La viuda del escritor reconoce, en Fin de Semana con Cristina, en el aniversario, que era un extraordinario seductor
CRISTINA LÓPEZ SCHLICHTING / PALOMA RODRÍGUEZ PAULETE / COPE
El pasado 17 de enero se conmemoraban veinte años de la muerte de Camilo José Cela, el último premio nobel de nuestro país: “Intento ser un hombre honesto que trata de pasar por este valle de lágrimas intentando hacer la puñeta lo menos posible a la gente”. ‘La familia de Pascual Duarte’, ‘Mazurca para dos muertos’, ‘La Colmena’, ‘Viaje a la Alcarria’ son algunos de los títulos que más éxito dieron al gallego.
Decía el escritor en una entrevista que para él, la literatura era un mero entretenimiento. El verdadero mérito reside en vivir. Algo que hizo hasta los 85 años, cuando falleció al lado de su mujer, Marina Castaño. El fin de la vida no era algo que agobiara a Camilo José Cela: “La muerte no me preocupa. Es una vulgaridad, tanto es así que todos los seres que han nacido se han muerto”.
En Fin de Semana, Cristina López Schlichting ha querido llamar a la que fuera mujer del nobel español, Marina Castaño. Emocionada durante su intervención radiofónica, todavía recuerda cuando su marido falleció en 2002: “Uno de los momentos más fuertes de mi vida”. Confirmaba que Cela estuvo escribiendo hasta las cinco de la tarde del día anterior. Murió tan solo doce horas después. “Fíjate Marina, está atardeciendo y empieza a nevar” fue la última frase que pronunció.
Casi como si supiera lo que iba a suceder, su último desayuno consistió en churros con chocolate –algo nada habitual en él- y unas lentejas para almorzar.
Marina recordaba en COPE cómo conoció al escritor. Fue en un congreso en Galicia, al que ella acudió como periodista. Un amigo en común los presentó. Ella era una joven veinteañera y él rozaba los 70 años: “Sabía decirte las cosas de una forma muy especial, era un seductor único”. Al principio él la presentaba como su secretaria o incluso su sobrina. “Hemos sido una pareja sólida durante 17 años. Conseguimos dar a entender que lo nuestro no era una frivolidad. Nuestra relación coincidió con los años gloriosos de su carrera: consiguió el premio Príncipe de Asturias, el Nobel, premio Planeta y el Cervantes. Fuimos muy felices”.
Fue en el año 1989 cuando el escritor recibió el premio Nobel de Literatura. Revelaba Marina Castaño que para tan insigne ocasión, Camilo José encargó un sobrero a medida y el diseñador quedó alucinado con el tamaño del perímetro craneal del cliente. El tiempo que siguió a la entrega del Nobel fueron ajetedreados: “Estuvo casi dos años sin poder trabajar con tranquilidad. Fue gozosamente tremendo”.
Por los veinte años del fallecimiento de Cela, Marina Castaño le ha escrito una carta abierta en la que le cuenta cosas que le hubieran disgustados o entristecidos. Y es que el escritor solía decir que el rey don Juan Carlos es el único español que tiene la cabeza en su sitio.
Fuente: https://www.cope.es/programas/fin-de-semana/noticias/camilo-jose-cela-era-seductor-unico-20220206_1771184