Los Periodistas

Monólogos de Ménade | ¿Desfile o marcha?

Por Itandehui Rodríguez

@itandehui_roma

Cuándo las cosas se nombran de manera correcta, no hay razón para discutirlas. Una marcha, cómo ya lo he dicho en ocasiones pasadas, es la respuesta ciudadana a una injusticia, es la manifestación de descontento del pueblo, punto.

Un desfile, se ejecuta para celebrar algo, hay desfiles por el festival de la primavera, por el orgullo gay, etc.

También tenemos los desfiles cívicos, se tratan de manifestaciones con contenido político o social, que son desarrollados por personas que no pertenecen al ejército y que pueden estar auspiciados por el gobierno, por ejemplo, el desfile mixto del 5 de mayo en Puebla, mismo que cuenta que con la participación de civiles y militares.

En ese desfile, el del 5 de mayo, hablando de los contingentes civiles, participan en su mayoría estudiantes y funcionarios.

El de ayer en Puebla, el convocado por el gobernador Miguel Barbosa en defensa de la 4T y en apoyo a Andrés Manuel López Obrador, les salió re bonito, hay que reconocerlo. Hubo un chingo de gente, pero de que hubo un chingo, lo hubo.

Bueno, creo también que hubo errores logísticos, por ejemplo, los neandertales que agredieron a compañeros reporteros durante la marcha. ¡Caray, señores hay que hacer y dejar hacer el trabajo de los demás y los reporteros solo querían cubrir el evento del momento! ¿O no se trataba de darle difusión?

También fue un error poner el templete sobre la 3 oriente, porque lamentablemente, las personas que fueron trasladadas desde el interior del estado o incluso las que llegaron por sus propios medios y a las que invitaron cordialmente a incorporarse a esta manifestación, también querían descansar; era domingo y por lo menos un día de la semana todos queremos descansar, pero no es nada más por «huevon4s o huevon3s», o porque seamos unos frívolos que queremos «tener vida social», la gente debe descansar por salud y porque es parte de sus derechos laborales.

Volvamos al punto y el punto es que, si el templete hubiera estado instalado sobre la misma Reforma/Palafox y Mendoza, la gente no hubiera visto más adelante una calle libre y habrían tenido que esperar ahí, se habría abarrotado el zócalo, la foto hubiera sido simple y sencillamente impresionante, pero no, lo que vieron, fue una calle libre y, en ese momento debieron sentirse como Elsa en Frozen y al ver a la distancia el Boulevard 5 de Mayo, comenzaron a escuchar «libre soy, libre soy»… Y se siguieron derecho.

Simplemente no giraron sus caritas a la derecha, de haberlo hecho, se habrían sumado al ‘mitin’, pero no.

Seamos honestas y honestos, cualquier proveedor habría matado por ser quién montara un templete en tres horas, porque en el Super Bowl montan en minutos, aquí también se podía hacer en horas, para que el H. Ayuntamiento de Puebla no pusiera peros y habrían logrado así contener el avance de los contingentes.

No entiendo por qué, quién se encarga de estas tareas, no lo consideró. Por eso se enojan con Ustedes, ¿¡porque no le ayudan al gobernador!? ¿En serio, él tiene que pensar en todo, solo? Ya ni la chingan.

De haberlo hecho así, hoy no habría cabido una sola crítica, cualquier señalamiento sería de «ardidos», pero lamentablemente para quién gestó la idea, el gobernador mismo, la foto final fue la de una plancha del zócalo de Puebla a media capacidad y todo porque alguien no pensó en que esa era la verdadera postal que interesaba. ¿Pues qué no han visto las fotos en el zócalo de CDMX? ¡Coño, Micky!

Por otro lado, hay que reconocer que el gobernador mostró el músculo y, logró ejecutar la mayor movilización que ha habido en Puebla en tan solo dos semanas; dejó en claro que, quién quiera que intente llegar a Casa Aguayo en 2024, necesita de él.


A SEIS AÑOS DE TU PARTIDA, SELENE.

Hoy, hace seis años, pasadas las 8:00 am recibí una llamada que me partió el alma, del otro lado de la línea estaba Arturo Rueda, me dijo que se habían agotado las ventanas para drenar el líquido que se formaba en los pulmones de Selene Ríos y que la asfixiaba, ya no había nada que hacer.

Le respondí que era momento de despojarnos de egoísmos y dejarla partir, le pedí que le dijera de nuevo que la amaba con todo mi corazón, que era la mejor hermana por elección que había podido tener y que nos veríamos pronto.

Tuve un ataque de pánico, me «enchocharon» y los siguientes días fueron como un extraño y doloroso sueño.

Hace seis años que una parte de mi corazón y hasta de mi alegría partió con ella, me quedé sin aliada, cómplice, consejera y palera, sin esa amiga con la que podía hablar hasta la madrugada sobre los temas más serios y de las cosas más tontas también.

Unos días antes de su partida, me pidió disculpas, dijo que no merecía una amiga enferma, le respondí que la que no merecía una amiga como ella, era yo. Durante esa charla me hizo prometerle muchas cosas, que he cumplido a cabalidad, con trabajos pero lo he hecho y me dejó una instrucción muy clara: «¡sé feliz, Itirri!».

Y hoy, querida Rayas, después de 6 años de extrañarte y de necesitarte, tanto, tanto, puedo decirte que estaba en paz conmigo, pero comencé a experimentar varios buenos momentos.

Según yo, de eso se compone la felicidad, de buenos momentos en tiempos de paz, tal vez llegó el momento de cumplir con tu última instrucción.

Aquí voy a seguir haciendo lo que me pediste en aquél jardín, en tanto vuelvo a encontrarte para contarte todo, todo, con lujo de detalle y vamos a morir de risa y a decir pendejadas y te voy a volver a ver cantar bonito y bailar horrible. Ya falta menos.

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