«Nos enfrentamos a un problema mundial, pues estamos en riesgo de tener gobernantes y colectivos funcionando de un modo narcisista», asevera la autora
CRISTINA GALAFATE / ZEN
«Aprecio excesivo del aspecto físico, las cualidades o los actos de uno mismo». Así describe la RAE el narcisismo. Una dinámica que se da en diferentes ámbitos y cuesta cambiar, según Maribel Rodríguez (Salamanca, 19 de marzo de 1971), Dra. en Medicina, Médico Psiquiatra, Máster en Psicoterapia, experta en Logoterapia y profesora en la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR). Tras publicar en 2021 Más allá del narcisismo espiritual, ahora llega Liberémonos del narcisismo (Ed. Desclée de Brouwer, en la colección Serendipity).
«Entre mis pacientes ha ido aumentando el número de personas que han sufrido intensamente por las conductas abusivas de narcisistas patológicos», justifica acerca de este manuscrito. Busca acabar de comprender cómo es posible que se comporten como lo hacen: «Sin empatía, mintiendo habitualmente, manipulando a otros y abusando de ellos».
Pero, sobre todo, la autora invita a reflexionar y lanza una alerta: «Nos enfrentamos a un problema mundial, pues estamos en riesgo de tener gobernantes y colectivos enteros funcionando de un modo narcisista, lo que puede llegar a ser muy destructivo para todos».
PREGUNTA: ¿A qué achaca la pandemia narcisista que describe en su libro?
RESPUESTA: A varios factores. Entre ellos, podemos considerar que una educación infantil en la que ya no cuenta la autoridad, ni se ponen límites, lleva a una sociedad en la que muchos adultos sólo se miran a sí mismos esperando que sean otros quienes cubran sus caprichos y necesidades. Otros factores educativos que pueden influir tienen que ver con el dar demasiada importancia a la apariencia, al éxito personal y el rendimiento, sin tenerse en cuenta las verdaderas necesidades afectivas de los niños, que acaban pensando que sólo merecen amor si cumplen las expectativas ajenas.¿Qué alimenta este virus?A nivel social, la exacerbación del individualismo, de la superficialidad y la excesiva importancia que se da a la imagen de cara al exterior son caldos de cultivo para el narcisismo, que se ve propagado con facilidad en la medida que se exhiben estas actitudes en las redes sociales, que actúan como aspersores del «virus narcisista».
P: ¿Qué rasgos o características comunes detecta que tienen los narcisistas?
R: Los narcisistas patológicos, cuando son hábiles, suelen darnos inicialmente una buena impresión, e incluso algunos llegan a parecernos perfectos. Pero iremos viendo progresivamente que no se comportan como prometen. Iremos notando sus incoherencias, sus mentiras, las exageraciones de sus logros, su falta de empatía ante el sufrimiento ajeno, que se creen superiores al resto, que desprecian a los que no se someten o los más vulnerables, que se aprovechan constantemente de los demás, que son envidiosos, que no soportan las críticas y reaccionan muy mal ante ellas, que necesitan ser constantemente centro de atención y odian a quienes les hacen quedar en un segundo plano y que necesitan una admiración y reconocimiento exagerado por parte de otros. Además, suelen criticar excesivamente a quienes se relacionan con ellos para empequeñecerles y culpar sistemáticamente a otros de sus propios errores, que no reconocen.
P: Cuando habla de mitología y de películas que han marcado nuestra infancia y juventud, ¿qué influencia cree que tiene la cultura en el desarrollo del narcisismo, así como las redes sociales en la actualidad, donde se multiplica el ego?
R: La cultura es uno de los factores más importantes en la expansión del narcisismo, dado que condiciona la educación y los valores que se transmiten en la educación de los niños y de los más jóvenes. En la cultura actual lo que parece primar es el éxito personal, la apariencia física y el poder adquisitivo, desde una visión que fomenta el individualismo de una forma exacerbada. Este tipo de actitudes se propagan con más facilidad a través de la plataforma de expansión de las redes sociales, en las que los narcisistas se exhiben constantemente seduciendo a otros. Este fenómeno es especialmente dañino para niños y adolescentes que toman como un modelo a seguir a influencers narcisistas que saben seducir hábilmente a sus seguidores, multiplicando e inflando sus egos gracias al éxito que logran. Así se cierra un círculo vicioso entre influencers y seguidores que se van retroalimentando unos a otros.
P: ¿Por qué se da esa paradoja de esconder la inseguridad tras esta máscara?
R: Porque la máscara funciona, al menos temporalmente, como un mecanismo de protección. Ante un mundo que los narcisistas perciben como hostil, tratan de dominarlo para sentirse seguros o para obtener beneficios para sí mismos. En español tenemos el refrán ‘dime de qué presumes y te diré de qué careces’, que pone de manifiesto muy claramente esta intuición popular que indirectamente retrata mecanismos humanos narcisistas.
P: ¿Por qué los tilda de ‘vampiros afectivos’?
