Miren Arzalluz, historiadora vasca y una de las grandes figuras femeninas del sector, acaba de recibir el premio Felicidad Duce de la escuela LCI Barcelona, por su trayectoria en el Museo de la Moda de París, que dirige desde 2018. La hija del histórico líder del PNV es también una de las máximas exponentes de la obra de Cristóbal Balenciaga y ha asesorado la nueva serie de Disney+.
MARÍA ALMENAR / YO DONA
Desde 2018, Miren Arzalluz (Bilbao, 1978) es la encargada dirigir el Museo de la Moda de París, el Palais Galliera, la primera directora no francesa. Bajo su mandato, se han realizado exposiciones de gran éxito internacional como la de Gabrielle Chanel o Azzedine Alaïa.
Hoy está centrada en los próximos proyectos: una retrospectiva de fotografía de moda con Paolo Roversi y otra sobre el gran maestro británico del sombrero, Stephen Jones. «Ahora tenemos algo más en común, los dos hemos ganado el Premio Felicidad Duce que entrega LCI Barcelona», bromea la historiadora vasca, que está en la Ciudad Condal para recoger precisamente este galardón anual que reconoce la trayectoria profesional de figuras relevantes dentro del mundo del diseño y la moda.
En su estancia en Barcelona, Miren Arzalluz ha conversado con Yo Dona minutos antes de recoger el premio, que ya han recibido otras figuras de la moda como Teresa Helbig o Jean Paul Gaultier. Su apariencia es la esperada: sobria, pero elegante. Viste de riguroso negro con una chaqueta estructurada de Balenciaga, su característica melena rubia platino recogida en una coleta baja y labios rojo Ferrari, a conjunto con su esmalte de uñas, en un tono más oscuro. «Me pinto los labios de rojo para todo, incluso para ir al gimnasio o hacer la compra. Es un arma, o la fuerza que necesito o encuentro en cada situación. Lo hago para mí». Su voz es grave y sus argumentos, decisivos.
Miren Arzalluz, de la política a la moda
Miren Arzalluz ha sabido labrarse una brillante carrera en las ‘hemerotecas’ de la moda. La hija del expresidente del Partido Nacionalista Vasco, Xabier Arzalluz, se licenció en Historia por la Universidad de Deusto, se especializó en Política en la London School of Economics y, durante su estancia en Inglaterra, cambió de rumbo: realizó un posgrado especializado en Historia del Traje en la Courtauld Institute of Art para dedicarse a su verdadera pasión, la investigación, interpretación y divulgación de la moda.
Cabe preguntarse cómo se tomaron en su casa ese cambio de su rumbo, si esperaban que siguiera los pasos de su padre… «Bueno, sí y no. Hay muchos prejuicios anclados. Desde el siglo XIX, la moda ha sido considerada como una frivolidad femenina, y todavía estamos luchando contra esta percepción. Antes, hombres y mujeres compartían el mismo nivel de adornos. El problema es que hoy en día persiste una objetivación de la mujer para que se muestre lo más adornada posible como reflejo de su éxito. Todavía estamos influenciados por estas ideas y necesitamos liberarnos de ellas», explica Arzalluz.
¿Cree entonces que la moda es un asunto político, a veces relegado por los propios políticos a un papel superficial? «No solo los políticos. Yo misma aún tengo que dar explicaciones sobre por qué estudié historia de la moda y por qué me dedico a este ámbito. La lucha para que la moda sea reconocida como un fenómeno cultural, económico y social poderoso la libramos en todos los ámbitos y todos los días. Por eso insisto en la necesidad de construir una cultura de moda».
Una estrecha relación con Balenciaga y la moda actual
Tras trabajar en el Victoria & Albert Museum y la Royal Cerimonial Dress Collection en Kensington, se hizo con el puesto de responsable de colección y exposiciones en el Museo Cristóbal Balenciaga de Guetaria, cargo que ocupó durante siete años. Su admiración por el talentoso diseñador vasco fue más allá, al publicar el libro ‘La forja del maestro’ (Nerea) que aborda su figura y su obra en la historia de la moda, siendo la publicación de referencia. Un conocimiento que ahora también ha compartido trabajando con los directores de la nueva serie de Disney+ que repasa la vida de Balenciaga.
PREGUNTA. ¿Cuál ha sido tu implicación en el vestuario de la serie?
RESPUESTA. Ha sido una experiencia increíble. Como asesora histórica, mi papel consistió en proporcionar toda la información sobre la vida de Balenciaga que los directores de la serie necesitaban. Transmití mi conocimiento y mi interpretación de su trayectoria, así como mi visión de su personalidad, aunque es importante tener en cuenta que es solo eso, mi punto de vista. Creo que el resultado final refleja un trabajo realizado con gran sensibilidad, rigor y respeto, y las posibles libertades creativas que se hayan tomado son muy conscientes.
P. ¿Cómo se han trasladado sus vestidos más emblemáticos a la gran pantalla?
R. Bina Daigeler es una grandísima diseñadora de vestuario, y lo que hicimos fue intercambiar experiencias, compartir opiniones y analizar el archivo de Balenciaga para analizar la construcción, los patrones y los tejidos. Todos éramos conscientes de que no se trataba de hacer reproducciones exactas de las piezas más emblemáticas, ya que sería económicamente inviable replicar la alta costura de los años 50 y 60 del maestro. Sin embargo, era fundamental transmitir el espíritu de su obra a través del vestuario.
