¿Las y los poblanos merecemos que se ralentice el arranque del gobierno por tener en cargos de gran relevancia a gente a la que se le agradece haber resisitido y persistido?
Por Itanbdehui Rodríguez / Monólogos de Ménade
El inicio de un nuevo gobierno es una oportunidad para hacer las cosas diferentes, de ser mejores que los anteriores, de entender que la aplicación eficiente de los recursos es fundamental para que la gente no pierda pronto la esperanza en el candidato que votaron.
Este nuevo gobierno en Puebla, el de Alejandro Armenta, es un gobierno que obviamente genera grandes expectativas, luego de haber obtendio la votación más alta de la historia.
¿El arranque de este nuevo gobierno nos está cumpliendo?
No lo sé.
Hay que reconocer una de las grandes virtudes del gobernador poblano y es su agradecimiento. Es un hombre que corresponde a cabalidad a las personas que le han ayudado y eso es algo que hay que considerar.
Pero, ¿este agradecimiento lo habrá llevado a tomar en cuenta a personajes que no cumplen con los perfiles para los cargos que van a desempeñar?
En muchos casos parece que sí y que estos no sobrevivirán a la aduana de los 100 días.
El problema de esto, es que el verdadero arranque del gobierno actual se retrasará al menos eso, 100 días. Al parecer en este periodo se pagarán facturas y se despedirá a la gente que no “dio el ancho”, para después incorporar a personas que sí saben lo que hacen.
Para desgracia de muchos y para beneficio de otros tantos, las personas que acompañan al gobernador son personas que llevan en su mayoría, al menos, 13 años fuera de la administración pública. Son personas que desconocen sus procesos, sus avances y sus innovaciones. Incluso hay algunos que nunca han trabajado en el gobierno y esas curvas de aprendizaje son carísimas.
¡Qué honor entrar a tomar el control de una oficina el día de hoy escuchando “Mi primera chamba“! Pero, ¿las y los poblanos merecemos eso? ¡No lo sé Rick!
Carecer de las credenciales y la experiencia para ocupar un cargo también es corrupción.
Nueva oposición
El día de ayer, pese a los intentos de intereses externos de hacerse de la dirigencia del PAN vía el candidato de Eduardo Rivera, Felipe Velázquez, Mario Riestra se convirtió en el nuevo presidente de este instituto político.
Aunque en la indigna rabieta, Velázquez asegura que va impugnar la elección, lo cierto es que hace más de 20 años no había un presidente que hubiera ganado con tan amplia diferencia y que tuviera tanta legitimidad.
Los operadores de Eduardo Rivera le juraron a su jefe que tenían todo controlado. El problema fue que lo hicieron con los lentes del ego puestos y esos malditos lentes hacen que las cosas se vean muy borrosas.
Ahora, desde la decepción que estos operadores le generaron a su jefe y de los malos resultados entregados, prefieren decir en redes sociales que perdieron en un proceso viciado cuando ellos pusieron la cancha, el balón, al árbitro e intentaron meter a más jugadores de los que debían y, por si fuera poco, atacan a quién llevó a Eduardo Rivera a en su plantilla.
Parece un mal chiste pero es anécdota.
Esos lentes de ego, son los que los cegaron desde hace tres años al ser incapaces de reconocer que la oposición no valía tanto en Puebla por culpa de ellos. Ese grupo que revivió gracias a la ayuda de Miguel Barbosa, se creyó capaz de dar el siguiente paso sin él.
Esta ayuda no vino del reconocimiento del difunto gobernador al grupo riverista como la mejor opción para gobernar la capital. Vino de la gran fobia que él sentía por Claudia Rivera y el deseo de aniquilarla políticamente.
Fue desde ahí, desde la indignidad de lo regalado, que soñaron con Casa Aguayo… la historia todos la conocemos.
Hoy inicia un nuevo capítulo para Acción Nacional en Puebla. De la mano de Genoveva Huerta y Jorge Aguilar, Mario Riestra prometió a la militancia ser una dirigencia “todoterreno”, no una de oficina como claramente fue la anterior y que le quedó a deber al panismo.
Como escribió Sun Tzu en el Arte de la Guerra:
“No cometer errores es lo que establece la certeza de la victoria porque significa conquistar a un enemigo que ya está derrotado”.
Lamentablemente este grupo político desconoce la filosfía del gran guerrero y estratega chino, o eso parece. El riverismo y el Yunque cometieron muchos, muchos errores.
¿El peor de todos?
Creerse que tenían la certeza de la victoria.
En fin… el resumen de lo sucedido en los últimos meses para este partido, es claro: si Puebla no quiere al Yunque y lo demostró en las urnas, si el PAN no quiere al Yunque y lo demostró en las urnas, ¿por qué deben prolongar su agonía? Eutanasiar al Yunque es un acto de humanidad.
El nuevo gobierno y la nueva oposición
La despresurización que trajo al proceso panista la llegada de Alejandro Armenta se puede traducir en respeto, respeto a la oposición.
No lo sé, pero lo sospecho, no tengo pruebas pero tampoco dudas. El gobernador quería un espejo digno para evaluar su reflejo y la oposición para un gobernante es eso, un espejo.
Ningún grupo que es capaz de arrodillarse en cualquier momento porque le persiguen observaciones y revisión de cuentas pendientes, podía haber sido un espejo digno del reflejo del gobernador más votado de la historia.
Para tenerlo debía hacer una cosa, solo una cosa y lo hizo, mantenerse respetuoso y ajeno a un proceso que no era suyo.