Para la terapeuta de pareja y familia es fundamental que los padres fomenten la creatividad de sus hijos. También es partidaria de mantener las rutinas en verano, aunque estas sean más flexibles
ANA M. LONGO / MAMAS / PAPAS
“El desarrollo de la creatividad es fundamental, sobre todo los seis primeros años del niño. Es una capacidad que va a determinar mucho su futuro”, señala Lara Ferreiro (Madrid, 36 años), psicóloga y terapeuta de pareja y familia. “Lo que más destroza la creatividad de los niños son los padres que constantemente dicen no, eso les impide explorar”, subraya. Con 16.000 seguidores en su perfil de Instagram y un canal de YouTube en el que la siguen 12.000, Ferreiro es también máster de Terapia de pareja, máster de Psicología General Sanitaria y máster de Especialista en Terapia de Conducta en adultos. “Durante las vacaciones escolares los niños deben tener horarios, aunque sean más flexibles. Y el verano sirve para afianzar conocimientos y aprender cosas nuevas, algo que requiere también del trabajo de los progenitores. No todo debe ser juego”, sostiene la también autora de Adicta a un gilipollas: Supera tu adicción emocional a una relación tóxica (Grijalbo, 2023), quien es habitual como comentarista en programas de televisión.
PREGUNTA. ¿Por qué es tan importante el desarrollo de la creatividad en los niños?
RESPUESTA. Porque les ayuda a expresarse. Ser creativo fomenta el crecimiento mental de los niños y les permite enfocar lo que venga de diversos modos porque se da una mayor capacidad de razonamiento, de cuestionamiento, más independencia y se crean ideas muy novedosas. Cuanto más creativo, mejor te adaptas al cambio. Los niños creativos son más felices. La inteligencia creativa de menores que participan en actividades como la danza o la pintura, es más elevada que la de otros y el rendimiento académico también es superior. De un estudio de la Universidad de Yale perteneciente al libro Creativity and development (ICS, INC, 2018) se conoce que el 98% de los niños de 3-5 años son altamente creativos. Ese porcentaje cae al 30% con 10 años. A partir de la adolescencia y en la adultez, solo el 12% es creativo.Más información
P. En verano, cuál sería la mejor opción: ¿no hacer nada y que se levanten a la hora que quieran o mantener en la medida de lo posible los repasos y las rutinas?
R. Si los niños no tienen rutinas pueden estar más irritables, con problemas de sueño, hastiados… Los menores que van a campamentos también tienen rutinas, aunque sí recomendaría a los padres que antes de ir les expliquen que serán distintas a las que conocen. Es normal que, sin repasos, los niños pierdan habilidades académicas o conocimientos adquiridos del año escolar. Entonces, pese a lo estresados que estén los padres, deben implicarse en su educación y que no olviden potenciar, además, la comunicación y creatividad en ellos.
P. ¿En qué podrían los padres ser más laxos en cuanto a hábitos?
R. A la hora de levantarse y acostarse. Una idea es pactar con los hijos las normas de convivencia al inicio del verano. Para los niños que se resisten a ellas existe una herramienta o “sistema de puntos”, en el que, por cada tarea hecha, se añade un sticker o una cara feliz y se le puede dar un premio al final de la semana si ha cumplido con todas o la mayoría de tareas. Con los menores debe haber límites. Por ejemplo, en el caso de adolescentes, se les puede comentar que habrá un tiempo libre de móvil y hacer otras cosas con ellos. Para esa etapa es importante que respeten la hora de llegada y advertirles sobre el consumo de alcohol.
P. ¿Es relevante llevar a cabo con los niños actividades lúdicas, deportivas e intelectuales? ¿Por ejemplo?
R. Por supuesto. De pequeños la autoestima depende de los padres y en la adolescencia de nuestras habilidades sociales y vincularnos con los demás. Entonces, deporte al aire libre y con gente (tenis, natación, fútbol, baloncesto…) para socializar. En el caso de actividades lúdicas, pueden acudir a algún campamento y salir en familia de ruta en bicicleta o a dar un paseo al campo, ya que cada vez van menos. Si hablamos de juegos de mesa, tenemos el ajedrez, Scramble o Monopoli que instan a razonar o manualidades como el collage o el origami. La participación en programas de arte, el juego libre no estructurado y las habilidades de pensamiento crítico, como los crucigramas, favorecen la creatividad.
P. ¿Cómo lograr que el menor participe?
R. Con juegos y actividades amenas. El tiempo libre utilizado inteligentemente aumenta la capacidad de pensamiento creativo. Los niños tienen que estar relajados, pero con actividades programadas y no con pantallas. Estamos más conectados que nunca y más aislados. Conocemos a partir del informe de Unicef Estado Mundial de la Infancia 2021,que 2 de cada 10 adolescentes españoles presentaban problemas de salud mental. Se trata de la cifra más elevada de los 33 países de Europa estudiados.
P. ¿Cuál sería el tiempo idóneo al día para estar con pantallas? ¿Recomendaría aplicaciones educativas?
R. En mi opinión, las pantallas no deberían usarse hasta después de los 16-18 años. Pueden tener un teléfono de los antiguos para llamar, pero nada de redes sociales. Usar pantallas, a excepción de algo que fomente la creatividad (que no suele ser lo habitual), no ayuda a pensar. Una investigación de Common Sense Media destaca que los niños de 8-12 años están un promedio de cinco horas diarias frente a las pantallas; los adolescentes, 7,5 horas. Estas perjudican severamente la salud. A lo sumo los adolescentes podrían estar una hora por la mañana y otra por la tarde, y solo si lo han merecido y negociándolo con ellos.
P. ¿Cuánto beneficia a los niños estar en familia y compartir momentos juntos?
R. Muchísimo, porque se segrega oxitocina (hormona de amor), mejora la comunicación en el entorno familiar, fomenta vínculos afectivos, afianza el conocimiento entre nosotros, aumenta la seguridad, la confianza o la felicidad en la familia. Se necesita pasar tiempo de calidad, como en las comidas, donde las conversaciones deben darse en positivo y no a través del reproche, algo que hará que aumente la autoestima en los niños.
P. ¿Comprarles cosas para que estén entretenidos o ayudarlos a crear y reciclar lo que ya tienen?
R. De caprichos nada. Los premios han de estar vinculados a algo que han hecho bien. Lo conveniente es reciclar o retirar algo, pero no derrochar a lo tonto.