Su gestión del desastre abona la polémica de su mandato en Guerrero, un Estado que arrastra fuertes problemas con la violencia, el narcotráfico y la pobreza
ALMUDENA BARRAGÁN / EL PAÍS
Otis, el peor huracán en la historia del Pacífico mexicano, destruyó en tres horas Acapulco y varios municipios de la Costa Grande de Guerrero. La devastación ha puesto en entredicho la actuación de las autoridades y ha multiplicado las preguntas sobre si debieron actuar antes y si se pudo haber hecho más para evitar la tragedia. Hasta el momento, al menos 27 personas han fallecido y otras cuatro están desaparecidas. En el centro de la polémica está la gobernadora del Estado, Evelyn Salgado Pineda, blanco de las críticas de la oposición y de la opinión pública por la respuesta que han dado las autoridades y la situación crítica de miles de damnificados.
La tragedia está siendo una prueba de fuego para la gobernadora, quien lleva tres años de mandato. Salgado Pineda fue cuestionada desde antes de llegar al poder por ser la sustituta de su padre en las elecciones de Guerrero, uno de los Estados más pobres de México y que vive desde hace décadas sumido en la violencia y el narcotráfico. En plena campaña electoral, el senador Félix Salgado Macedonio fue denunciado por violación, abuso y acoso sexual y quedó fuera de la carrera a la gubernatura, aunque eso no fue impedimento para que la familia acabara haciéndose con el poder. El papel de la gobernadora ha despertado todo tipo de reacciones, entre quienes la acusan de no dar la cara por los afectados hasta quienes aseguran que no estaba en Guerrero cuando el huracán tocó tierra. 24 horas después de la catástrofe todavía no había un balance general de víctimas ni de daños materiales por parte de las autoridades. Tampoco una lista de afectados. Y hasta el momento se desconoce un saldo definitivo de muertos.
Salgado compartió el 23 de octubre, un día antes de que Otis impactara en Guerrero, una foto en sus redes sociales tras una reunión con otros gobernadores de Morena, el partido gobernante, en Ciudad de México. Sin embargo, la mandataria ya había advertido desde un día antes de la llegada de Otis como tormenta tropical. “Paisanas y paisanos se ha formado la tormenta tropical Otis al sur de las costas de Oaxaca, desplazándose hacia el nor-noroeste, por lo que se pronostican lluvias para nuestro Estado durante las próximas horas”.
El 23 de octubre por la tarde, Salgado escribió otro tuit. “He declarado en sesión permanente al Consejo Estatal de Protección Civil de Guerrero, debido a la evolución de la tormenta tropical Otis”. En esa reunión pública, la gobernadora se encontró con representantes del Ejército, la Marina, Protección Civil y alcaldes de las zonas en riesgo. “Pedimos a la población que sigan nuestras recomendaciones y nos tengan confianza”, aseguraba el general de división de la Sedena Ricardo Flores González. “Tenemos experiencia en este tipo de fenómenos”, agregaba. Un día después llegó la tragedia.
Las críticas se han concentrado principalmente en la actuación que han tenido el Gobierno estatal y federal tras la llegada del huracán. El día 24 de octubre, la gobernadora publicó cada dos horas cómo evolucionaba la tormenta gracias a los reportes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). También dio varios avisos a la población para que acudiera a los refugios. A solo dos horas de que Otis arrasara con toda su fuerza, Salgado Pineda publicó un video dentro de un coche en el que asegura estar haciendo recorridos por Acapulco y en el que recomienda a la gente quedarse en casa.
El 25 de octubre, cuando la ciudad amaneció sumida en el caos, Salgado escribió otro tuit: “Durante el día, estaré en territorio, pendiente de las necesidades de nuestro pueblo. Les pido mantener la calma, evitar la difusión de rumores y seguir atentos a la información oficial”. Pero la información oficial no llegaba. Sin agua, luz, teléfono ni internet, la población permanecía sumida en el caos y la incertidumbre. El presidente López Obrador decidió desplazarse por sí mismo hasta Acapulco para dar indicaciones a las autoridades. En unas breves imágenes se ve cómo la gobernadora estuvo con él en el recorrido.
Voces críticas entre la ciudadanía afectada atacan al Gobierno de Guerrero por no estar presente en las calles después de la catástrofe, mientras la gente se agolpa para conseguir comida, agua y productos de primera necesidad. La ayuda humanitaria está llegando a cuentagotas por la caída de las comunicaciones, a la vez que miles de personas tratan de escapar de Acapulco. “Es aventurado hacer un balance de la situación porque todavía estamos viviendo las consecuencias directas del huracán, pero hay muy poca información de lo que está haciendo el Gobierno estatal ante la condición de miles de acapulqueños y coyuquenses”, señala Luis Enrique Ríos Saucedo, exdiputado local de Morena. “Hay mas información del Gobierno federal que del estatal y eso genera incertidumbre en los ciudadanos”, agrega.
