Y la expulsión de Isabel Merlo del PRI… ¿para cuándo?
Por Itandehui Rodríguez Martínez
@Itandehui_RoMa
Aclaro que me parece lamentable que el PRI considere motivo de expulsión de sus filas -cada vez más pequeñas, por cierto- que sus talentos acepten cargos en administraciones distintas a las priistas. Pero lo que es parejo, no es ‘chipotudo’.
La gente come, tiene familias que mantener y cuentas que pagar. No creo que el reconocimiento al talento de una persona venido por medio de un ofrecimiento de trabajo, debiera ser un tema de castigo. Es como si un ‘head hunter’ llega a la empresa “El Cisne Feliz” y le ofrece una plaza en “El Ornitorrinco Alegre” al CEO, al que de por sí, ya se le iba a terminar el contrato.
Y es que en medio de una crisis de talentos y en tiempos en los que lo que falta, es gente con experiencia para ocupar cargos en la Administración Pública, el PRI, en apego a sus estatutos, expulsa a toda o todo aquél que le acepte cargos a otro partido.
Si no me creen, pregúntenle a Claudia Pavlovich. A la ex gobernadora le dieron las gracias por participar en el tricolor el 22 de junio de 2022. También a Quirino Ordaz, el 21 de marzo, también de 2022. ¿Las razones? “Actos de indisciplina grave”.
De acuerdo con el artículo 257 de los estatutos del tricolor, en el inciso VIII establece como causa de expulsión:
“VIII. Proceder con indisciplina grave, en relación con las determinaciones de las asambleas y demás órganos del Partido”.
Por eso expulsaron a Pavlovich y a Ordaz.
En el caso de Ordaz dijeron que:
“… el ciudadano Ordaz Coppel no acató la resolución del Consejo Político Nacional y aceptó desempeñar un cargo en la Administración Pública Federal por parte de un gobierno emanado de un partido político antagónico al Revolucionario Institucional, y con el que no se tiene convenio de coalición”.
Léase, si le aceptan la chamba a un partido que no sea PAN o PRD, entonces “cuello”. Así lo marcan los estatutos y aunque suene a cantaleta… lo que es parejo, no es ‘chipotudo’.
En el caso de Pavlovich también le dieron “crán al alacrán”.
Repito, yo no creo que eso sea lo correcto, pero repito, lo que es parejo, no es ‘chipotudo’. En el sentido estricto, Néstor Camarillo debió haber iniciado ya con el proceso de expulsión del PRI de Isabel Merlo Talavera. Esto por ser la secretaria de Educación Pública en la administración del gobernador Sergio Salomón Céspedes.
En el caso de la secretaria Merlo, tendrían que aplicar lo que establece el artículo 63 en la fracción VI. Específicamente dice que las dirigencias del partido -ella ocupaba la Secretaría General del CDE del PRI al momento de aceptar el cargo que hoy ocupa-, tienen por obligación:
“VII. Abstenerse de ocupar cualquier cargo, empleo o comisión pública alguna en gobiernos emanados de algún otro partido distinto al Revolucionario Institucional. Lo anterior con excepción de aquellos que sean del personal sindicalizado, servicio civil de carrera, elección popular, cuando provengan de coaliciones, los de carácter académico, así como cuando exista dispensa concedida por el Consejo Político Nacional”.
Esto aparece en los estatutos que se aprobaron en la LXII Sesión Extraordinaria del Consejo Político Nacional del Partido Revolucionario Institucional, celebrada el 19 de diciembre de 2022. Es decir, están vigentes.
A menos, claro está, que de pronto vaya a aparecer algún documento con la famosa dispensa, con fecha previa.
Solo hay un pequeño detalle, su última sesión fue el 8 de mayo de este año. Y, según los acuerdos que publica el ex partidazo, nunca se trató el punto de la dispensa para la secretaria Merlo.
En esa sesión se aprobó el método para elegir a la dirigencia de Yucatán, la prórroga de la dirigencia de Alejandro Moreno, la creación del Instituto de Estudios Políticos y Sociales… y ya. Así que ahí, no pasó.
Por lo que toca al Consejo Político Estatal, sesionó hasta el 20 de abril de este año para que rindiera protesta Delfina Pozos en sustitución de Isabel Merlo, quién se separó del cargo desde el 9 de marzo pasado, como lo prueba la Convocatoria para la elección de la persona que la sustituiría.
Antes de eso, el Consejo Político sesionó en diciembre, obvio ahí no se imaginaban lo que iba a suceder. Luego, en abril, nunca hablaron de la dichosa dispensa.
Ahora entonces, si lo que es parejo, no es ‘chipotudo’, ¿para cuándo iniciará Néstor Camarillo o en su defecto, la Comisión de Justicia Partidaria, el proceso de expulsión del PRI de Isabel Merlo?