
Por David Ramos / ACI Prensa
Los obispos de México expresaron su “profundo dolor y consternación” por la masacre atribuida al crimen organizado en la que fueron asesinados siete jóvenes, incluidos menores de edad, en la comunidad de San Bartolo de Berrios, en el estado mexicano de Guanajuato, durante la madrugada de este 19 de mayo. El crimen se cometió al final de una celebración organizada por la parroquia local.
En un comunicado, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) aseguró que los prelados se unen “al dolor de las familias que hoy lloran la pérdida de sus seres queridos y a la Arquidiócesis de León en cuyas tierras esta tragedia sucedió”.
“A todos ustedes les expresamos nuestra cercanía, oración y solidaridad. Que el Señor de la vida les conceda consuelo, esperanza y fortaleza en medio del sufrimiento”, expresó la CEM.
La masacre ocurrió en la plaza principal de la comunidad de San Bartolo de Berrios, en el municipio de San Felipe, a unas dos horas al noreste de la ciudad de León, la más poblada del estado de Guanajuato y sede de la Arquidiócesis de León.
El Gobierno Municipal de San Felipe informó en un comunicado que alrededor de las 2:36 a.m. (hora local), agentes policiales municipales llegaron a la plaza principal de la comunidad de San Bartolo de Berrios, tras recibir reportes “por detonaciones de arma de fuego”.
“Al llegar al lugar, se localizó una camioneta con daños y a las víctimas sin vida”, dijo, precisando que se trata de siete varones asesinados “con arma de fuego”.
“Ante estos hechos, se ha establecido una coordinación inmediata con autoridades estatales y federales a fin de dar seguimiento puntual a las investigaciones y esclarecer los hechos. La Fiscalía General del Estado ya realiza las diligencias correspondientes para que este crimen no quede impune”, asegura el gobierno municipal, que pide además a la población reportar “cualquier actividad sospechosa de manera anónima”.
Masacres “que se repiten con dolorosa frecuencia”
Los obispos mexicanos aseguran en su comunicado que “no podemos permanecer indiferentes ante el espiral de violencia que lacera a tantas comunidades de nuestro país”.
“Esta masacre, una más entre tantas que se repiten con dolorosa frecuencia, es un signo alarmante del debilitamiento del tejido social, la impunidad, y la ausencia de paz en vastas regiones de nuestra nación”, denuncian.
Los obispos además hicieron “un llamado urgente” para que las autoridades de todos los niveles —municipal, estatal y federal— “asuman con responsabilidad y eficacia la tarea de garantizar la seguridad y la justicia”.
“No podemos acostumbrarnos a convivir con la muerte violenta, ni permitir que la impunidad se convierta en norma”.
A la sociedad civil le pidieron no caer “en la indiferencia ni en la desesperanza. Es tiempo de construir juntos la paz desde lo cotidiano, desde nuestras familias, comunidades y espacios de participación”.
“La violencia no se erradica sólo con el uso de la fuerza, sino con una profunda transformación cultural que recupere el valor sagrado de la vida humana”.
También se dirigieron a las comunidades eclesiales, alentándoles a ser “testigos de esperanza, promotoras de reconciliación, y artesanas de paz”, de tal forma “que nuestras parroquias y grupos sean lugares donde se anuncie con fuerza que ‘el mal no tiene la última palabra’”.
“Como Iglesia, reiteramos nuestro compromiso de seguir acompañando a las víctimas, de denunciar el pecado estructural de la violencia, y de trabajar por una cultura de paz, inspirada en el Evangelio de Jesucristo, que ‘vino a traernos vida, y vida en abundancia’”.
“Personas de un cártel llegaron armadas y abrieron fuego”
El comunicado de la CEM siguió a un mensaje del Arzobispo de León, Mons. Jaime Calderón Calderón, quien asumió el gobierno pastoral de la arquidiócesis hace poco menos de un año, el 19 de agosto de 2024.
En su mensaje, el Arzobispo de León dijo que “de acuerdo a los primeros reportes, personas de un cártel llegaron armadas y abrieron fuego arteramente contra la gente que se encontraba en el lugar, resultando muertos 7 jóvenes, entre ellos algunos menores de edad”.
“Estamos indignados, consternados y condenamos este hecho”, expresó el prelado.
Mons. Calderón Calderón dijo que el crimen ocurrió “al final de un festejo con motivo del 10 de Mayo, organizado por la Parroquia”.
Tras exigir que las autoridades capturen a los responsables y se haga justicia, el arzobispo expresó su cercanía a los familiares de las víctimas: “en un servidor encontrarán consuelo y oración por sus familiares y por ustedes, que sufren por estos lamentables hechos”.