Acercamiento Gobierno de Puebla e IP, ¿intento de cancelar odios y rencores o búsqueda de unidad para el 24? Morena no quiere perder Casa Aguayo.
Por Jesús Manuel Hernández
Nadie puede despreciar los buenos oficios de Pepe Chedraui Budib a favor del vacío pendiente, la asignatura no cubierta en los últimos años entre gobierno e iniciativa privada, el resentimiento gobernó y hoy se vislumbra un paso hacia la reconciliación.
Bueno, esa es la interpretación primaria, cancelar odios y rencores, diría don Alfredo Toxqui, en aras de gobernar en paz. A Céspedes Peregrina el tiempo le va rápido, a un mes de su llegada se vislumbra un acercamiento, puente de plata le dirían algunos, a quienes habían sido criticados por su antecesor.
Esa actitud seguramente despertará polvos de viejos lodos a los fundadores de Morena en Puebla y verán un punto de debilidad en la nueva administración; para otros quizá sea la señal esperada para empezar a construir la política desde la visión local.
Entre pragmatismo y reconciliación, quizá sería la definición del encuentro donde hubo como en las tamaleras del barrio, de dulce, de chile, de manteca… No hubo un grupo compacto, estuvieron representados varios intereses, locales, que rondaron en los sexenios anteriores y quienes navegan o por la libre o más bien, por el interés, no tanto por el capital.
Los hombres y mujeres de negocios sentados en torno del gobernador quizá piensen que ha llegado el momento en que todo será miel sobre hojuelas, un sano deseo, valedero, pero que derivará en las reacciones de otros grupos y donde nuevamente, como se escribió aquí hace unos días, hará ver de cerca si “duele más el pellejo que la camiseta”.
Casi las mismas caras, los mismos móviles de participar, la misma ansia de figurar, de recibir el calor del reflector. Lo mismo estuvieron con Melquíades Morales, con Mario Marín, con Moreno Valle, con Gali, que con Martha Érika, y por supuesto con López Zavala, esa es la cara de la Puebla en la política del siglo XXI, ni más ni menos.
Intereses encontrados, inversionistas, inmobiliarios, desarrolladores, patronos universitarios, dirigentes de organismos empresariales, que fueron despreciados ahora intentan ser sumados por el Gobernador Sustituto.
¿Cómo se traducirá esto en el orden de los valores de la política local? ¿Acaso nos esperan tiempos verdaderos de paz y tranquilidad y de buscar candidaturas que eviten la discordia?
Quizá el evento del 11 de enero deba verse a los ojos de la reunión sostenida dos días después por el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, quien convocado por algunos empresarios, que estuvieron en la reunión del 11, cobijaron por igual a las “corcholatas”, Alejandro Armenta y Nacho Mier, una clara señal que Morena no está dispuesta a ceder el espacio de Casa Aguayo y que los intentos de la Alianza Va por México en el orden local, quedarán en “suspiros”, como los dulces de Santa Clara, los “merengues angelopolitanos”.
O por lo menos, así me lo parece.