Si este fuera un concurso con Chabelo, no podrían preguntarle si quiere ruido o silencio. La inseguridad en Puebla produce mucho, mucho ruido.
Por Itandehui Rodríguez / Monólogos de Ménade
Este miércoles rindió protesta Humberto Aguilar Viveros como titular del Consejo Estatal de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública (CECSNSP) y el reto no es menor.
Muchos se preguntarán: ¿y eso cómo se come?
Bueno, pues este organismo coordina todos los programas federales de capacitación, equipamiento en materia de seguridad. Además homologa todos los criterios del Sistema Nacional de Seguridad en los estados, solicita recursos a Finanzas y signa convenios para impulsar programas y acciones, etc.
El área ha estado algo satanizada, no sanitizada, no soy disléxica, satanizada.
Y es que en el pasado ha habido ciertos personajes digamos… cuestionables al frente de este organismo.
No piensen que Aguilar Viveros será como Alejandro Fernández Soto, por citar un ejemplo.
Fernández fue denunciado por diputados de Acción Nacional durante el marinismo por presuntamente extralimitarse en sus funciones.
¿Cómo?
Pero, ¿por qué?
Les cuento el chisme.
Por presuntamente autorizar y encubrir presuntas prácticas de espionaje valiéndose de reporteros.
Hasta aceptó públicamente que, según él, esa “es una práctica común en todo el mundo”.
¡A huevo, si todos se tiran por una barranca, yo también!
Además le parecía “una manera sana de espiar al crimen organizado”.
¡Háganme el chingado favor!
Es más, estoy segura que alguien por aquí debe recordar una entrevista en la que Fernández Soto se alteró al aire con Iván Mercado. Se dijo frustrado porque la gente no valoraba que se la pasaba día a día trabajando para dar resultados.
Solo le faltó decirnos pinches malagradecidos.
Pues, para eso se contrató, ¿no?
Anyways.
Tampoco sucederá lo de Lourdes Náres Rodríguez a quién en 2012, al inicio de la administración de Rafael Moreno Valle, le iniciaron una investigación por el delito de peculado.
En el caso de la abogada, el problema fue que asignó una obra directamente a una empresa para que iniciara la demolición y reconstrucción en 2009 de los juzgados penales ubicados a un costado del CERESO de San Miguel y para 2012 no se había removido una sola piedra.
Me la maltinterpretaron, es que eso de el trámite del Manifiesto de Impacto Ambiental y los trámtes ante el Ayuntamiento son bien lentos y los vecinos del penal se quejaron porque creían que les iba a molestar el ruido.
Shit happens.
Pues llegó el momento de cambiarle la cara a la dependencia y me atrevo a decir que la elección del gobernador Armenta fue buena.
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Creo que la historia que estamos por vivir con Humberto Aguilar Viveros será diamentralmente diferente, por una razón sencilla, es un hombre decente y que sí sabe de Administración Pública.
El experimentado político ha sido Presidente Municipal de su natal Tepeaca, diputado local, delegado de Gobierno Federal, Director del DIF estatal y, dicen, buen amigo de sus amigos.
El reto es grande, reitero, Humberto Aguilar Viveros tiene una tarea compleja en las manos, pero seguramente, como en sus encargos anteriores, lo hará bien.
La confianza depositada en él por parte del gobernador Alejandro Armenta fue avalada este miércoles por los integrantes del Consejo.
Estaban todos, solo faltamos yo, mi ‘apá y la Chona.
Durante la Cuarta Sesión Extraordinaria, Aguilar viveros contó con el voto de los 19 asistentes, entre los que se encontraban la magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), María Belinda Aguilar Díaz; el coordinador de Gabinete, José Luis García Parra; el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Francisco Sánchez González; el titular de la Secretaría de Infraestructura, José Manuel Contreras de los Santos y el subsecretario de Movilidad y Transporte, Juan Manuel Vega Rayet.
También votaron Guadalupe Lucero Bárcenas, presidenta municipal de Acatlán de Osorio; Ariadna Ayala Camarillo, de Atlixco; Rogelio López Angulo, de Huauchinango; Alejandro Barroso Chávez, de Tehuacán; José Cinto Bernal, de Juan C. Bonilla; Germán Coleote Jiménez, de Acatzingo y Roberto Solís Valles, de Huejotzingo.
¡Buena vibra abogado!