Nuevamente el sistema penitenciario de Puebla en el foco de la prensa internacional por el hallazgo del cuerpo de un bebé que habría sudo introducido al penal de San Miguel en medio de la complicidad, la corrupción y la impunidad.
Por Jesús Manuel Hernández
#Reinserta ha puesto el dedo en la llaga, “más que condenar a los activistas, el Estado debía presentar investigaciones, resultados”. Es la voz de Saskia Niño de Rivera quien lamentó la postura oficial y respalda a los familiares del bebé que había sido enterrado en Iztapalapa y cuyo cuerpo pudo ser usado para tráfico de droga en el Cereso de Puebla.
Nacido el 4 de octubre del año pasado, Tadeo, murió el 5 de enero por complicaciones en el intestino, de donde se deriva la herida hallada en su estómago, el bebé habría sido robado del cementerio y encontrado el 16 de enero en el basurero de reciclaje del PET en el penal de San Miguel.
¿Entró el bebé? ¿Para qué entró? Las deducciones saltan a la vista, o para meter droga o para un rito de alguna secta al interior del penal poblano.
Algunos santeros, dice Reinserta, utilizan los huesos y órganos de los bebés para conectar con algunos espíritus del extra mundo.
Los temas han inundado las redes sociales y los portales de información máxime cuando los padres del bebé fallecido señalan que las autoridades del panteón informan de la desaparición del cuerpo.
¿Cómo llegó el bebé al penal de San Miguel en Puebla?
Es una interrogante muy seria que no encuentra fácil respuesta más bien se elude la respuesta.
El cuerpo fue hallado el 10 de enero, cuatro días después Reinserta hizo públicos los hechos y empezaron las denuncias, las presiones y los regaños oficiales.
El 15 de enero la CNDH atrajo el caso y la responsable en Puebla pide que se le deje investigar pues los hechos ocurrieron en su circunscripción y aquí es más fácil controlar, pensarán algunos.
Una nota roja mancha la campaña de “Que reviva Puebla” arropada por el gobierno para relanzar la economía de la entidad.
Según Reinserta el bebé entró ya muerto en brazos de una mujer considerada como visitante al penal, lo que demuestra violación al protocolo de seguridad, revisiones, etcétera, en un claro escenario rodeado de corrupción y complicidades; el penal por cierto ha sido el segundo peor evaluado a nivel nacional según el diagnóstico de la CNDH en 2020.
Trasciende que es un penal mixto donde entre otras irregularidades se organizan peleas de perros y se ejerce la prostitución.
Días antes otro hecho bochornoso en relación a la forma como operan los penales en Puebla sacudió a los poblanos, el caso de la salida de Eukid Castañón de un penal de máxima seguridad, el de Tepexi, a propósito de las fiestas de fin de año. Un video circula en redes mostrando a Castañón en un pasillo de un hospital, aparentemente en buenas condiciones de salud.
Según los informadores Castañón habría salido para convivir con sus familiares en un cuarto del hospital.
Ambos temas han trascendido a los medios internacionales en medio de un esfuerzo oficial por corregir la plana a los comunicadores.
La Fiscalía poblana llegó tarde, la noche del sábado anuncia que ha sido identificada la persona que metió al bebé al penal, felicitaciones dirán algunos, más vale tarde que nunca, el caso es que si Reinserta de Saskia Niño de Rivera no hubiera revelado los hechos, la complicidad hubiera dejado el triunfo a la impunidad.
O por lo menos, así me lo parece.