Por Fernando Manzanilla Prieto
Esta semana se celebró el Día de la Tierra, una fecha para reflexionar sobre nuestro impacto en el planeta y para comprometernos a conservar y proteger nuestro hogar común, el cual desafortunadamente ya sufre los estragos de la contaminación y el desgaste de los recursos no renovables, a través de fenómenos como el cambio climático.
Sin duda estas condiciones desafían la estabilidad de nuestro ecosistema global, por lo que es fundamental considerar cómo herramientas tan actuales como la propia tecnología pueden desempeñar un papel crucial en la creación de un futuro más sostenible para ciudades como Puebla.
Y es que la capital poblana afronta desafíos medioambientales apremiantes, ligados al calentamiento global y al daño que se le ha hecho a la Madre Tierra.
El primero de ellos es la deforestación y desgaste de biodiversidad, ya que Puebla ha experimentado una considerable pérdida de árboles debido a la expansión agrícola, la tala ilegal y la urbanización descontrolada, lo que ha llevado a la desaparición de hábitats naturales y a la disminución de la biodiversidad en la región.
Otro de los temas más urgentes por atender es el que deriva de la calidad del aire, la cual se ha visto afectada por la contaminación atmosférica, principalmente debido a las emisiones de gases de vehículos, industrias y quemas agrícolas, aunado a los gases y a la ceniza emitida con gran intensidad por el volcán Popocatépetl, que incluso han puesto en la cuerda floja el arranque del programa “Hoy no circula”.
Otro desafío medioambiental muy importante es el manejo inadecuado de residuos sólidos, ya que no existe infraestructura adecuada, además de que hay una falta de conciencia sobre la importancia del reciclaje y la reducción de residuos, lo que han llevado a la acumulación de basura y a la contaminación de suelos y cuerpos de agua.
Asimismo, uno de los retos más grandes que existen en Puebla es el relacionado con el suministro de agua potable y la contaminación de fuentes de agua. La sobreexplotación de acuíferos, la contaminación industrial y agrícola, así como la falta de infraestructuras adecuadas de tratamiento de aguas residuales contribuyen a enfatizar la problemática.
Sin embargo, a medida que avanzamos, la tecnología ofrece soluciones innovadoras para abordar estos desafíos y hacer que las ciudades sean más sostenibles y resistentes.
Por ejemplo, una de las formas más efectivas de reducir las emisiones de carbono es adoptar fuentes de energía renovable, ya que Puebla se encuentra en una ubicación privilegiada para el uso de la energía solar y eólica.
Al respecto, la instalación de paneles solares en los techos de los edificios y la implementación de turbinas eólicas en áreas estratégicas pueden ayudar a la ciudad a reducir su dependencia de los combustibles fósiles y disminuir su huella de carbono.
Asimismo, Puebla puede implementar sistemas de transporte inteligentes y sostenibles, como autobuses eléctricos en el transporte público del llamado sistema RUTA. Además, la integración de aplicaciones móviles que promuevan el uso compartido de automóviles puede reducir la congestión del tráfico y las emisiones de gases de efecto invernadero.
La tecnología también puede coadyuvar a optimizar la gestión de residuos, lo que contribuye a la reducción de la contaminación y la promoción de la economía circular. La implementación de sensores en contenedores de basura también colaboraría a monitorear y optimizar la recolección de residuos, reduciendo así el impacto ambiental.
Incluso, existe ya tecnología de monitoreo ambiental, como los drones equipados con sensores, los cuales ayudan a recopilar datos en tiempo real sobre la calidad del aire, la contaminación del agua y otros factores ambientales. Estos datos son esenciales para la toma de decisiones informadas y la implementación de políticas efectivas para proteger el medio ambiente.
Más allá de todos estos avances tecnológicos, recordemos en este Día de la Tierra que es crucial fomentar la conciencia y la participación comunitaria en la transición hacia un futuro más sostenible. Hoy, más que nunca, sociedad y gobierno deben colaborar en Puebla para difundir que se asuma la responsabilidad compartida en la cultura de educación ambiental y la promoción de un estilo de vida sostenible.