La obra de Velázquez, donde retrata a la Infanta Margarita, es indiscutiblemente una de las grandes joyas del ucraniano Museo de Arte Khanenko
VÍCTOR FERNÁNDEZ / Barcelona / LA RAZÓN
Probablemente el cuadro fue realizado en 1659, un año antes del fallecimiento de Diego Velázquez. Fue una de las últimas veces que posó la Infanta Margarita, la protagonista de «Las Meninas», ante el caballete del artista favorito de Felipe IV. Esta pintura es indiscutiblemente una de las grandes joyas del Museo de Arte Khanenko de Kiev, un centro que corre el peligro de ser una víctima más de la guerra que tiene lugar en Ucrania. La protección del personal de las pinacotecas de la capital es la lógica prioridad en estos momentos, con la confianza de que no ocurra nada a las obras de arte.
Esta semana, Olesia Ostrovska-Liuta, la directora general del Complejo del Museo Nacional de Arte y Cultura del Arsenal Mystetskyi en Kiev, aseguraba en un artículo en el portal Artnet que «ahora deberíamos estar preparándonos para el 11° Festival anual del Arsenal del Libro que se llevará a cabo en mayo, así como importantes exhibiciones y proyectos interdisciplinarios, pero nuestro equipo debe concentrar los esfuerzos para garantizar la seguridad de nuestro personal y nuestras familias, así como custodiar nuestra colección y nuestros objetos de museo: pinturas, gráficos y bellas artes».
En el caso del Khanenko, además de la Menina velazqueña, se cuentan con obras de otros grandes maestros como Rubens , Pieter Brueghel el Joven, Van Eyck, Perugino o Frans Hals. Respecto a la pintura de la escuela española, además de la presencia de la Infanta Margarita sobresale un bodegón de Zurbarán, un San Francisco de Luis de Morales o el retrato de un obispo por Claudio Coello. Igualmente hay pinturas de Juan Bautista Martínez del Mazo y Francisco de Goya. Todo ello fue reunido por un rico hombre de negocios ucraniano, Bohdan Khanenko, quien junto con su esposa Varvara Janenko decidieron formar una espectacular colección en la que cabían desde las muestras del arte popular ucraniano a los grandes nombres de la pintura de todos los tiempos, pasando por muestras de antiguas civilizaciones como la griega, la egipcia y la asiática. Todo ello quedó en una imponente mansión ubicada en el número 15 de la calle Tereshchenkivska, donde hoy se sigue esperando que concluya esta mortífera guerra.
El edificio no lo ha tenido fácil a lo largo de la historia. También varios de los conflictos bélicos que ha sufrido Europa se acabaron colando por las salas del que fuera hogar de los Khanenko. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial la casa fue el Club de Oficiales Nazis. Tras aquella contienda, una vez quedó liberado el museo, se pudo constatar que algunas de sus históricas salas había sufrido daños irreparables.
En estos días el edificio que acoge uno de los últimos retratos de la Menina favorita de Velázquez corre un peligro parecido al de sus conciudadanos. Pero eso mismo está sucediendo con las miles de instituciones culturales que hay en la actualidad en Kiev. Olesia Ostrovska-Liuta reclama apoyo internacional contra la agresión de Vladimir Putin. La cultura también corre peligro en Ucrania.
Fuente: https://www.larazon.es/cultura/arte/20220228/4qsxflojhfhkre7u45wmlkaati.html