Mientras que unos disfrutan regalando, otros prefieren ser regalados… Todo esto dice sobre nosotros la psicología del regalo
MELISSA GONZÁLEZ / ABC
Un regalo es, desde el punto de vista de la psicología, una expresión de afecto y vínculo social. Dar regalos a menudo se asocia con expresar afecto y fortalecer los lazos sociales, por lo que el acto de regalar puede ser una forma de mostrar amor, amistad o aprecio hacia otra persona.
Desde la teoría del condicionamiento operante, el reforzamiento positivo se da cuando la persona da un regalo, y recibe como consecuencia un estímulo apetitivo (por ej. una sonrisa, un abrazo, palabras amables, etc.). Si estas consecuencias hacen que la conducta aumente, entonces hay reforzamiento positivo.
Y ahora que la Navidad está a la vuelta de la esquina, muchas personas, la mayoría, dan regalos como una forma de cumplir con normas sociales y mostrar respeto hacia las tradiciones culturales. Por ejemplo, también ocurre en los cumpleaños o bodas.
Los expertos de Buencoco Psicología comentan que dar regalos también puede ser una forma de autorregulación emocional: al realizar actos generosos, las personas pueden experimentar una sensación de satisfacción y bienestar emocional. Este tipo de comportamiento generoso puede contribuir al propio sentido de identidad y autoestima.
«No olvidemos también que los regalos a menudo comunican mensajes no verbales sobre cómo la persona que da percibe a la persona que recibe el regalo. Puede expresar admiración, gratitud, disculpas o simplemente desear felicidad. Los regalos pueden ser una forma simbólica de comunicar sentimientos y pensamientos que a veces son difíciles de expresar con palabras», dicen.
Por último, un intercambio de regalos puede fortalecer el sentido de pertenencia a un grupo social. Según los psicólogos de Buencoco, «existe la expectativa de reciprocidad, lo que significa que la persona que recibe un regalo puede sentir la presión social de devolver el gesto, creando un ciclo de intercambio que fortalece las relaciones».
Es importante destacar que estas explicaciones no son mutuamente excluyentes y que las personas pueden tener múltiples motivaciones al dar regalos, dependiendo del contexto y de su relación con la persona receptora del regalo.
¿Nos gusta dar regalos o recibirlos?
Desde Buencoco indican que «aquellas personas que disfrutan más dando regalos pueden tener rasgos de generosidad y empatía pronunciados. Les gusta hacer felices a los demás y experimentan satisfacción al contribuir al bienestar de los demás».
También, preferir dar regalos puede reflejar una fuerte necesidad de conexión social y fortalecimiento de relaciones. El acto de dar regalos se asocia con el establecimiento y mantenimiento de conexiones afectivas, y estas personas pueden valorar profundamente las relaciones interpersonales.
Para otros, dar regalos puede ser una forma de autoregulación emocional. Experimentar la alegría o la gratitud de la persona receptora puede generar emociones positivas que contribuyen al propio bienestar emocional.
Por lo que respecta a las personas que prefieren recibir regalos, puede ser posible que necesiten validación y reconocimiento. «El acto de recibir regalos puede ser percibido como una expresión de afecto y aprecio, contribuyendo a la autoestima y reflejar una forma de cuidado personal y autoafirmación. Recibir regalos puede ser una manera de cuidarse a sí mismo, permitiéndose disfrutar de momentos de placer y gratificación».
Para algunos, recibir regalos es una oportunidad de tener sus gustos y preferencias reconocidos por los demás. Esto puede estar relacionado con el deseo de expresar la propia identidad y sentirse comprendido.
Por qué es bueno hacer regalos
Desde el punto de vista de la psicología, el acto de regalar puede tener varios beneficios tanto para el que da como para el que recibe.
1. Fortalecimiento de relaciones sociales: regalar es una forma de expresar afecto y fortalecer los lazos emocionales. Puede contribuir al sentido de conexión y pertenencia en relaciones interpersonales.
2. Bienestar emocional: el acto de dar regalos puede generar una sensación de satisfacción personal y felicidad. La generosidad y la contribución al bienestar de los demás están asociadas con niveles más altos de bienestar emocional.
3. Comunicación de sentimientos: los regalos pueden ser una forma simbólica de comunicar sentimientos que pueden ser difíciles de expresar con palabras. Pueden transmitir amor, aprecio, gratitud o disculpas.
4. Refuerzo positivo: tanto para el que da como para el que recibe, el acto de regalar puede ser una experiencia positiva que refuerza comportamientos generosos y actitudes positivas.
5. Crea recuerdos positivos: los regalos significativos pueden crear recuerdos positivos que perduran en el tiempo. Estos eventos pueden ser recordados con cariño, lo que contribuye a la construcción de una historia compartida.
6. Alivio del estrés: la generosidad y la expresión de cuidado hacia los demás pueden tener efectos positivos en la reducción del estrés. Al centrarse en hacer felices a los demás, las personas a menudo experimentan una disminución de sus propias preocupaciones.
7. Aumenta la autoestima: dar regalos puede aumentar la autoestima del donante al sentirse capaz de hacer felices a los demás. Además, recibir regalos puede contribuir a una mayor autoestima al sentirse valorado y apreciado.
8. Cultiva la gratitud: tanto el acto de dar como el de recibir regalos pueden fomentar sentimientos de gratitud. El agradecimiento mutuo puede fortalecer las relaciones y contribuir al bienestar psicológico.
El papel de la ansiedad
Es posible que el acto de regalar o recibir regalos genere ansiedad en algunas personas, y esto puede deberse a diversas razones psicológicas.
Aseguran desde Buencoco que existe una presión social en torno a las expectativas de dar y recibir regalos, especialmente en ocasiones específicas como cumpleaños, Navidad o aniversarios. La preocupación por cumplir con estas expectativas puede generar ansiedad.
«Tanto el que da como el que recibe pueden experimentar miedo al juicio de la otra persona: el donante puede preocuparse por si el regalo será apreciado, mientras que el receptor puede sentir ansiedad por reaccionar de manera inapropiada para la ocasión», explican.
Además, las personas a veces nos preocupamos por cómo nuestro regalo se compara con los regalos de otros: «La comparación social puede generar ansiedad en torno a la calidad o el valor percibido del regalo», aclaran.
Otra razón por la que regalar o recibir regalos puede producir ansiedad es la relacionada con las dudas sobre si el regalo será el adecuado, o cuando aquel que recibe el regalo se siente obligado a devolver el gesto, a decepcionar al otro con el regalo.
Es importante reconocer que estas preocupaciones son normales hasta cierto punto, pero si la ansiedad asociada con los regalos se vuelve abrumadora o persistente, podría ser útil explorar estas emociones con un profesional de la salud mental. La comunicación abierta y honesta entre las personas involucradas también puede ayudar a aliviar la ansiedad asociada con el intercambio de regalos.