¿Quién iba a pensar que López Obrador iba a ser el creador de la Señora X, el personaje que va a darle batalla en la boleta a su corcholata, la que sea que aparezca?
Por Itandehui Rodríguez Martínez
@Itandehui_RoMa
¿Qué les parecería si abajo del nombre de Xóchitl Gálvez, apareciera Señora X en la boleta? Porque el INE lo permite.
Xóchitl llevó de nuevo a una esquina al presidente, en ese ring del colectivo imaginario. Lo obliga a no poder decir su nombre, él le pone un sobrenombre para poder seguir refiriéndose a ella y lo va a posicionar, mientras ella se encarga de posicionar su apelativo.
Lo que está sucediendo no emana de la estrategia creada por un despacho o en un bunker para lograr que el presidente López caiga una y otra vez, pero, sin duda, esta nueva circunstancia en la que se encuentra ha sido muy bien capitalizada por el equipo de Gálvez.
Hasta suena a nombre de heroína de Marvel.
Pero ¿qué llevó a Lópezcraist nuestro señor… presidente a encontrarse en este punto?
Primero, el tener una personalidad tan imponente que todos quisieran parecerse a él. Sus corcholatas, salvo Marcelo Ebrard, carecen de personalidad propia. Son un “copy-paste”. Claudia Sheinbaum, Gerardo Fernández Noroña y Adán Augusto López hablan despacito y hasta cantadito.
El culto al presidente.
Segundo, al confrontarse con la ciudadanía se dieron cuenta que tal vez y solo tal vez no eran tan queridos como creían. Cuando dejas de tener el control de los dineros y de los apoyos, se te acaba el atractivo, aquí y en Tepito.
Morena, al momento de hacerse de los programas sociales, los capitalizó, como lo han hecho todos. Esto encareció aún más el voto, ¿por qué? Porque los últimos que ganaron “con saliva”, prefirieron usar las becas y las despensas para convencer a la gente y durante el tiempo que pudieron entregar apoyos, lo hicieron a nombre del presidente.
Otra vez, el culto al presidente.
Tercero, las cosas están sucediendo tan rápido, que seguramente ni la misma Xóchitl está logrando procesar lo que sucede, simplemente se ha logrado montar a las olas cuál experimentada surfista. El equipo del presidente no está logrando responder de la misma manera. Quisieran poder cuidar a sus corcholatas, ayudarlas, pero la prioridad es el presidente.
De nuevo, el culto al presidente.
Mientras tanto, Xóchitl Gálvez, alias, Señora X está creciendo orgánicamente. Se trata de una mujer con perfil ciudadano, que no representa al panismo, pero que está convenciendo a los panistas, priistas, perredistas y ciudadanos que no veían una alternativa en los demás aspirantes de la oposición. Y es que esos personajes no eran opción por una sencilla razón, fueron parte del problema.
¿Se imaginan a Beatriz Paredes hablando de combatir a los feminicidas y la trata cuándo ella no detuvo el problema en Tlaxcala?
¿Le creerían a Enrique de la Madrid hablando como candidato de los excesos del lopezobradorismo, cuando fue parte de los excesos del peñismo?
¿Qué opinarían de Mancera criticando las deficiencias del metro?
Pero, además, ¿por qué la ciudadanía debería salir a defenderlos en redes sociales? Ahí es dónde se da la lucha más encarnizada entre los electores. No es con porras en a la calle, no es contando quién cuelga más lonas en su casa o de quién se ven más calcomanías circulando en autos.
Hay un cambio en el comportamiento de los usuarios de redes, están defendiendo a Xóchitl, están inundando no solo Twitter, se están manifestando en Facebook y hasta en Tiktok. Eso no había sucedido con alguno de los otros aspirantes. Tal vez un poco con Lilly Téllez, pero a estas alturas habría que preguntarnos, ¿quién es Lilly Téllez y porqué la gente la olvidó tan rápido?
Mientras tanto, Xóchitl Gálvez parece haber alcancazado ya las 150 mil firmas para hacer válido su registro ante el Frente Amplio por México.
De algo estoy segura, el presidente llevó esta guerra a la cancha de los cómics, creó a su némesis y la está fortaleciendo. La Señora X llegará a las boletas y mañana a Puebla, ya veremos qué tal le va.