R: Porque dejan agotadas emocionalmente a sus víctimas, mientras ellos se crecen, aprovechándose de ellas a veces hasta el extremo de destrozarles la vida de diferentes modos. Los narcisistas, al parecer, escogen como víctimas a personas que son más fácilmente manipulables, por ser ingenuas, sumisas, complacientes o muy empáticas. Es más fácil que con estas características cedan a sus requerimientos y manipulaciones.
P: ¿Escogen a su víctima o es la víctima la que les escoge al recaer en este patrón?
R: En ciertos casos las víctimas los eligen a ellos porque se creen la imagen de perfección que les venden, pero se da el caso de personas que han sufrido maltrato psicológico en la infancia, por parte de sus padres, que pueden ser más propensas a tolerar relaciones con narcisistas, porque sus vivencias de infancia les han hecho normalizar ciertas dinámicas destructivas. Además, los traumas de infancia no resueltos pueden llevar a algunas personas a unirse a maltratadores que les recuerden a sus padres, dado que sus actitudes les resultan «familiares», generándose dinámicas de apego irracionales con quienes les vuelven a tratar abusivamente.
P: ¿Qué consecuencias tiene vivir con una pareja narcisista?
R: Las consecuencias pueden ser devastadoras psicológicamente, pues suele acabar muy empequeñecida e incluso anulada, angustiada, llena de miedos y de inseguridades, deprimida e incluso con síntomas de un estrés postraumático grave, cuando la pareja es un narcisista más extremo.
P: ¿Hay siempre un interés tras el narcisista?
R: Cuando se trata de un narcisista patológico siempre hay un interés detrás, sólo sabe relacionarse para obtener beneficios para sí mismo. Los narcisistas no son capaces de entender el altruismo, porque todo gira en torno a sí mismos y a sus deseos.
P: ¿Qué tipos de narcisistas hay y cuál es el más peligroso?
R: Hay diversos tipos y grados de gravedad del narcisismo. Existen los ‘peterpanes’, los narcisistas grandiosos, los vulnerables y los malignos. Los ‘peterpanes’ son los narcisistas que quieren vivir una infancia perenne en la que otros satisfagan sus diversas necesidades y caprichos, porque no han superado la perspectiva egocéntrica de un niño pequeño. Los narcisistas grandiosos son los que viven desde percibirse a sí mismos como superiores a todos y que se comportan constantemente con arrogancia y prepotencia, aprovechándose de quienes pueden. Los narcisistas vulnerables son quienes, aunque no se manifiesten como superiores, se ofenden gravemente ante las críticas y son envidiosos de quienes destacan más que ellos, pues creen merecerlo todo por encima del resto. Los narcisistas malignos son los más extremos, pues además de tener los síntomas habituales del narcisismo tienen actitudes sádicas y disfrutan haciendo daño, pudiendo ser de alta destructividad. Además, podemos distinguir tipos de narcisistas en función de sus conductas predominantes: narcisistas seductores, narcisistas depredadores, narcisistas victimistas, narcisistas salvadores, narcisistas espirituales…
P: ¿Por qué deberíamos huir de un narcisista?
R: Fundamentalmente, porque pueden hacernos mucho daño. Un narcisista patológico es un experto en engañarnos y en darnos la impresión de ser una persona con valores muy positivos, de tal forma que nos vinculemos afectivamente a él, lo que lleva a ser más fácilmente manipulados y dañados. Aunque, hay que tener en cuenta que no siempre es posible la huida, dado que el narcisista puede ser un familiar cercano, o un jefe o un compañero de trabajo, aunque exista la opción de poner límites y de marcar una distancia emocional para no ser manipulados y perjudicados.
P: ¿Somos todos, como dice en el libro, un tanto narcisistas en algún momento?
R: Sí, todos podemos tener un comportamiento narcisista en algún momento, en el que se compense alguna inseguridad o se quiera imponer la propia voluntad a toda costa.
P: ¿Qué implica liberarse del narcisismo?
R: Desprenderse de lo que es falso en uno mismo, especialmente, de ese narcisismo parcial que podemos padecer todos en alguna medida y que nos esclaviza internamente, impidiéndonos vivir con autenticidad y con libertad. Liberarse de las máscaras narcisistas, aunque sean parciales, nos llevaría, por lo tanto, a una vida más plena, libre y auténtica, siendo más capaces de tener relaciones que se sustenten en un amor real y no en fantasías que nos alejen de la realidad. También implica liberarse de las manipulaciones narcisistas ajenas y, por lo tanto, ser menos perjudicados por quienes las hacen. Además, también significa que, al ser más conscientes de esta problemática, tengamos menos riesgo de dejarnos seducir por líderes narcisistas que pueden hacernos mucho daño colectivamente.
LIBERÉMONOS DEL NARCISISMO
Maribel Rodríguez
Está editado por Desclée de Brouwer y puede comprarlo aquí
Fuente: https://www.elmundo.es/vida-sana/mente/2024/07/05/66828b17fc6c833c268b458b.html