Ayer jueves, el actual mandatario y candidato a la reelección, amenazó con un «baño de sangre» si es derrotado en los comicios del 28 de julio.
BALTAZAR SILVA / EL ESPAÑOL
Han sido varios los intentos fallidos, pero muchos en Venezuela piensan que esta vez sí que puede ser. Que esta vez si se respetará la voluntad de la ciudadanía y se podrá dar paso a una transición pacífica a la democracia. Las elecciones se acercan y pese a la esperanza de parte de la población, el régimen se esmera en infundar pesimismo. Ayer jueves, Maduro avisó de un «baño de sangre» y una «guerra civil» si es que la oposición vence el próximo 28 de julio. Horas antes de sus declaraciones, agentes del Estado atacaron los vehículos que acompañaban la caravana de María Corina Machado.
La dictadura ha puesto en marcha todo su operativo. Sabe que su contendor, Edmundo González Urrutia, es el favorito de la gente y no piensa descansar en su obsesión de mantener el poder. Son más de 80 las detenciones arbitrarias registradas y una serie de negocios han sido cerrados sólo por atender a miembros del comando opositor. La disidencia se siente más intimidada que nunca, pero no piensa abandonar.
Son cientos de miles los que recorren las calles en búsqueda del sueño democrático. La cara visible de la gran movilización es Machado, mientras Edmundo se perfila como el hombre clave ante una eventual transición. Si bien ambos han sostenido no confiar en un dictador como Maduro, un especialista en promesas vacías, creen que en esta ocasión el régimen tiene poco margen de acción para no respetar los resultados. Estados Unidos advirtió mantener y profundizar el bloqueo a la economía si ello ocurriera y socios claves en la región al presidente lo dejarían a la deriva.
Edmundo corre con ventaja
El chavismo como fuerza política lleva años estancado. El arraigo popular que tuvo en su momento ya no es tal. Maduro lo sabe, aunque lo niegue. Las encuestas bien lo han señalado y muchas de las más serias e independientes han coincidido en que la oposición es la que reúne la mayor intención de voto ante la elección del 28 J.
Un estudio de Meganálisis reveló que el candidato unitario de la oposición, Edmundo González Urrutia, cuenta con el 68,4% de los votos, frente al actual mandatario quien sólo tendría un 11,3%. Otros sondeos, con similar metodología, concluyen una hipótesis parecida. Los sondeos de este tipo que menos ventaja le dan a la oposición, piensan igualmente que el candidato disidente duplicará a su contendor.
El candidato unitario de la oposición de Venezuela, Edmundo González Urrutia, en un acto de campaña. Efe
Los motivos son varios. Uno de ellos es el hastío de la gente con un régimen que no despega y que tiene a gran parte de la población sumida en la pobreza más extrema. Otro es la efervescencia que ha acompañado a la candidatura de Edmundo durante los últimos meses. El mensaje es de esperanza y en eso Machado se ha posicionado como alguien trascendental. Es la que más popularidad tiene en todo el país y ha conseguido, tras su inhabilitación ilegal, traspasar todo ese respaldo ciudadano a su compañero de ruta.
Democracia vs autocracia
«Si la derecha engañara a la población podría haber un baño de sangre y una guerra civil, porque este pueblo no se dejará quitar la patria ni los derechos sociales». Esa fue la advertencia que hizo Maduro ante sus más fieles seguidores en su ultimo mitin. El tema es claro: el régimen, fiel a su estilo, hará todo lo que esté a su alcance por aferrarse al poder y hacer continuar su proyecto bolivariano y de ‘revolución’.
El discurso del mandatario es a lo menos curioso, una especie de contradicción en sí mismo. En muchas ocasiones ha hecho gala del modo en que enfrentó, junto a su gobierno, el desabastecimiento que él mismo provocó con sus políticas. Una táctica que ha estrujado hasta el máximo para recuperar – si alguna vez la tuvo – una popularidad que en estos días se encuentra en el suelo y cada día baja más.
En el comando de la oposición la tónica es distinta. Así lo han sostenido las principales cabezas detrás de la candidatura. Se trata de la democracia vs la autocracia y no del clivaje clivaje histórico de la derecha vs izquierda. Lo esencial ahora, a ojos de Edmundo, Machado y compañía, es vencer en los comicios y sentar las bases de una transición pacífica a la democracia. No se ha descartado una amnistía para los lideres del régimen y se prometió el establecimiento de un gobierno de unidad nacional, que reúna a todos los sectores del espectro político y tenga en el diálogo su hoja de ruta.
Unas elecciones poco libres y democráticas
Los miles en la calle que día y noche gritan en defensa de unas elecciones libres, ven cómo el gobierno establece todo tipo de limitaciones. La campaña se ha vuelto una carrera llena de obstáculos para una oposición que no se cansa de defender sus ideas. Un ejemplo de ello es la imposibilidad que tienen muchos venezolanos en el exterior para votar. Sólo quienes dispongan de una residencia legal podrán hacerlo. Maduro está al tanto del éxodo de ciudadanos que ha habido estos últimos años. También, de la condición de la gran mayoría de regresar al país si es que él deja del poder. Se trata de más del 2% de los votantes totales, es decir, 4,5 millones de individuos.
Un segundo ejemplo, más conocido que el anterior, son las inhabilitaciones en contra de los más destacados opositores. Primero fue Machado, quien se impuso con más del 90% de los votos en las primarias opositores. Después, Corina Yoris, a quien Machado designó como reemplazante. No son sólo inhabilitaciones a los principales rostros del sector. También son persecuciones a todos aquellos que ayudan, de algún modo, a que la disidencia pueda desplegarse por el territorio.
El presidente de Venezuela y candidato para las próximas elecciones, Nicolás Maduro, en pleno acto de campaña, Efe
Como en toda dictadura, la prensa libre brilla por su ausencia. La oposición no goza de acceso a los medios de comunicación públicos, que permanecen todos dominados por un régimen que los utiliza de plataforma de difusión de sus ideas. Allí Maduro se empeña en difamar a su adversario y en inventar toda clase de teorías conspirativas que actúen en servicio de sus intereses.
Sobre el día mismo de la elección, son muchas las amenazas. Observadores de vasta trayectoria en eventos de este tipo, como la Unión Europea, fueron excluidos. La papeleta en la que cada ciudadano deberá marcar una casilla con su preferencia, tiene en trece oportunidades la cara de Maduro y sólo en tres la de Edmundo, siendo que este último representa a toda la oposición democrática. Para peor, son varios los actores que han alertado que en los locales de votación no están las condiciones mínimas de transparencia.