#PorSoleares Puebla tierra de chapulines y de globos, los insectos volarán a buscar alfalfa fresca y los globos, subirán, pero tarde o temprano se desinflarán.
Por Jesús Manuel Hernández
“Los Globos” es una fonda, restaurante, muy popular entre los periodistas, los universitarios, abogados, poblanos de la década de los 60, siglo pasado.
Los Globos de Cantoya son más antiguos, se usaron como forma de mensajería en la época de los Tres Reinos de China en el siglo II, y luego adquirieron un uso relacionado con el Año Nuevo y los deseos. En Puebla comenzaron a ser fabricados hace unos 15 años más o menos, en Cinia, un centro patrocinado por la fundación de don Antonino Fernández, quien fue presidente del Grupo Modelo, productor de cervezas.
Pero ahora “los globos” se han convertido, como corresponde a esa práctica festiva, ferial, en un recurso de campaña, de posicionamiento, anticipado por cierto y con fines muy claros: divulgar a uno, o a unos, de los aspirantes a conservar el “barbosismo” y no tanto a suceder a SS Céspedes.
La presencia de AMLO en Puebla el 5 de Mayo, no solo recordó la Batalla de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, también sirvió para mostrar los frentes y las vergüenzas, carencias, de los aspirantes a gobernar México, y a gobernar Puebla.
Ante la ausencia de un marco legal lo suficientemente fuerte, las manifestaciones de los grupos políticos intentaron aprovechar las tradiciones populares, el desfile, tan socorrido por las familias de los escolares e integrantes de los contingentes del colorido recorrido. Y hubo abucheos a quienes llevaron gorras, sombrillas y globos.
Tal fue el caso de Julio Huerta, por lo visto, pieza clave, piedra de toque del régimen anterior que intenta conservar el coto de caza, de poder, de un grupo próximo a la extinción, a no ser que consiga apoderarse de posiciones claves.
Quienes saben de este tema no ven a Julio Huerta despachando en la silla de su primo, más bien en San Lázaro a lo más.
Pero el desfile también sirvió para filtrar las versiones de los “escuchas”, algunas verdaderamente inverosímiles, como aquella que pretende hacer creer que Olivia Salomón es parienta de Sergio Salomón Céspedes, una muestra de verdadera ignorancia y poco entendimiento de un apellido y un nombre.
Y otra que causó furor, dicen, de que el Presidente no le dio la bendición a nadie y dejó en claro que no puede darse por muerto a nadie, y que quien encabece las listas en Puebla tendrá que responder a un concepto fundamental, ganar la elección y mantener la unidad.
Y es que muchas críticas se han recibido en Palacio Nacional sobre el comportamiento de los llamados “punteros” a suceder a SS Céspedes, “acusados” de unirse hasta con el enemigo con tal de no ceder a sus pretensiones. Varias fotografías han sido presentadas a los analistas donde se ve a los presuntos implicados cuando formaban parte de los grupos enemigos del Presidente y hoy alientan su inclusión al lado de los “primos” en cuestión, rodeados de chapulines.
El tema tiene raíces profundas, de la mano de la campaña de que una mujer puede ser la candidata y en medio del papel del delegado de Bienestar, Rodrigo Abdala, que sigue caminando el estado, sigue llevando beneficios, sigue acordando con el gobernador, sigue siendo llamado a la Ciudad de México y sigue siendo considerado como una opción ante la extrema rivalidad de los primos.
Y el cotilleo recibe otra filtración. ¿A quién le pidió el Presidente personalmente “necesito que nos sigas ayudando en Puebla”?
Otro asunto que empieza a permear es la presencia de los integrantes de la Luz del Mundo, perdón, del Humanismo Mexicano, quizá una extensión interesante en la estrategia de alguno de los presidenciables y por supuesto de sus representantes en Puebla, lo que supondrá en un momento dado jugar a lo que muchos empresarios apuestan desde siempre, una veladora a dios y otra al diablo.
En fin, Puebla tierra de chapulines y de globos, los insectos volarán a buscar alfalfa fresca a otro terreno y los globos, subirán, pero tarde o temprano se desinflarán.
O por lo menos, así me lo parece.