LUIS FERNANDO ROMO / LOC / EL MUNDO
En plena fiebre del oro, hubo otros avispados hombres de negocios que visionaron otro tipo de mina más allá del metal precioso. Tras la muerte de su padre a causa de la tuberculosis, un joven judío bávaro llamado Levi Strauss emigró con parte de su familia desde Alemania a Nueva York donde empezaron a trabajar en el negocio textil que poseían sus dos hermanos mayores. En 1829, con 18 años, ya estaba al frente de un negocio.
Consciente de que en la costa oeste se estaban abriendo nuevas oportunidades abrió una sucursal del negocio de sus hermanos que renombró como Levi Strauss & Co. Con las telas de lona había empezado a vender tiendas de campaña con el fin de hacer la vida más confortable a los mineros, pero estos preferían dormir viendo las estrellas, por lo que le dio un nuevo uso a esas telas ya que los buscadores de oro necesitaban pantalones mucho más resistentes. Les vistió con petos marrones que no tardarían en sufrir una revolución cualitativa y cuantitativa.
Con el paso de los años recibió una carta de uno de sus clientes sastres, Jacob Davis, que había empezado a usar las telas de algodón resistentes que le compraba en la confección de pantalones. Al parecer, uno de sus compradores era un leñador que necesitaba prendas más duraderas, por lo que se le ocurrió poner remaches de cobre en los puntos de tensión clave. Pero Davis no sabía cómo crear una red de venta y propuso asociarse con Strauss, por lo que consiguieron la patente en 1873 para fabricar los ya tan populares jeans.
Los buscadores de oro estaban muy satisfechos con la durabilidad de las prendas ya que les permitía trabajar perfectamente en condiciones adversas. Poco a poco, lo que había sido creado como una prenda de trabajo empezó a popularizarse entre los ganaderos, los agricultores, los vaqueros… ¿de ahí su nombre en español? Bueno, lo cierto es que en este proceso de mercantilización existen varias teorías según los historiadores. Por un lado, parece ser que la palabra ‘jean’ se originó a raíz de las telas que los pescadores de Génova o Genes teñían con un pigmento indio llamado índigo que bautizaron como Blue de Genes (azul de Génova) y, por otra parte, el vocablo Denim procedería de la ciudad francesa de Nîmes, que se había convertido en uno de los epicentros industriales textiles más importantes del siglo XVII. Allí se fabricaban velas de barcos y pantalones para los marineros de alta resistencia bautizados como Sarge de Nimes.
Levi Strauss tuvo el dinero y la visión para crear un lucrativo negocio que en la actualidad lucen desde reyes como Felipe VI a ex presidentes de la talla de George Bush y numerosas celebridades de diferentes disciplinas como Madonna, Rafa Nadal, Sandra Bullock, Mick Jagger o Nati Abascal, que ha logrado con su peculiar estilo lucir esta sencilla prenda con una camiseta blanca como si fuera un artículo de lujo.
El éxito empresarial de Levi Strauss le hizo multimillonario y también un notable mecenas para mantener el legado judío en California. No hay que olvidar que los cimientos de Hollywood se crearon con el esfuerzo de todos esos emigrantes europeos con ganas de ofrecer un mundo mejor. El emblemático logotipo rojo de la casa surgió en 1892 y aún sigue utilizándose. A su muerte en 1902, Levi Strauss dejó gran parte de su considerable fortuna de seis millones de dólares a sus cuatro sobrinos y el resto se dividió entre otros familiares y donaciones a diferentes entidades.
Fuente: https://www.elmundo.es/loc/celebrities/2022/01/03/61cc49c4fdddff26528b45cd.html