El premio Nobel elogia la resistencia de Ucrania y de su presidente y se muestra preocupado por el comportamiento imprevisible de Putin
SARA GANDOLFI / Corriere della Sera / Milán / EL MUNDO
«Al final, la valiente Ucrania ganará al gigante ruso». El escritor peruano Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, está convencido de ello. Y el desenlace, insinúa, podría venir desde dentro del Kremlin: «No descarto un golpe de Estado que derribe a Putin en los próximos días».
De Ucrania a la Checoslovaquia en 1939, la historia se repite. ¿Es Putin el nuevo Hitler?
La historia se repite, pero Putin no tiene la dimensión demoníaca que tuvo Hitler. Es un pequeño agente de la KGB, su formación es muy elemental, la de un policía acostumbrado a mantener el orden. Tenía que poner orden en Rusia, que estaba en una situación caótica cuando tomó el poder. Luego, se convirtió en un dictador. Y ahora está causando estragos en Ucrania por la razón más arbitraria y despótica que existe. Obligándola a no ser parte de la OTAN y a entregar los territorios que ha ocupado. Absolutamente intolerable.
Entonces, ¿hay guerras justas?
Sí, la defensa de Ucrania es una guerra justa. Europa tiene el deber de ayudar a Ucrania, porque es un país desgarrado por un oponente más grande y más fuerte, equipado con bombas atómicas, que son la verdadera gran amenaza para el mundo entero.
En 2014, en Kiev, usted dijo que la Unión Europea no estaba haciendo lo suficiente. ¿Se podría de alguna manera haber evitado todo esto?
La Unión Europea debería haber aprovechado el momento caótico que vivió Rusia tras la caída del comunismo para ayudarla a convertirse en una verdadera democracia liberal. Los rusos no conocían ninguna forma de orden democrático. Habían vivido bajo Stalin una dictadura feroz, que sólo se relajó un poco con Jrushchov. Europa debería haber ayudado más activamente en la democratización de Rusia, y quizás no hubiéramos pasado por momentos tan graves y delicados para la paz mundial como estos.
Muchos intelectuales en Italia piensan que Putin fue provocado por la OTAN.
Es la típica exageración comunista. Decir eso es estar de acuerdo en que Ucrania es parte del imperio neosoviético que Putin está tratando de reconstruir. Es una posición indefendible, que la inmensa mayoría de los europeos rechaza. Putin es víctima de una fantasía que nunca se hará realidad. La oposición también crece entre los rusos, en los últimos años, han percibido la libertad y, cuando un pueblo saborea la libertad, entonces la defiende con gran convicción.
¿Perderá Putin, entonces?
Putin se equivocó. No pensó que Europa tendría una respuesta tan firme y unida, que Estados Unidos respondería y apoyaría a Ucrania, incluso con armas y municiones. Putin vivía en un mundo de pura fantasía y ahora que ha despertado corre el riesgo de un golpe de Estado o de que quienes gobiernan con él en el Kremlin le impongan una solución muy diferente a la que esperaba. Entre otras cosas, porque el Ejército ruso se encuentra en Ucrania con algo que no esperaba. La valentía, sobre todo de un presidente que se ha quedado ahí y le habla a su pueblo todos los días.
A Putin le queda la amenaza nuclear.
Dicen de él que está loco, pero no creo que esté tan loco como para usar armas nucleares, porque la respuesta de Occidente sería inmediata. El resultado más probable es una retirada.
¿Cuál puede ser el papel de los intelectuales?
Los intelectuales son importantes solo en los países libres, donde pueden expresarse independientemente del gobierno y ejercer el derecho a criticar. La cultura necesita libertad. No es el caso de Rusia, donde los escritores han sido marginados, amenazados por la censura… Les falta fuerza y prestigio ante la sociedad. Los mejores escritores rusos están en el exilio o en silencio. Me temo que ahora mismo no pueden hacer mucho en Rusia. Guardan silencio, como si hubieran muerto de miedo ante el poder. Es difícil para ellos tomar una posición a favor de los ucranianos, quienes básicamente nos defienden a todos. No se atreven. Aunque no me cabe duda de que la inmensa mayoría de los intelectuales rusos están en contra de esta guerra arbitraria y absurda, manifestación de la delincuencia de Putin.
¿Es esta una guerra entre democracia y autocracia?
Todas las fuerzas democráticas son solidarias con Ucrania, excepto pequeños grupos comunistas que tradicionalmente han sido aliados sistemáticos de Rusia. En el mundo occidental hemos asistido a una unanimidad desconocida hasta hoy. Como si todos los países se hubieran dado cuenta de que el gesto de Putin es un gravísimo peligro para ellos mismos. Este es el caso de Suecia, que siempre ha sido neutral y que no participó en la Segunda Guerra Mundial. y, sin embargo, ahora está enviando armas al ejército en Kiev.
¿Resistirá la solidaridad europea incluso el impacto de millones de refugiados?
Necesitamos ayudar a los países que acojan a los refugiados. Polonia no está en condiciones de recibir un número tan grande de personas. Es un deber moral aceptar el llamamiento de su Gobierno a la OTAN para llevarlos en parte a otros países también.
¿Y si al final Zelenski fuera asesinado o se rindiera?
Zelenski no se rendirá. Se defiende con gran valentía y con él todos los ucranianos. Creo que es una operación numantina, citando la tragedia de Numancia del gran Miguel de Cervantes . Esta resistencia no se acabará. Espero que cese la invasión rusa. Si no, cualquier cosa puede pasar. Si Putin usa armas atómicas, Occidente tendrá que responder. Y podría ser el fin del mundo. Pero esperemos que prevalezca el sentido común y el señor Putin sea desalojado del poder.
Fuente: https://www.elmundo.es/cultura/2022/03/24/623aee1bfdddffe7a68b459e.html