P. ¿Cómo has visto a Alberto San Juan en el papel del maestro?
R. La transformación es extraordinaria. Por desgracia no he podido conocer a Balenciaga porque murió un año antes de que yo naciera, pero me resultó impresionante ver cómo Alberto San Juan encarna a un Cristóbal que se asemeja mucho a lo que yo interpreto que era.
P. Elio Berhanyer decía que «Las marcas nunca mueren, muere el diseñador». ¿Cómo ves la marca Balenciaga que lidera Demna Gvasalia en la actualidad?
R. No entraré en el juego de si Balenciaga estaría de acuerdo con los cambios actuales, ya que soy más comprensiva y evito juicios de valor tan duros. Conozco a Demna Gvasalia personalmente y sé que tiene un enorme respeto por Cristóbal Balenciaga y reconoce su trabajo, lo estudia y analiza. Demna sigue su propio camino y es un diseñador que conecta con la moda contemporánea y la clientela para la que trabaja. Además, debemos considerar que estamos partiendo de realidades muy diferentes. Un Balenciaga de alta costura en la actualidad no se parece en nada a un modelo de los años 50, por lo que es imposible que la casa responda de la misma manera a los desafíos de la moda actual.
De España a Francia, una visión de la moda
Cuenta Arzalluz que, cuando llegó hace casi siete años al Palais Galliera parisino, el legado que heredó era muy potente y muchas de las decisiones fundamentales ya se habían tomado antes de que ella llegara.
«Yo he tenido la responsabilidad, pero sobre todo el honor, de poderlas materializar para llevar el museo a la siguiente etapa. Aun así, no ha sido fácil. Las obras de ampliación del espacio expositivo que se complicaron, las revueltas sociales como el movimiento de los chalecos amarillos, la pandemia y su gestión por parte de las instituciones culturales. Hemos vivido una situación compleja, pero ahora es cuando empezamos a recoger el fruto de unos años difíciles y estamos contentos con el trabajo realizado», resume la comisaria.
PREGUNTA. ¿Qué objetivos se han cumplido en estos años?
RESPUESTA. Hemos logrado todo lo que nos habíamos propuesto, como duplicar la actividad en el museo, presentar nuestra colección, una historia de la moda, y seguir ofreciendo una programación diversa que atrae a un público heterogéneo. Quizás de eso me siento más orgullosa. Estamos diversificando las interpretaciones que hacemos de la moda a través de exposiciones muy diferentes que la muestran en toda su complejidad. Esto implica hablar de la moda no solo desde su dimensión artística o creativa, sino también desde su aspecto comercial, sociológico, político o ideológico. Y creo que esto es relevante.
P. En materia de moda, ¿qué diferencias observas a pie de calle que distinguen a Francia de España?
R. La moda es un reflejo de la cultura de cada país. En Francia, nadie cuestiona si la moda es arte o no, si es una materia importante o una frivolidad. Es un hecho que forma parte del patrimonio cultural del país y ejerce una gran influencia mundial. Creo que a medida que avancemos en la comprensión de la importancia de la moda, modificaremos nuestra concepción de la misma y las instituciones actuarán en consecuencia. No soy precisamente políticamente correcta, pero no creo en la responsabilidad única. La cultura de la moda se construye desde muchos ámbitos y todos debemos contribuir a su desarrollo.
P. Si la moda es un reflejo de la sociedad, ¿qué análisis haces del primer cuarto del siglo XXI?
R. Mi visión es optimista, pero realista. Vivimos un momento de incertidumbre. Los conflictos armados globales y episodios de violencia, una crisis ecológica histórica y una emergencia sanitaria mundial han marcado las primeras décadas del siglo XXI, generando una toma de conciencia sobre la necesidad de una moda más responsable, comprometida, diversa y representativa. Estas son las grandes cuestiones que van a marcar la agenda del sector en los próximos años y los desafíos que deben asumir tanto los creadores como los líderes de las marcas. De hecho, ya estamos viendo las consecuencias en las pasarelas. La moda ya no se centra únicamente en el discurso de la evasión, en ofrecer una vía de escape de la realidad, sino en comprometerse e intentar transformarla.
P. Miren Arzalluz nunca renuncia a una imagen sobria con ciertas licencias. ¿Libertad de expresión o imposición?
R. En mi caso, es una combinación de ambas. Cuando diriges y representas a una institución de moda, debes ser consciente y responsable de tu imagen. No es fácil negociar entre lo que tú quieres expresar o sientes y las expectativas de los demás. Personalmente, siempre me he sentido cómoda con la sobriedad del color negro acompañada de piezas estructuradas, pero no renuncio a tener mis propias excentricidades. El rojo, por ejemplo, lo reservo para detalles como el esmalte de uñas y el pintalabios. De hecho, el rojo en mis labios es innegociable.
Fuente: https://www.elmundo.es/yodona/moda/2024/02/12/65c4ced9fdddfff1538b4581.html