JESSICA KLEIN / BBC
Dedeker Winston ha estado en relaciones no monógamas por más de una década, pero nunca había visto un interés tan profundo en las relaciones abiertas.
El tema ha sido tradicionalmente tabú en gran parte del mundo. En 2014, cuando Winston comenzó el podcast Multiamory, ella y sus coproductores tuvieron que decidir si utilizar sus nombres reales en este programa sobre la no monogamia ética.
«En ese momento había prácticamente solo uno o dos podcasts más que abordaban este tema», dice la consejera de citas. «Y las personas que producían y presentaban esos podcasts usaban seudónimos».
Pero las cosas han cambiado. Alrededor de 2016, Winston notó una verdadera «explosión de interés en torno a la no monogamia», aproximadamente un año después de que comenzara a trabajar como consejera especializada en ese tipo de relaciones.
«Ahí fue cuando sentí el punto de inflexión más grande. De repente, tantas personas en internet estaban dispuestas a hablar sobre ser no monógamas», dice, «y expresar el hecho de que tienen interés en este tipos de cosas».
Sarah Levinson, consejera de Creative Relating Psychology Psychotherapy en la ciudad de Nueva York, que se especializa en sexualidad y dinámica de relaciones, también ha notado un creciente interés en las relaciones abiertas en la última década. «Era mucho más oscuro hace 10 años, y ahora es increíblemente común», dice.
Estos testimonios, así como algunos datos, muestran un interés creciente en las relaciones no monógamas consensuadas, incluidas las relaciones abiertas.
Los expertos dicen que muchos factores sociales y culturales han llevado a una adopción más amplia de estilos de relación no tradicionales, y la pandemia incluso puede estar jugando un papel.
Pero si bien el interés en las relaciones abiertas puede estar aumentando, los expertos no están de acuerdo sobre qué tan amplia puede ser su aceptación, al menos por ahora.
«Pases libres» y experiencias swinger
Hay muchas formas de participar en la no monogamia, dice Levinson. «Podría ser cualquier cosa, desde vivir con varias parejas y compartir las finanzas, o podría ser apoyar a tu pareja en que tenga una vez al año un pase libre en un viaje por una conferencia de trabajo para acostarse con alguien».
Las relaciones abiertas caen bajo el paraguas de la no monogamia, pero muchos tienden a diferenciar entre esos tipos de acuerdos y otros tipos de no monogamia, como el poliamor.
El poliamor a menudo significa participar en múltiples parejas íntimas, mientras que las relaciones abiertas se asocian más a personas que tienen sexo fuera de su pareja prioritaria, pero con su consentimiento.
En otras palabras, las relaciones abiertas se centran menos en las conexiones emocionales con personas fuera de una relación primaria y más en lo sexual.
Para algunos, esto significa tener citas informales y relaciones del tipo «amigos con derechos» con personas que no sean sus parejas principales.
Para otros, una relación abierta solo significa ese «pase libre» ocasional para tener una aventura de una noche o un breve affaire.
Otra posibilidad es que el acuerdo se parezca más al sexo swinger, tener otras parejas como pareja, pero sin tener citas por separado.
Winston también menciona las relaciones abiertas al estilo «no preguntes, no digas», en las que ambos permiten que el otro tenga sexo con otras personas pero no quieren discutir esas experiencias juntos.
Otros términos, como monogamish (en español, «casi como monógamo»), que el columnista estadounidense de relaciones y sexo Dan Savage popularizó hace varios años, pueden superponerse por definición con algunos de estos acuerdos de relaciones abiertas.
Savage habló sobre su relación monógama en su podcast, en el que él y su marido están comprometidos el uno con el otro, pero tienen relaciones sexuales sin compromiso con otros hombres.
Personas de todo tipo se involucran en relaciones abiertas. Levinson dice que en los últimos años ha visto «bastante diversidad» en todo aspecto entre quienes participan en relaciones abiertas en sus sesiones, desde recursos económicos hasta etnias.
Sin embargo, reconoce que, como consejera que trabaja en Nueva York, puede ver una muestra diferente de la que podría encontrar en otras partes más conservadoras de Estados Unidos.
Entre los clientes de Winston -los oyentes de podcasts y los visitantes del sitio web- descubrió que muchos de los que están interesados o participan en relaciones abiertas tienden a ser relativamente jóvenes, entre 25 y 45 años. Y muchos se identifican como queer, bisexuales y/o pansexuales.
Sin embargo, ha trabajado con clientes interesados o practicantes de relaciones abiertas que tienen entre 19 y 70 años. «Las personas que llaman a mi puerta abarcan todo el espectro», dice.
Curiosidad
Las tendencias de las aplicaciones de citas ayudan a resaltar el aumento del interés en las relaciones abiertas.
Por un lado, ha habido un surgimiento de plataformas particularmente enfocadas en la no monogamia, incluidas las relaciones abiertas, para satisfacer la creciente curiosidad.
Pero incluso las aplicaciones de citas más tradicionales, como OkCupid, han visto un aumento en el interés por las relaciones abiertas.
«Si bien la mayoría de las personas que se encuentran en OkCupid buscan relaciones monógamas, en 2021 los usuarios que buscaron relaciones no monógamas aumentaron 7%», dijo un representante de la empresa a la BBC.
