al colocar la vergüenza de tu propia sexualidad en las mujeres, ellas pasan a ser la pecadoras. Y es así como se construye el concepto de puta». Y ahí lo deja.

La película no evita mostrar nada. «En realidad, nos las ingeniamos para que el espectador imagine más de lo que ve. Las reglas durante el rodaje fueron muy estrictas para que nadie se sintiera nunca utilizado», precisa. Y pese a la precisión, todo se ve. Cada centímetro de vergüenza y también de dolor. Y de humillación. «Sí, todo eso está ahí, pero también el compañerismo, la amistad y la conciencia de ser nada más que un reflejo de todos nosotros. No quiero que sea una película sobre el porno, sino sobre la sociedad que lo cobija», dice. Y así es.

La actriz Sofia Kappel en un momento de 'Pleasure'.
La actriz Sofia Kappel en un momento de ‘Pleasure’.

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¿Habría que prohibir el porno? «No creo que ese sea el camino. Lo creí de joven, ya no. Creo que el cambio tiene que venir desde dentro. Ahora mismo se está produciendo un cambio en la industria y las mujeres cada vez tienen más poder. Es importante apoyar esa transformación ya en marcha… Tendríamos que centrarnos en sostener y promover el sexo consensuado. Hay que acabar con la imagen del hombre depredador de un objeto sexual que es la mujer. Es un cambio en el porno, pero sobre todo en la mente de todos. Los jóvenes sólo ven sexo explícito en el porno y creen que ésa es la única manera. Eso es lo que hay que cambiar».

«Pleasure» es la respuesta que da la protagonista al agente de aduanas cuando le pregunta si su viaje es de negocios o de placer. El negocio del placer.

Fuente: https://www.elmundo.es/cultura/cine/2021/10/15/61686d24e4d4d815458b45a3.html

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