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Mañaneras: cuatro años de ataques, agenda y propaganda en el gobierno de AMLO | ExpansiónPolítica

Con cambios en su estructura, la conferencia matutina del presidente está cerca de llegar a las 1,000 emisiones. Especialistas la consideran un espacio de propaganda vital para su gobierno.

Casi 1,000 conferencias mañaneras se han realizado en estos cuatro años de gobierno del presidente AMLO. (FOTO: Presidencia.)

LIDIA ARISTA / EXPANSIÓN POLÍTICA

Dos días después de tomar posesión como presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador realizó su primera “mañanera”: Se calificó como un «ejercicio de comunicación inédito», el cual, este 3 de diciembre, cumple cuatro años y se acerca a las 1,000 emisiones. Se trata de la versión realoaded de las conferencias de prensa que el hoy presidente ofrecía cuando era jefe de Gobierno y la cual se ha convertido en el «templete de la plaza pública» desde donde que el titular del Ejecutivo hace propaganda, fija su agenda temática y, sobre todo, ataca a sus opositores.

“Todos los días a las 7 de la mañana habrá conferencia en Palacio Nacional de lunes a viernes. Sábado y domingo es de gira por el país», explicó López Obrador semanas antes de tomar posesión como Presidente de la República. A cuatro años de distancia, la mañanera se mantiene, incluso aunque su orador principal se ha ausentado a causa de dos contagios de covid y cuando se vio impedido a llegar por un bloqueo de maestros.

A nivel mundial, no existe otro presidente de la República que ofrezca conferencias diarias y menos con tantas horas de duración.

“Sigue siendo un ejercicio inédito; nunca habíamos visto que un presidente de la República hiciera este tipo de ejercicios. Le está funcionando en tres formas: no dejar espacios a la oposición, para apuntalar a largo plazo su proyecto político y para barrer del mapa a la oposición”, subraya el politólogo de la UNAM, Édgar Ortiz Arellano.

Al principio del sexenio, las mañaneras eran el espacio para anunciar proyectos de su gobierno y para denunciar las “herencias” de los gobiernos neoliberales, pero hoy las conferencias se han modificado: tiene secciones de acuerdo al día y un espacio de preguntas para los periodistas y ‘youtubers’ que acuden y ganan (en un sorteo) las primeras filas.

Ante el ocaso inevitable de su sexenio, el presidente ha alargado la duración de sus conferencias de prensa. La realizada el 3 de diciembre de 2018 apenas tuvo una duración de 52 minutos; en las últimas semanas, este «diálogo circular» ha rebasado las tres horas cada día de la semana.

Para Ortiz Arellano, la prolongación en la duración de la mañanera, que ha ofrecido extender a los fines de semana, es muestra de que el presidente se resiste a ceder espacio en la opinión pública.

“El presidente quiere ser el eje de la política nacional hasta el último momento, las mañaneras le han funcionado bastante bien porque a las 10 de la mañana ya está fijada la agenda política nacional, los temas que a él le interesan”, afirma.

El politólogo Germán Pérez,catedrático del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que varias de las acciones del gobierno de López Obrador son para satisfacer su ego. Una de ellas, son las mañaneras, donde el presidente es el principal orador, el que suele citarse a sí mismo, en los que presume su aprobación presidencial, y en las que tiene la atención por horas.

“Todo mundo tiene derecho a tener su ego. La revocación de mandato fue para fortalecer su ego, la manifestación del domingo 27, las mañaneras, todo es una necesidad de tener presencia, de tener el aplauso”, afirma.

Para el analista, Luis Estrada, director general de SPIN Taller de Comunicación, quien ha seguido las casi 1,000 mañaneras del presidente, la conferencia ha cambiado en estructura, pero no en esencia: ser un instrumento de propaganda del presidente de la República.

“Desde SPIN pensamos que el presidente las iba a hacer todos los días, hasta el último día de su gobierno, sin importar cuál es el impacto que tuvieran; el presidente no busca informar, transparentar o rendir cuentas, sino hacer propaganda”, afirma en entrevista con Expansión Política.

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Resalta que las mañaneras son una forma de gobernar, pues el titular del Ejecutivo Federal ha fincado su estrategia de comunicación en ellas y compara lo hecho por otros mandatarios como Hugo Chávez, expresidente finado de Venezuela, quien «vendía esperanza más que resultados».

“Cada vez, el número de insultos, canciones, chistes, anécdotas y afirmaciones que no puede probar se ha extendido, eso es consecuencia de que el presidente se ha quedado sin logros. Ocupa más tiempo de la conferencia en insultar y agredir”, valora.

Desde las mañaneras, el presidente Andrés Manuel López Obrador utiliza el micrófono de Palacio Nacional para descalificar a sus adversarios, como lo hizo durante días sobre los organizadores y participantes de la marchar en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) realizada el 13 de noviembre.

Pero también se utilizan las conferencias para mostrar su molestia cuando algo no le satisface. Así lo ha hecho con decisiones del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de jueces, por los resultados de las elecciones de 2021, por votaciones en el Congreso o para denostar a intelectuales, periodistas, movimientos y activistas que cuestionan decisiones de gobierno.