“¿Dónde está la gobernadora de Guerrero?”, le increpó la senadora del Partido Acción Nacional Lilly Téllez a Félix Salgado Macedonio, de Morena, en la cámara Alta. A medida que pasaban las horas, los reclamos respecto a la gestión se volvieron más tensos. No fue hasta la mañana del 26 de octubre que la gobernadora intervino en la conferencia matutina de Palacio Nacional para dar un mensaje a la ciudadanía con el primer balance de muertos. En más de 84 horas, esa cifra no ha cambiado.
Por el recuento cronológico de las publicaciones de Salgado Pineda se da a entender que sí hubo un seguimiento de cómo evolucionaba el huracán, pero lo que no está tan claro es si las medidas que se tomaron fueron suficientes ante una tormenta de esa magnitud. Las horas de incertidumbre previas sobre la trayectoria sembraron dudas no solo en los políticos, también en los científicos. Los meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes (CNH) en Estados Unidos tampoco anticiparon que Otis se convertiría en un huracán tan violento. El CNH describió la extrema intensificación de la tormenta como un “escenario de pesadilla” y una “situación extremadamente peligrosa”. Otis acabó impactando de lleno en Acapulco a las 00.25 del miércoles, cuando en realidad se esperaba que tocara tierra a las cuatro de la mañana más al norte.
Otis sobrepasó cualquier capacidad del Gobierno para prevenir y mitigar el desastre. En menos de 12 horas pasó de tormenta tropical a un temible huracán categoría 5, la máxima posible. “La autoridad estatal se vio rebasada desde el primer momento”, dice Sergio Montes, fundador de Morena en Guerrero y una voz crítica con el actual Gobierno. “Entiendo que fue algo atípico, pero algunos sectores se han quejado de que no se les avisó correctamente. Cuesta creer que Guerrero no tenga un protocolo de prevención contra huracanes o contra sismos”, señala. Por ejemplo, ese mismo día se celebró la Convención Minera en Acapulco. Un evento que congregó a más de 5.000 personas, entre las que estaba el gobernador de Zacatecas, David Monreal.
Una gobernadora a la sombra de su padre
Las críticas contra Evelyn Salgado han resurgido a raíz del huracán y de su papel en la tragedia, pero no son las únicas que le han llovido desde que ganó las elecciones en 2021. Su designación generó varias fracturas en Morena y su mandato ha sido cuestionado por la falta de manejo de otros problemas que aquejan al Estado como la inseguridad, los desaparecidos, el crimen organizado y la pobreza. El mismo 24 de octubre, Guerrero amaneció con más asesinados, entre ellos, 13 policías municipales de Coyuca de Benítez. Estaban maniatados y tenían un tiro en la cabeza. Otro ejemplo. El pasado mes de julio, la violencia del narco y las protestas de los pobladores de la región de La Montaña pusieron de rodillas a Chilpancingo, la capital. Miles de personas tomaron la Autopista del Sol y la ciudad para exigir la liberación de dos líderes transportistas. La multitud llegó a tomar por la fuerza el Congreso del Estado. El papel que tuvo el Gobierno en aquella crisis también cosechó muchas críticas.
Desde que Salgado Pineda llegó a la campaña, se cuestionó su capacidad como gobernante por no tener experiencia previa en un puesto de esa responsabilidad. “Morena se equivocó en la candidata, el proceso interno fue una farsa y ahora tenemos un gobierno bicéfalo, donde el papá de la gobernadora no la deja gobernar. Las críticas no son una cuestión de género, es falta de preparación”, agrega Sergio Montes. “Nos equivocamos como partido al elegir a alguien que no estaba preparado para gobernar y eso tiene consecuencias en nuestra vida”, apunta. Montes denuncia la opacidad en el Gobierno local y la falta de generación de empleo y obra pública. Asegura que lejos del liderazgo de López Obrador, “los Gobiernos de Morena en los Estados se han convertido en comités de saqueo del erario público”.
Guerrero es uno de los Estados con más beneficiarios de los programas sociales del Gobierno federal. Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida o las Pensiones para Adultos Mayores se han convertido en un ingreso fijo que ayuda a miles de personas de bajos recursos a salir adelante. Sin embargo, Montes y Ríos Saucedo destacan que el Gobierno del Estado ha aprovechado la llegada de estas ayudas para olvidarse de sus obligaciones. ”Hay recursos suficientes para generar programas propios, obra carretera, obras públicas que no se están utilizando”, apunta el exdiputado. “El huracán ha destruido el 80% de los hoteles y no va a haber tiempo de recuperarse para la temporada navideña, lo que significa que muchas personas perderán su trabajo”, agrega Montes. “Creo que el huracán nos va a pegar más que la pandemia”, añade.
Enki Research, una firma de análisis de riesgo especialista en desastres naturales, calcula que los daños a la infraestructura, negocios y hogares que ha dejado el huracán ascienden a 15.000 millones de dólares, 20 veces más que el presupuesto del que dispone el Gobierno mexicano para mitigar la tragedia. La devastación pone una dura prueba por delante tanto para el Gobierno de López Obrador como para la Administración de Evelyn Salgado. Acapulco y los pueblos vecinos necesitan salir con urgencia del infierno que les ha traído el huracán Otis.
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