Las detenciones de migrantes en México aumentan. Críticos afirman que AMLO está dispuesto a cambiar los derechos de los migrantes por capital político en Washington.
Thomas Graham / The Guardian
Las detenciones de migrantes en México se disparan mientras los críticos afirman que el presidente AMLO está totalmente dispuesto a intercambiar los derechos de los migrantes por capital político en Washington.
Entre visitas a la frontera y mítines, Joe Biden y Donald Trump se disputan el control de la narrativa sobre inmigración, situando el tema, y el papel de México en él, en el centro de las próximas elecciones.
Al encargar a México que reduzca las llegadas a la frontera, Estados Unidos ha dado a su vecino influencia en el debate político estadounidense. Sobre el terreno, esto ha supuesto que muchos migrantes se encuentren atrapados en México, sufriendo extorsiones y violencia mientras intentan llegar a la frontera norte.
Antes, la brecha del Darién era la parte más horrible del viaje, pero ahora la gente dice que México es lo peor”, afirma Ari Sawyer, investigador de Human Rights Watch. “México es la nueva jungla”.
El papel central de México en la inmigración estadounidense tiene dos componentes.
Muchos mexicanos van a Estados Unidos, y México sigue siendo la primera nacionalidad entre los inmigrantes.
Luego está el estatus de México como ejecutor de la inmigración de Estados Unidos, un papel que ha evolucionado a lo largo de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, a partir de 2018, ya que el número de migrantes que intentan llegar a Estados Unidos a través de México ha aumentado enormemente.
En comparación con antes de la pandemia, las detenciones de migrantes en situación irregular se han multiplicado por cuatro, llegando a casi 800 mil en 2023.
Pero no está nada claro sobre qué hacen las autoridades mexicanas con las personas que detienen.
Según Tonatiuh Guillén, excomisionado del Instituto Nacional de Migración de México, las personas detenidas deberían ser llevadas a una oficina de migración para ser atendidas. Mientras tanto, se debería contactar con los consulados y decidir si se les repatría.
Pero si las cifras oficiales de detenciones son exactas, afirma, entonces estaría muy por encima de la capacidad de las instituciones mexicanas procesarlas.
En cualquier caso, las deportaciones no han aumentado al mismo ritmo que las detenciones; al contrario, se desplomaron el año pasado, hasta poco más de 50 mil.
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En el primer año de la administración de López Obrador, las deportaciones como porcentaje de las detenciones se situaron en 88%. En 2023, se situaron en el 6.8%.
Lo que ocurre en cambio, según las organizaciones de derechos humanos, es que los migrantes son subidos a autobuses y devueltos al sur, a veces hasta la frontera con Guatemala.
“Si te detienen en Ciudad de México, vas a Acayucan. Si te detienen en Acayucan, vas a Villahermosa. Y si te detienen en Villahermosa, vas a Palenque”, dijo Rafael Velásquez, director para México del Comité Internacional de Rescate. “En otras palabras, vas un paso atrás”.
Al mismo tiempo, se han levantado obstáculos para dificultar el avance de los migrantes hacia el norte. Estos incluyen puestos de control en las carreteras y mayores esfuerzos para impedir que los migrantes pidan aventón a los trenes de carga.
“Sin duda hay una serie de tácticas para reducir la capacidad de la gente para moverse por el país”, dijo Velásquez. “Pero no son formales, y cuando pides información, es turbia”.
Combinado con las entradas constantes en la frontera sur y la caída en las deportaciones, la implicación es que cada vez hay más migrantes atascados en tránsito por México. “Es como si estuvieran atrapados en esta banda sin fin”, dijo Sawyer.
Al no existir una estrategia paralela de inclusión social, estos migrantes son muy vulnerables.
A menudo no pueden trabajar formalmente, son continuamente extorsionados por los funcionarios y, en ocasiones, secuestrados y desaparecidos por grupos criminales.
Mientras tanto, la limitada infraestructura que existe para apoyar a los migrantes se ha visto desbordada.
“Si no fuera por las organizaciones de la sociedad civil que atienden los aspectos humanitarios estaríamos en una situación aún peor”, afirma Guillén.
Desde que los cruces ilegales de la frontera alcanzaron un nuevo récord en diciembre de 2023, lo que perjudicó las encuestas de Biden y desencadenó reuniones de alto nivel entre funcionarios estadounidenses y mexicanos, se han reducido casi a la mitad, un descenso notable, incluso teniendo en cuenta las tendencias estacionales.
Las autoridades estadounidenses atribuyeron a México la reducción de las llegadas a la frontera gracias a una mayor aplicación de la ley.
“Estados Unidos necesita a México para disuadir a los inmigrantes y hacer cumplir la ley”, afirmó Sawyer. “Y López Obrador se ha mostrado muy dispuesto a intercambiar los derechos de los migrantes y solicitantes de asilo por capital político en Washington”.
Dentro de México tal negociación tiene un costo político relativamente bajo.
“A diferencia de Estados Unidos, donde la migración es un tema enorme, en México simplemente no lo es”, dijo Guillén. “Pasan cosas tan terribles como ese incendio del centro de detención de migrantes en Ciudad Juárez, con las muertes, prácticamente los asesinatos, de esos migrantes, y no hay un gran costo político.”
“Hay silencio. Hay mucho ruido, pero al final un gran silencio”.