Para el profesor del Centro de Estudios Políticos de la UNAM, Efrén Arellano, los calificativos que suele lanzar el presidente contra la oposición son para evitar que crezcan rumbo a las elecciones de 2024.

«Estos calificativos en contra de sus opositores no necesariamente es que los minimice, sino que los calificativos tienen como objetivo desacreditarlos para que no se puedan convertir en una amenaza real. El presidente sabe que estos «conservadores», como los llama, sí tienen un electorado , entonces con los descalificativos buscan que no crezcan», afirma.

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Sobre la agenda pública, Luis Estrada difiere que el mandatario pueda penetrarla en los medios, pues de acuerdo con las infografías que realiza SPIN, menos del 10% de los temas de los que habla el presidente son retomados en las primeras planas de los diarios nacionales.

“El presidente no pone la agenda, va detrás de ella. Menos del 6% de lo que dijo el presidente el día anterior llegan a las primeras planas de los principales diarios; además, el presidente reacciona permanente a lo que publican los medios, es decir, va detrás, no va adelante”, puntualiza el analista político y de comunicación.

Los cambios en la mañanera

La coyuntura y la pandemia de coronavirus han impactado en la estructura de la conferencia.

La primera realizada del 3 de diciembre de 2018, el Salón Tesorería lucía repleto de periodistas que levantaban la mano en espera de que el presidente les eligiera para hacer una pregunta. No había estrado, tampoco pantalla para difundir presentaciones o videos, ni sillas para los invitados y mucho menos secciones de la conferencia.

Durante los 48 meses que han transcurrido, la mañanera ha sufrido cambios en la forma. Hoy son menos los reporteros de medios nacionales y hasta menos los ‘youtubers’ que pueden acceder debido a que se realiza un calendario trimestral para programar las asistencias. Ahora los asientos no son libres, pues los lugares de las tres primeras filas se rifan y el mobiliario ha aumentado: ya se cuenta con un atril, pantalla y cámaras suficientes para captar cada movimiento del presidente López Obrador.

Desde el 18 de abril de este año se realiza un sorteo para definir quiénes ocuparán los lugares de las primeras tres filas. Si a un periodista le corresponde un espacio en la primera fila, tiene 63% de probabilidad de preguntar.

Además, como si se tratara de un noticiario, se le definieron secciones: los lunes asignaron el ¿Quién es quién en los precios del combustible?; martes, el Pulso de la Salud o informe de seguridad; miércoles, el ¿Quién es quién en las mentiras?, y jueves el Reporte Cero Impunidad. Solo los viernes no existen exposiciones fijas, por lo que existe más posibilidad de formular preguntas al presidente.

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La primera mañanera del presidente López Obrador no duró ni una hora. Hoy prácticamente ha triplicado su tiempo, aunque la duración promedio es de 114 minutos.

Para realizar la mañanera, según el gobierno federal «no se eroga ni un solo peso», pues se hace con lo que se tiene, es decir, se recurre a los recursos humanos adscritos a la Oficina de la Presidencia de la República y se hace uso del mobiliario utilizado forma parte del patrimonio de la oficina.

En cuanto a las preguntas que responde el presidente también ha habido un cambio. En la primera conferencia, aun con 52 minutos tuvo tiempo de responder las preguntas de nueve reporteros, en las últimas semanas ha habido mañaneras en las que, por la extensión de sus respuestas, ha respondido a menos de cinco comunicadores en casi tres horas.

Los números de la mañanera

Con un timbre de orgullo el presidente de la República afirma que la mañanera es una transmisión que llega a millones de hogares, por lo que suele ocupar ese espacio para informar o recordar asuntos de su interés.

Sin embargo, de acuerdo con cifras de SPIN, los números actuales no son halagüeños para las conferencias del presidente.

“En Facebook, la red en la que más seguidores tiene el presidente, vimos que menos del 5% de sus seguidores ven las conferencias, y esa tendencia ha ido a la baja. El presidente tiene 10 millones de seguidores en Facebook, y el promedio de vistas del mes pasado fue a penas de 100,000, eso es menos de 1%”, explica Estrada, quien recuerda que para que un video en esa red social cuente como visto basta con que sea reproducido durante tres segundos.

Hasta este jueves 2 de diciembre, se habían acumulado 984 conferencias matutinas en el sexenio.

Además, de acuerdo con SPIN , no todo lo que se dice en la mañanera es verdadero. En promedio se contabilizan 90 afirmaciones que no pueden ser comprobadas o no tienen sustento.

Por ejemplo, el 6 de septiembre de 2019 presentó en una lámina los gastos que hizo el presidente Enrique Peña Nieto en uno de sus viajes al extranjero el 27 de octubre de 2017: 1,164 piezas de rastrillos desechables; 1,247 piezas de pasta y cepillo dental; 486 piezas de agua de tocador para dama, 1,265 piezas de gel fijador para cabello; 1,263 piezas de esponja lustradora y 1,215 piezas de cortauñas. De acuerdo con el presidente, esos artículos representaron un gasto para el erario de un millón 74,670 pesos. Sin embargo, al solicitar vía transparencia, la Oficina de la Presidencia contestó que no contaba con esa información: “No se localizó evidencia documental”.

Fuente: https://politica.expansion.mx/presidencia/2022/12/02/mananeras-amlo-cuantas-van-cuatro-anos

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