Almudena Martínez-Bordiú / ACI Prensa
El Papa Francisco recibió este miércoles en audiencia a un grupo de musulmanes de Bolonia (Italia), ante quienes afirmó que “los matrimonios entre personas de distintas religiones no deben ser una oportunidad para convertir al cónyuge a la propia religión”.
En su discurso, el Santo Padre precisó que “Jesús nos enseñó a acogernos unos a otros como hermanos”.
Explicó que esta premisa “se aplica ante todo a nosotros, cristianos, judíos y musulmanes, que adoramos al Único Dios y que nos referimos, aunque de manera diferente, a Abraham como padre en la fe”.
Para el Pontífice, en el mundo actual, “nuestro testimonio de fraternidad es indispensable y muy valioso”.
Nosotros, continuó el Papa Francisco, “que hemos recibido el don de esta pertenencia religiosa, estamos llamados a ser abiertos y acogedores con quienes no la comparten, porque son, como todos nosotros, miembros de la única familia humana”.
En particular, destacó que “el diálogo sincero y respetuoso entre cristianos y musulmanes es un deber para quienes deseamos obedecer la voluntad de Dios”.
“En efecto, la voluntad de un Padre es que sus hijos se amen, se ayuden y que, si surge alguna dificultad o malentendido entre ellos, lleguen a un acuerdo con humildad y paciencia”, expresó.
Para que este diálogo sea posible, afirmó que es necesario “el reconocimiento efectivo de la dignidad y los derechos de toda persona”, especialmente el de “la libertad de conciencia y de religión, lo que significa que todo ser humano debe ser plenamente libre en cuanto a sus opciones religiosas”.
Además, aseguró que todo creyente debe sentirse libre de proponer, “nunca imponer”, su propia religión a otras personas, creyentes o no.
“Esto excluye toda forma de proselitismo, entendido como ejercer presiones o amenazas; debe rechazar todo tipo de favores económicos o laborales; no debe aprovecharse de la ignorancia de las personas”, advirtió más tarde.
“El mundo, especialmente en este momento histórico, necesita creyentes coherentes y fuertemente comprometidos en la construcción y el mantenimiento de la paz social y mundial”, dijo por último el Papa Francisco.