Exploramos quién está ganando y qué podría suceder después.
Adán Satariano / Pablo Mozur / The New York Times
Llevamos un año informando sobre este tema desde siete países.
A medida que avanza la inteligencia artificial, muchas naciones temen quedarse atrás.
La urgencia es comprensible. La IA está mejorando rápidamente. Pronto podría transformar la economía global, automatizar empleos, impulsar la investigación científica e incluso cambiar la forma en que se libran las guerras. Los líderes mundiales quieren que las empresas de su país controlen la IA y quieren beneficiarse de su poder. Temen que si no construyen una IA poderosa en casa, terminarán dependiendo de las creaciones de un país extranjero.
El nacionalismo de la IA (la idea de que un país debe desarrollar su propia tecnología para servir a sus propios intereses) se está extendiendo. Los países han promulgado nuevas leyes y regulaciones y han formado nuevas alianzas. Estados Unidos, tal vez el país mejor posicionado en la carrera mundial de la IA, está utilizando la política comercial para privar a China de microchips clave. En Francia, el presidente ha elogiado a una startup centrada en chatbots y otras herramientas que se destacan en francés y otros idiomas distintos del inglés. Y en Arabia Saudita, el príncipe heredero Mohammed bin Salman está invirtiendo miles de millones en el desarrollo de la IA y cerrando acuerdos con empresas como Amazon, IBM y Microsoft para convertir a su país en un nuevo centro importante.
“Debemos estar a la altura del desafío de la IA o corremos el riesgo de perder el control de nuestro futuro”, advirtió un informe reciente del gobierno francés.
En el boletín de hoy explicaremos quién está ganando y qué podría suceder a continuación.
El impacto de ChatGPT
La carrera por controlar la IA comenzó, en parte, con un juego de mesa. En 2016, las computadoras fabricadas por DeepMind de Google ganaron partidas de alto perfil en el juego de mesa Go, lo que demostró un gran avance en la capacidad de la IA para comportarse de manera similar a la humana. Pekín tomó nota. Los funcionarios chinos reservaron miles de millones y elaboraron una política para convertirse en un líder mundial en IA. Los funcionarios integraron la IA en el vasto sistema de vigilancia del país, lo que le dio a la tecnología un sesgo singularmente autoritario.
Aun así, las mejores empresas de China se vieron sorprendidas por el lanzamiento de ChatGPT por parte de OpenAI en 2022. Las empresas se apresuraron a ponerse al día. Han logrado algunos avances, pero la censura y las regulaciones han obstaculizado su desarrollo.
ChatGPT también inspiró a más países a sumarse a la carrera. Empresas de los Emiratos Árabes Unidos, India y Francia han recaudado miles de millones de dólares de inversores, con distintos grados de ayuda estatal. Los gobiernos de diferentes naciones han proporcionado subsidios, financiado plantas de semiconductores y erigido nuevas barreras comerciales.
La ventaja de Estados Unidos
Estados Unidos tiene ventajas que otros países aún no pueden igualar. Los gigantes tecnológicos estadounidenses controlan los modelos de inteligencia artificial más potentes y gastan más que las empresas extranjeras para construirlos. Los mejores ingenieros y desarrolladores todavía aspiran a una carrera en Silicon Valley. Pocas regulaciones impiden el desarrollo. Las empresas estadounidenses tienen el acceso más fácil a los preciados chips de inteligencia artificial, en su mayoría diseñados por Nvidia en California.
La Casa Blanca está utilizando estos chips para socavar la competencia china. En 2022, Estados Unidos impuso nuevas normas que excluyen a China de los chips. Sin ellas, las empresas simplemente no pueden seguir el ritmo.
Estados Unidos también está utilizando los chips como herramienta de presión sobre otros países. En abril, Microsoft colaboró con el gobierno estadounidense para llegar a un acuerdo con una empresa emiratí vinculada al Estado para que le diera acceso a chips potentes. A cambio, la firma tuvo que dejar de utilizar gran parte de su tecnología china y someterse a la supervisión del gobierno estadounidense y de Microsoft. Arabia Saudita podría llegar a un acuerdo similar pronto.
¿Qué viene a continuación?
El desarrollo de la IA está plagado de lecciones del pasado. Muchos países vieron cómo grandes empresas estadounidenses (Facebook, Google, Amazon) transformaban sus sociedades, no siempre para mejor. Quieren que la IA se desarrolle de manera diferente. El objetivo es aprovechar los beneficios de la tecnología en áreas como la atención sanitaria y la educación sin socavar la privacidad ni difundir información errónea.
La UE está liderando la iniciativa de regulación. El año pasado, aprobó una ley para limitar el uso de la IA en ámbitos que los responsables políticos consideraban los más riesgosos para los derechos humanos y la seguridad. Estados Unidos ha exigido a las empresas que limiten la difusión de deepfakes. En China, donde se ha utilizado la IA para vigilar a sus ciudadanos, el gobierno está censurando lo que pueden decir los chatbots y restringiendo el tipo de datos con los que se pueden entrenar los algoritmos.
El nacionalismo de la IA es parte de una fractura más amplia de Internet, en la que los servicios varían según las leyes locales y los intereses nacionales. Lo que queda es un nuevo tipo de mundo tecnológico en el que los efectos de la IA en tu vida pueden depender únicamente de dónde vivas.
Más sobre IA
- Arabia Saudita está gastando miles de millones en potencia informática e investigación en inteligencia artificial .
- Varias empresas chinas han presentado tecnologías de inteligencia artificial que rivalizan con los principales sistemas estadounidenses .
- Los estafadores están utilizando vídeos generados por inteligencia artificial de Elon Musk y otros multimillonarios para engañar a las personas para que compren inversiones falsas.
- Un proyecto de ley para regular la IA está avanzando en la Legislatura de California .
Fuente: https://www.nytimes.com/2024/08/14/briefing/ai-china-us-technology.html