El margen de ganancias antes del pago de intereses, impuestos, depreciación y amortización de la empresa estatal se hundió a 21% de sus ventas totales, lo que significó un desplome de 10 puntos frente al 2022, mientras que sus gastos operativos se duplicaron en dos años.
OCTAVIO AMADOR / EL ECONOMISTA
A pesar del histórico esfuerzo fiscal del Estado mexicano para darle oxígeno financiero, Petróleos Mexicanos (Pemex) tuvo en el 2023 su peor retroceso en rentabilidad en cuando menos una década, lo que coincidió con una notable alza en sus gastos operativos.
El margen de ganancias antes del pago de intereses, impuestos, depreciación y amortización de la empresa estatal fue de 21% de sus ventas totales, lo que significó un desplome de 10 puntos porcentuales frente al 2022 y el menor nivel desde el 2020, cuando fue de 19%, en plena pandemia de Covid.
La ganancia antes del pago de intereses, impuestos, depreciación y amortización, conocida como EBITDA, por su sigla en inglés, es la medida más utilizada para medir la rentabilidad de una empresa.
En términos absolutos, para Pemex fue de 355,000 millones de pesos en el 2023, un monto 51.6% inferior a los 734,000 millones de pesos del 2022.
La reducción se explica en parte por la caída de 27.8% de los ingresos de la empresa (relacionada con el desplome de 20.5% en el precio del petróleo crudo y caídas aún mayores de los precios de sus productos derivados), pero también coincide con un significativo incremento en sus gastos.
El año pasado los gastos operativos de Pemex crecieron 35.7% a un nivel récord de 228,220 millones de pesos, que equivale a 13.3% de las ventas de la petrolera.
El aumento llama la atención ante el bajo desempeño en los indicadores operativos más importantes de la estatal. Su elaboración de petrolíferos, por ejemplo, cayó 2% a 896,546 barriles diarios, mientras que la producción de crudo y condensados subió apenas 5.1 por ciento.
En una perspectiva mayor, los datos son más preocupantes. Entre el 2021 y el 2023 —período en el que se ha intensificado al apoyo estatal a Pemex—, los gastos operativos, de hecho, se duplicaron, desde un nivel de 113,546 millones de pesos. En ese período, la producción de petrolíferos subió apenas 11.2% y la de crudo, 6.8 por ciento.
En ambos casos, los niveles estuvieron por debajo de las metas planteadas, tanto a inicio del sexenio, como en los planes de negocio subsecuentes de la empresa, que marcaban que el proceso de crudo para la elaboración de gasolina, diésel y demás petrolíferos rebasaría los 1.3 millones de barriles en el 2023.
En tanto, se esperaba que la extracción de crudo y condensados bordearía los dos millones de barriles diarios.
En la misma dirección que los gastos operativos de Pemex, se comportaron sus gastos administrativos. Aunque su alza fue menor, de 11.8% a 172,088 millones de pesos, también abonaron a la erosión del margen operativo de la empresa. Ni siquiera en el 2020 Pemex tuvo una caída tan pronunciada de su margen. Ese año el descenso fue de solo cinco puntos, de 24% a 19% y un año antes, en el 2019, se contrajo 9 puntos, de 33 a 24 por ciento.
Por debajo de la industria
El margen EBITDA de 21% obtenido por Pemex durante el 2023 (durante el cuarto trimestre se hundió incluso a 14%) también resultó inferior a la media de 26% de la industria, según consignó la propia empresa en su presentación de resultados del cuarto trimestre al público inversionista.
La empresa mexicana se ubicó por debajo de firmas como Petrobras (54%), Equinor (41%), Chevron (24%), Eni (23%) o Total Energies (22 por ciento). Mientras que estuvo a la par de BP (21%) y por arriba de Exxon (20%), Shell (20%) o Repsol (14 por ciento).
En el 2021, cuando alcanzó su último pico en rentabilidad, con un margen EBITDA de 33%, Pemex solo fue superada por Equinor (50%) y Petrobras (53 por ciento).
También en su último reporte trimestral, Pemex contabilizó los apoyos recibidos por el gobierno mexicano entre el 2019 y el 2023 en prácticamente 1.6 billones de pesos.
Solo por aportaciones de capital la suma asciende a 869,000 millones de pesos, mientras que por la disminución de la tasa del Derecho por la Utilidad Compartida (DUC) de 65% en 2019 a 58% en 2020, 54% en 2021 y 40% en 2022 y 2023, estimó un ahorro de 500,000 millones de 2020 a 2023.
Finalmente, recibió beneficios fiscales adicionales en el 2020 y el 2021 por más de 138,000 millones de pesos y en el 2023, por 91,000 millones de pesos.