CZN Burak hace platos ‘king size’ y Salt Bae planea abrir en Madrid para sus ‘fans’ Benzema y Sergio Ramos. Ambos han descubierto que el factor espectáculo es más importante que la calidad de la comida para atraer clientes ilustres...
DARÍO PRIETO / LOC / EL MUNDO
Hay un vídeo de Diego Armando Maradona, año y medio antes de morir, en el restaurante Nusr-Et de Dubai. En él aparece el chef y propietario del establecimiento, Nusret Gökçe (conocido en la Red como Salt Bae) preparando unas costillitas ante el «barrilete cósmico» mientras éste le contempla como si hubiera bajado Dios (o sea, él mismo, según los acólitos de la iglesia ‘maradoniana’), absolutamente arrebatado. Al final, el cocinero le concede el honor de finalizar el ritual con su marca de la casa: el astro argentino coge un puñado de sal, dobla el codo y, con la mano pegada al hombro, la esparce sobre el plato.
Dejando a un lado el efecto de las carnes rojas y la sal en abundancia sobre el castigado sistema circulatorio de El Diego, las imágenes prueban el tirón de la cocina turca ‘freak’, que se ha convertido en una tendencia, otra más que llega del país euroasiático tras los implantes de pelo en varones alopécicos y los culebrones.
Otro vídeo: sale un tipo sonriendo a cámara con los ojos achinados y cortando con una cimitarra un queso de sus buenos tres kilos. A continuación lo funde con un soplete y vierte el resultado sobre un barreño de sustancia aparentemente cárnica. Luego vuelve a salir -siempre sin dejar de sonreír con los ojos semicerrados- con una especie de alfanje con el que pica verduras y cordero para hacer un kebab gargantuesco. Es CZN Burak, quien también se ha hecho su hueco en internet con sus vídeos de comida ‘king size’ y su particular pose, como si padeciese algún tipo de retraso. Pero CZN Burak no es ningún retrasado: como Salt Bae, sus vídeos difundidos a través de las redes sociales han impulsado su negocio desde su primer local en Estambul hasta varias sucursales de la megalópolis turca y el inevitable desembarco en Emiratos Árabes Unidos.
Y no sólo eso: todo el famoseo quiere comer en sus restaurantes. Sobre todo, futbolistas, pero también políticos. Igual que los asadores de la Piel de Toro tienen instantáneas de sus ilustres visitantes como prueba de estatus, Burak luce orgulloso fotografías junto a Recep Tayyip Erdogan, presidente turco, Will Smith y Cristiano Ronaldo. Salt Bae, por su parte, ha tenido comiendo de su mano, literalmente, a David Bekham, Karim Benzema o Neymar. Incluso llegó a servir en su restaurante de Estambul al líder venezolano, Nicolás Maduro, quien se apretó un señor ‘tomahawk’ y se fumó unos habanos en una parada a su regreso de una gira por China. La velada fue especialmente polémica, pues justo en aquel momento la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, según sus siglas en inglés) acababa de publicar un informe que señalaba que unos 3,7 millones de venezolanos (el 12% de la población del país, aproximadamente) se encontraba en situación de hambre o desnutrición. El senador republicano estadounidense Marco Rubio criticó al cocinero por agasajar a un «dictador con sobrepeso».
A pesar de ello, la fama de Gökçe no ha hecho más que subir y ya tiene una docena de restaurantes en todo el mundo: Estambul, Qatar, Abu Dhabi, Mikonos, Nueva York, Miami, Dallas… Todo apunta a que la siguiente apertura será en Madrid, en el local del difunto Embassy, impulsada por la devoción que le tiene el capitán madridista, Sergio Ramos.
Y todo ello, gracias a un vídeo de 2017 en que aparecía esparciendo sal con su particular técnica sobre un lomo fileteado. Se compartió 10 millones de veces y se convirtió en materia prima de memes y de vídeos de Instagram. Desde entonces, se le conoce como el «chulazo de la sal» y se ha convertido en una marca en sí mismo. De hecho, las críticas de sus restaurantes destacan que la comida no vale la pena si no está él haciendo el ‘chou’.Más en El Mundo‘Smell training’: ¿se puede entrenar el olfato después del Covid-19?Indignación en las redes por las fiestas multitudinarias tras el fin del estado de alarma
Se da la circunstancia de que tanto Gökçe como Burak son kurdos, principal minoría dentro del territorio turco y uno de los colectivos más perseguidos en un país que cometió contra los armenios el primer gran genocidio de la era moderna. Ambos chefs comparten también su interés por mostrar su faceta benéfica, dando de comer a enfermos, ancianos o personas con discapacidad, o patrocinando algún tipo de actividad caritativa. Uno y otro, también, han visto como sus establecimientos han tenido que echar temporalmente el cierre por la covid y, en algunos casos, debido a problemas para cumplir con la normativa contra el coronavirus.
Difieren enormemente, eso sí, en su apariencia: mientras Gökçe no se deja ver sin sus gafas de sol ni camisetas o camisas abiertas unos cuantos botones de mas hasta dejar ver su ‘pecholobo’, Burak luce sudaderas y otro tipo de looks poco sofisticados, más acordes a su gesto sonriente.
Fuente: https://www.elmundo.es/loc/celebrities/2021/05/09/6097edc4fc6c83e0418b4570.html