Pensar en el mañana, es tener mentalidad de tiburón y la directora administrativa del Instituto Poblano del Deporte, es una tiburona.
Por Itandehui Rodríguez Martínez
@Itandehui_RoMa
El extraño caso de Yadira Lira, es como el extraño caso de Ana Gabriela Guevara.
Yadira Lira y Ana Gabriela Guevara fueron, como deportistas, ejemplo de que los buenos resultados, son producto del esfuerzo y la disciplina. Pero también, del irrestricto e incansable apoyo de sus familias para poder conquistar sus metas.
Recientemente algunos pudimos ver en redes sociales un video en el que Yadira Lira cuenta la manera en la que tuvo que esforzarse junto con su familia para poder solventar los gastos para poder acudir a varias competencias y regresar a México con muchas, muchas medallas que nos llenaron de orgullo.
Y digo que pudimos ver el video porque no lo escuchamos, si no me creen, reprodúzcanlo, aquí se los dejo.
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En este video, la funcionaria nos cuenta, todo lo que tuvo que hacer para lograr viajar por primera vez a una competencia en el extranjero. Hasta tuvo que vender ropa para poder pagar un viaje a Japón.
Pero bueno, a la buena y al buen entendedor, pocas palabras. Al ver este contenido, nos queda claro que la funcionaria ya está en campaña.
Porque dicen “los que dicen que saben”, que quiere ser candidata a diputada federal por el distrito 6 federal. Pero que, además, cuenta con la estructura priista para lograrlo.
Volvamos al punto, al igual que Ana Gabriela Guevara, Yadira Lira fue víctima de la falta de apoyo por parte de los gobiernos para poder cumplir con sus metas.
Luego un día, las dos seguramente creyeron que podrían llegar a cambiar las cosas, a marcar la diferencia, pero, como en toda buena historia, hay un “pero”… Pero se lastimaron la rodilla y ya no cambiaron al mundo.
Se convirtieron en lo que juraron destruir. De lo del juramento, no tengo pruebas, pero tampoco dudas.
De Ana Gabriela Guevara, sabemos tanto, pero tanto… Bueno, basta con revisar el último capítulo: “nadadoras artísticas ganan oro en Egipto gracias al apoyo de Carlos Slim y Arturo Elias Ayub”.
Por lo que toca a Yadira Lira, mientras ella hace campaña y revive a la estructura priista del distrito 6 federal, su directora administrativa Ángela Jazmín Ortiz Reyes, está acopiando para “el invierno”.
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Lo cierto es que absolutamente todos los que alguna vez fuimos empleados de gobierno, atravesamos por tiempos difíciles luego de abandonar la administración pública. Y, sin duda, Ángela Jazmín, se está preparando para un futuro diferente.
Dicen “los que dicen que saben”, esos que siempre piden la gracia del anonimato, que hay una bodega repleta de uniformes deportivos que no se han entregado desde 2019. Uniformes de todo, para atletas de alto rendimiento, para jugadores de beisbol, fútbol, basquetbol, volibol… vaya, de lo que gusten y manden.
¿Hay solicitudes de apoyo? ¡Pululan!
¿A cuántos benefician? A unos cuantos.
¿Por qué? Pues ¿para qué darles a todos cuando puedes tener “deportistas de élite”? En vez de gastar en miles, inviertes unos pocos. Esa es eficiencia en el gasto y no payasadas… ¡Obvio no!
¿Qué le va a pasar a esos uniformes embodegados? Pues sin tener pruebas y echando a volar mi imaginación, podría suponer que con esto de la buena lana que se le saca a la ropa de paca y reciclada, en 2025 podremos encontrar los uniformes en algún tianguis.
Al fin la titular del Instituto del Deporte se fue a Japón hace años vendiendo ropa, ¿no?
También podría intercambiarla por vales de descuento en tiendas como Zara, Mango, H&M o las tiendas de Inditex. Esas que tienen la bonita promoción que permite ahorrar 15% sobre el precio de los productos nuevos… ¡Esa es mentalidad de tiburón!
El día de mañana, cuando los deportistas recriminen a la administración poblana por la falta de apoyos, nadie pensará en Ángela Jazmín, pero sí pensarán en Yadira Lira. ¿Será que la directora del Instituto Poblano del Deporte quiera cargar con el costo del descrédito que le generará desempeño de su directora administrativa?
Recordemos que, tanto peca el que mata a la vaca, como el que no se da cuenta que la mataron aunque le tocaba cuidarla.