Entre más de 1 millón de usuarios de OkCupid en Reino Unido que respondieron a la pregunta «¿Considerarías tener una relación abierta?» en la aplicación, 31% dijo que sí en 2022, en comparación con el 29% en 2021 y el 26% en 2020.
Además, los datos de 2022 de la aplicación de citas Hinge mostraron que uno de cada cinco usuarios «consideraría» probar una relación abierta, mientras que uno de cada 10 ya ha tenido una.
La directora de ciencia de las relaciones de Hinge, Logan Ury, dice que puede haber un efecto pandémico: «Fue la oportunidad perfecta para hacer una pausa y pensar más en lo que queremos».
Los consejeros y profesionales, incluidos Levinson y Winston, también han observado un repunte.
Winston dice que gran parte del interés reciente que ha visto en las relaciones abiertas proviene de los millennials, que están «cuestionando la forma en que han sido criados» en la mayoría de los casos para creer que el matrimonio monogámico a largo plazo es el objetivo final de las relaciones íntimas.
Esto puede deberse a una tendencia general hacia una mente abierta, cree Levinson.
«Socialmente, todos tenemos una mente más abierta a todo tipo de identidades que son menos convencionales… las personas están más dispuestas a desafiar las construcciones sociales de una manera general», afirma.
Esto ha abierto la puerta para que las personas también cuestionen sus propios deseos. Cuando «sigues eligiendo la monogamia y no funciona (…) comienzas a sentir curiosidad sobre (si) hay otra forma».
Y para los curiosos, hay más recursos que nunca. Junto con la «explosión de interés» en las relaciones abiertas, agrega Winston, hay una «explosión en los creadores de contenido y las personas que escriben sobre ello en los medios… en las aplicaciones, en las reuniones de comunidades».
Esto significa que la información sobre la no monogamia es ampliamente accesible, no en «viejos y polvorientos LiveJournals (diarios personales) en los rincones de internet», que es donde Winston dice que necesitaba buscar información hace más de una década.
¿Más fantasía que realidad?
A pesar de que más personas adoptan acuerdos no monógamos y una creciente visibilidad en torno a las relaciones abiertas, la percepción general sigue siendo negativa.
«Las investigaciones y las encuestas de opinión pública sugieren que las actitudes hacia la no monogamia consensuada son en su mayoría negativas en general, aunque parecen haber tenido una tendencia más positiva en los últimos años», dice Justin Lehmiller, investigador del Instituto Kinsey y presentador de un podcast sobre sexo y psicología.
Si bien es posible que esas actitudes negativas no impidan que las personas piensen en tener relaciones abiertas, pueden disuadirlas de participar en ellas.
En su investigación sobre fantasías sexuales, por ejemplo, Lehmiller descubrió que «la mayoría de las personas han fantaseado con ser no monógamas de alguna manera antes, como participar en sexo swinger, abrir su relación o ser poliamorosas».
Sin embargo, añade, «relativamente pocos lo practican en la vida real».
Aunque no hay datos posteriores a la pandemia sobre cuántas personas tienen este tipo de acuerdos en sus relaciones, una investigación canadiense de 2019 sitúa la cifra en alrededor del 4%, y una cifra similar surgió en un estudio estadounidense de 2018.
Levinson cree que esto puede deberse en parte a una percepción arraigada de que las relaciones abiertas se consideran en general como «no saludables».
Entre sus colegas terapeutas, Levinson ha observado que muchos todavía ven a la «díada» o «burbuja de pareja» como la «única forma viable de tener un apego seguro», señala.
Ella siente que estas actitudes pueden «hacer que las personas sientan que esta es una opción viable para ellos».
Las creencias religiosas también pueden disuadir a las personas de entablar relaciones sexuales y/o de noviazgo con más de una persona a la vez, al igual que las normas culturales de ciertas comunidades.
Aun así, Winston ve que las personas, en particular los millennials y los centennials, continúan alejándose de la idea de que una pareja puede satisfacer todas sus necesidades (algo que fomenta el concepto tradicionalmente monógamo del matrimonio).
Ella apunta a más amigos platónicos que deciden vivir y ser padres juntos, así como a la disminución de las tasas de matrimonio, para sugerir un posible cambio social futuro en la forma en que las personas se involucran entre sí.
«La gente se está diversificando más para crear las relaciones que tienen más sentido para sus vidas», dice.
Si bien Levinson está de acuerdo en que habrá un aumento continuo en las «estructuras de relaciones creativas» por razones similares, no cree que se convierta en un fenómeno global. Demasiadas culturas en todo el mundo presentan desafíos para las personas que esperan abrir sus relaciones, y el tabú sigue prevaleciendo en el mundo.
El jefe de comunicaciones globales de OkCupid, Michael Kaye, tiene una opinión diferente.
«Los comportamientos que vemos entre las personas que se encuentran hoy han existido desde siempre. Pero las personas se están volviendo más abiertas y transparentes sobre cómo identifican (y) lo que quieren en una relación. Creo que con cada año que pasa, nos volvemos un poco menos críticos con los demás», dice.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-62471280