Por Itandehui Rodríguez Martínez
@Itandehui_RoMa
Alto, muy alto fue el costo de las vacaciones de Eduardo Rivera.
Y no me refiero al costo económico, sino al político.
En la segunda semana de enero, el expresidente municipal y precandidato a la gubernatura de Puebla, Eduardo Rivera, se fue de viaje, vayan ustedes a saber a dónde.
Durante esa semana, se concretó la candidatura de Néstor Camarillo al Senado. Esto a su vez, generó la amenaza de la salida de Jorge Estefan Chidiac del PRI.
El incumplimiento a los acuerdos con Estefan motivó, y no es para menos, su enojo y amenaza de salida, junto con 20 presidentes municipales.
Cuenta la leyenda, que Alito Moreno tuvo que escoger entre sacrificarse o sacrificar al poblano porque alguien de Morena lo visitó para recordarle su turbio pasado. Luego del recordatorio, le hizo ver que Estefan no debía ser candidato.
Y como eso de flagelarse, no se le da al dirigente nacional del PRI, cual Judas con ‘Chuchito’, se le olvidaron la amistad, el cariño, las complicidades y los acuerdos y decidió traiconar al poblano.
Por cierto, agárrense de la silla, porque esto se va a poner bueno. Si la denuncia de Monse Arcos, la exdirigente nacional del impronunciable ONMPRI prospera y logra una sentencia previa al proceso electoral, estaremos hablando de que Moreno, será sancionado y oficialmente reconocido como un violentador político de género.
Esto implicaría la imposibilidad de que Alito sea candidato al Senado y, además, que se quede sin fuero. ¡Diosito lo agarre confesado! Pero, además, debe haber también una investigación iniciada por parte de la Auditoria Superior de la Federación, esto por desvío de recursos.
Si quieren enterarse del chisme completo de Monse Arcos, lean aquí: Monse Arcos denuncia por violencia política de género a Alito Moreno.
Prosigamos, el caso es que mientras Eduardo Rivera andaba en la vacación, Jorge Estefan Chidiac buscó a dónde irse. Al Partido Verde, cuentan las malas lenguas.
Pero esa no fue la única pérdida, Silvia Tanús renunció al PRI. No tengo pruebas, pero tampoco dudas de que esta decisión no fue nada sencilla para ella.
Y ahí no para la tragedia. También se les fue el secretario de Organización, Mario Herrera Oropeza, quien intentará ser candidato a presidente municipal por un partido distinto al PRI… ¡Santos desmadres!
Si toman en consideración que quien concentra la información actualizada de todos los comités y estructuras, es el Secretario de Organización… ¿Adivinen quién debe tener una copia en su casa?
Si bien la vida interna del PRI, no es competencia de Eduardo Rivera, si hubiera estado por aquí, tal vez habría podido contener varios de los problemas que el exdirigente estatal y pronto precandidato al Senado, Néstor Camarillo, no pudo.
Dice el dicho que “el que tenga tienda, que la atienda”.
Con el tiempo sabremos qué tan alto fue el costo de las vacaciones de Eduardo Rivera, pero, hasta el momento, parece que bastante.