VALENTINA T. SÁNCHEZ / FRANCE 24
Un equipo de la universidad de Lausana (Suiza), que en meses pasados logró que una persona parapléjica volviera a caminar, ahora desarrolló una neuroprótesis compuesta por electrodos que se instala sobre la médula espinal. Esos electrodos están conectados con un neuroestimulador que se controla con un mando exterior.
El párkinson es una enfermedad que en etapa aguda hace que 9 de cada 10 personas pierdan la capacidad de caminar de forma normal. Esto debido a que hay una muerte o daño de las neuronas que se encuentran en la zona del cerebro conocida como sustancia negra. Marc Gauthier es un paciente de más de 60 años con`párkinson que había perdido esa capacidad y, con ello, su independencia.
Un equipo de la universidad de Lausana, que en meses pasados logró que una persona parapléjica volviera a caminar, ahora desarrolló una neuroprótesis compuesta por electrodos que se instala sobre la médula espinal. Esos electrodos están conectados con un neuroestimulador que se controla con un mando exterior.
Jocelyne Bloch, neurocirujana del Hospital Universitario de Lausana, explicó que su «papel fue implantar electrodos sobre el área de la médula espinal responsable del movimiento, es decir, los últimos seis centímetros de la médula espinal. Puse esos electrodos, que están vinculados a un neuroestimulador ubicado bajo la piel, en la región del abdomen”.
Los expertos aseguran que se trata de un éxito de grandes proporciones pero explican que este es un caso personalizado porque cuando se hace la cirugía para implantar los electrodos, se ajustan la posición y la potencia para que los músculos se muevan adecuadamente. El equipo es consciente de que esto puede no funcionar para todos, por lo que su propósito es conseguir una tecnología adaptativa que permita trabajar de forma personalizada.