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La última rebeldía de Charlène de Mónaco en el Vaticano frente al papa Francisco | Vanity Fair

Visita sorpresa de los príncipes de Mónaco a la Santa Sede, donde no hemos podido evitar que uno de los detalles ‘beauty’ de la sudafricana llame mucho nuestra atención

Charlène y Alberto, con el papa Francisco. (Reuters)

A. RODRÍGUEZ / VANITY FAIR

Hablábamos hace unos días de cómo la esposa del príncipe Alberto ya está retomando el ritmo habitual de su agenda. Y aunque el nuevo destino no está muy lejos de su casa, tenemos que hablar de otro viaje fuera de las fronteras de la Roca, tras aquella visita que hizo a Noruega el pasado junio. En esta ocasión, y también junto a su marido, Charlène de Mónaco ha ido hasta el Vaticano para visitar al papa Francisco. Un encuentro muy cordial donde hemos visto pequeños detalles de rebeldía, especialmente a través de su vestuario y look ‘beauty’.

Los príncipes llegaban por la mañana a la Santa Sede y allí eran recibidos por uno de los representantes de la curia romana, además de por esa Guardia Suiza con sus característicos atuendos, que esperaba a la pareja en formación. Y ya la primera imagen de Charlène sorprendía, puesto que no ha hecho uso del ‘privilége du blanc’ -privilegio de blanco-, ese derecho que tienen menos de diez mujeres en el mundo, exclusivamente aquellas reinas o consortes de países católicos, entre las que se encuentra desde aquel 2 de julio, cuando se casó por la Iglesia con el príncipe Alberto. Ella ha preferido elegir el negro, el color obligatorio para mostrarse ante el pontífice para cualquier dama que no se encuentre en ese grupo.

La sudafricana ha escogido un diseño midi con un efecto de superposición, formado por un vestido base con escote palabra de honor y falda evasé, tiro a la altura de la cintura y confeccionado en tweed de algodón con un sutil relieve. Sobre él, otra pieza de escote recto y manga larga, elaborado con un tul semitransparente. Dos detalles -el palabra de honor y el tul- que son los toques de rebeldía a los que nos referimos, ya que no es habitual ver prendas de este tipo en el Vaticano. Los hombros quedaban semidescubiertos, al igual que un trozo de la espalda, algo que no se recomienda a la hora de presentarse ante el Papa.

Se trata de un diseño hecho a medida por Terrence Bray, un diseñador sudafricano, por lo que Charlène ha apoyado así la moda de su país de origen, llevando sus raíces siempre muy presentes.

Otro de los elementos que nos han llamado la atención de su look es que se ha saltado el protocolo a la hora de calzarse, ya que ha lucido unos altísimos stilettos firmados por Louis Vuitton en color nude, mientras que las normas indican que, al vestir de negro, se debe llevar el zapato del mismo color y con un tacón moderado. Una opción, la de un tacón nada moderado, por la que parece que ha apostado para estilizar su ya de por sí larga silueta.

Lo que sí estaba dentro de los protocolos era llevar la cabeza cubierta con una mantilla negra de encaje, además de un rosario acabado en cruz. Es una opción muy indicada para este tipo de situaciones, aunque es cierto que ha sorprendido la forma de lucirlo: lo habitual es llevarlo en la mano, pero ella ha decidido minimizar al máximo los accesorios y colgárselo al cuello.

Pero si ha habido un detalle de su look ‘beauty’ que ha sorprendido y que rompe todos los esquemas, tanto en el Vaticano como fuera de él, ha sido su manicura. No es nada habitual ver a una royal con las uñas pintadas en un color oscuro y mucho menos en esas circunstancias. Pero ella lo ha hecho. Un toque de rebeldía que se ha podido ver muy bien mientras estrechaba la mano al papa Francisco en uno de esos despachos santos que han pisado Alberto y Charlène durante su visita a la Santa Sede.

Este tipo de manicura, que nació como una tendencia más gótica o punk, la hemos incorporado como un nuevo neutro en el maquillaje de manos. Pero es cierto que sorprende verla en toda una primera dama y más en un escenario así. De hecho, entre los requisitos que se solicitan a la hora de presentarse ante el Papa para que un atuendo sea correcto, se incluye un maquillaje discreto, algo que no se cumple en este caso, ya que ha apostado por una tendencia que es muy marcada, pese a que lo veamos como algo habitual en nuestro día a día.

Y es que si nos podemos a analizar la manicura de las royals, veremos que no es nada habitual que lleven las uñas oscuras, y mucho menos negras. Sí lo hizo Meghan Markle, que recibió numerosas críticas cuando apareció con las uñas muy parecidas en los British Fashion Awards de 2018. Es raro, por ejemplo, ver a la reina Letizia con las uñas pintadas, aunque no sea un color oscuro, como también a Kate Middleton, quien siempre las luce al natural o con un simple brillo que no altere su color.

Para terminar de sorprender, tampoco el rostro de Charlène se ha quedado atrás, puesto que hemos visto en sus ojos una sombra ahumada en tonos cobrizos, en contraposición con el colorete rosado, que aportaban a la cara un toque más naif.

Fuente: https://www.vanitatis.elconfidencial.com/casas-reales/2022-07-20/charlene-monaco-vaticano-papa-francisco_3464027/

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