DW preguntó a expertos de fundaciones alemanas sobre las perspectivas en el desarrollo de la relación Alemania-México bajo el mandato de Claudia Sheinbaum.
María Santacecilia / DW
Septiembre 27 2024
Este 1 de octubre, comienza en México el sexenio de Claudia Sheinbaum. La primera mujer que ocupa la presidencia del país toma el testigo como continuadora del partido Morena y del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pero, sin duda, imprimirá su propio sello a su mandato. ¿Cómo se perfila la relación de México con Alemania en los próximos seis años?
Sector energético: «grandes expectativas»
Si hay un tema que los expertos de fundaciones alemanas destacan en la relación bilateral con Alemania es el de la energía, con fuertes implicaciones ideológicas en México. Las medidas de AMLO en materia energética persiguieron alcanzar la soberanía del país en este sector, con el rescate de PEMEX, la petrolera estatal, y el fortalecimiento de las empresas mexicanas para producir más hidrocarburos y electricidad. Mientras, quedaba paralizada la inversión privada y, con ella, el impulso de las energías limpias.
«Existe una fuerte demanda por las energías renovables y esta demanda va a obligar a abrirse al Gobierno de Sheinbaum. Este es uno de los pocos aspectos en los que ella, hasta ahora, por lo que hemos escuchado en algunas declaraciones, ha logrado diferenciarse de AMLO. Esa es la principal prioridad en la relación México-Alemania, y donde hay grandes expectativas», destaca Diana Luna, asesora para Latinoamérica de la Fundación Friedrich Naumann, cercana al partido liberal alemán FDP.
La cuestión no es sencilla por el fuerte componente nacionalista del tema energético. «Claudia Sheinbaum tiene que desarrollar una relación con la base de Morena, a la que tiene que convencer de que esto es más que ideología, y que es una gran oportunidad para México», dice Luna.
«Perfil tecnócrata» de Sheinbaum
El bagaje académico y profesional de la nueva presidenta puede contribuir a impulsar las transformaciones hacia otro modelo energético, medioambiental y climático, así como «una mayor cooperación internacional en estos campos, y en particular con Alemania. Esto significaría para México también abandonar el petróleo y el gas, y utilizar más energías renovables», subraya, por su parte, Gerold Schmidt, de la Fundación Rosa Luxemburgo, cercana al partido de izquierda Die Linke.
En este último aspecto también incide Florian Huber, de la Fundación Heinrich Böll, cercana al partido Los Verdes, quien destaca el «perfil tecnócrata» de Claudia Sheibaum, que abre la vía a «retomar iniciativas para una transición energética», dice. «Es llamativa la decisión de la nueva presidenta de nombrar a la actual ministra de Exteriores como nueva ministra de Medio Ambiente«, prosigue Huber, lo que parece implicar una actitud más abierta hacia el exterior en este terreno.
Clima inversor: seguridad, justicia y, de nuevo, energía
Estrechamente relacionado con la cuestión de la energía, está el tema de las inversiones en el país: «Muchas empresas que tienen interés en invertir en México, más allá de problemas de justicia y seguridad, tienen una condicionante importante, que es disponer de energía limpia, renovable, porque esa huella verde es una condición para que después los productos se puedan exportar a nivel mundial y en el marco del T-MEC», explica a DW Hans Blomeier, director de la oficina en México de la Fundación Konrad Adenauer (KAS), cercana a los democristianos alemanes, aludiendo al tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá.
En ese sentido, Blomeier pone dos cuestiones sobre la mesa: qué matriz energética va a priorizar Sheinbaum, si la fósil o la renovable, y en qué medida van a verse limitadas las inversiones privadas. «Con AMLO, hubo una restricción incluso de compañías que querían poner una planta automotriz y la empresa misma ofrecía poner el parque eólico o solar para producir la energía que necesitaba, pero le han negado que esa energía también vaya a la red para distribuirla a otros usuarios», destaca Blomeier.
«Las empresas alemanas le están apostando a las energías renovables y es una de las mayores inversiones que vienen de Alemania», dice, por su parte, Diana Luna, de la Fundación Friedrich Naumann. Pero, tras la reciente reforma judicial, se tropiezan con lagunas legales que crean una incertidumbre jurídica, que obstaculiza las inyecciones de dinero exterior: «Las empresas alemanas están a la espera de señales positivas de Claudia Sheinbaum, que las está dando, pero tienen que ir acompañadas de leyes que la respalden», recalca Luna.
Sobre este particular, también en el vecino Estados Unidos hay preocupación: «Las declaraciones del embajador de EE. UU., Ken Salazar, sobre la reforma judicial, han sido señales de alerta de que se va a observar con mucha atención qué pasa con la independencia judicial y la seguridad jurídica», señala Hans Blomeier.
El caso Volkswagen
El impactante anuncio, hace pocas semanas, del posible cierre de plantas de la automotriz alemana Volkswagen hace inevitable dirigir el foco sobre la planta de la compañía en Puebla. «El sindicato de VW en México seguirá de cerca la evolución de los acontecimientos en VW en Alemania. La demanda internacional y mexicana de los modelos producidos en la planta en Puebla (Jetta, Tiguan y Taos) será decisiva para el impacto de la producción ahí», dice a DW Gerold Schmidt, de la Fundación Rosa Luxemburgo.
Precisamente en cuestiones de demanda de autos, cabe destacar el creciente papel que ha adquirido México en la tendencia del nearshoring, o traslado de la fabricación a un país cercano a aquel donde se produce la demanda. A ese México como «lugar geopolíticamente estratégico» se refiere Florian Huber, de la Fundación Heinrich Böll, quien alude a las críticas de Trump sobre la utilización de México como «caballo de Troya» por parte de China, con el objetivo de evitar tasas aduaneras en productos como los autos eléctricos. Recientemente, el expresidente estadounidense amenazó con un arancel del 100 por ciento a «cada auto que cruce a través de la frontera mexicana».
«Hay que ver quién gana las elecciones el 5 de noviembre en Estados Unidos, y qué implicaciones va a tener eso sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio Estados Unidos, México, Canadá, el T-MEC», que se renegociará a principios de 2026, dice, por su parte, Hans Blomeier, de la KAS, que considera esta cuestión más relevante para el futuro de la planta de Volkswagen en Puebla que lo que ahora mismo sucede en la matriz alemana.
Otros temas importantes
La actual relación entre Alemania y México es estrecha y abarca numerosos campos. ¿Dónde ven los expertos de las fundaciones margen para el estrechamiento de las relaciones? Diana Luna confía en que la política exterior de México vaya más allá de los asuntos internos y el país no continúe con en el «aislamiento» que ha observado durante el sexenio de AMLO, porque «se puede sacar más jugo a la relación económica con Alemania». También Gerold Schmidt apunta que mucho va a depender de cómo el nuevo Gobierno quiera posicionarse en política y comercio exterior y, tal vez, «abrirse a una cooperación más amplia».
Por su parte, Florian Huber dice que no hay que perder de vista -más allá de agendas económicas – la importancia de temas relacionados con el fortalecimiento del Estado de derecho, la lucha contra la impunidad, el tema migratorio y la protección de los derechos humanos.
Fuente: https://www.dw.com/es/las-expectativas-en-alemania-ante-el-sexenio-de-claudia-sheinbaum/a-70346458