Los Periodistas

La carne que comemos tiene antibióticos, ¿qué hay de cierto? | Comer

A pesar de que existe una idea generalizada de que estos medicamentos acaban llegando a la cadena alimentaria, sí se respetan los límites máximos

No es cierto que los antibióticos se suministren para conseguir que los animales produzcan más carne 
 Getty Images

LAURA CONDE / / COMER / LA VANGUARDIA

Uno de los falsos mitos más extendidos en materia de alimentación es el de que la carne que consumimos -exceptuando, para muchos, la de origen ecológico- tiene antibióticos. Existe una idea generalizada de que en la industria cárnica se suministran antibióticos y hormonas a la ganadería para conseguir que los animales produzcan más carne o para que esta retenga más agua y, por tanto, sea más rentable para el productor. No tiene nada de cierto. «El uso de medicamentos veterinarios está regulado, también el de los antibióticos. Está prohibido su uso con fines promotores del crecimiento, aunque sí se pueden usar cuando hay una indicación terapéutica, cuando haya infección y se tenga que tratar a los animales», explica la nutricionista y tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles.

La resistencia a los antibióticos se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial. Así lo confirma un estudio publicado en la revista The Lancet, que señala que esta provocó más de 1,2 millones de muertes en 2019, mientras que más de 4,9 millones de personas murieron por causas indirectas relacionadas con los antibióticos. El análisis de los datos también mostró que la resistencia a los antibióticos tiene peor impacto en los países de ingresos bajos y medianos. Por otro lado, según datos del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), se estima que, si no se reduce el uso de antibióticos, en 35 años el número de muertes atribuibles a las infecciones multirresistentes alcanzará las 390.000 anuales en España, y la resistencia desbancará al cáncer como primera causa de muerte.

El uso de medicamentos veterinarios está regulado, también el de los antibióticos

Beatriz RoblesNutricionista y tecnóloga de los alimentos

Robles asegura que «cuando se emplea cualquier tipo de medicamento de uso veterinario, la legislación establece unos tiempos de espera, lo que significa que existen unas fechas establecidas para que estos medicamentos no aparezcan en productos de origen animal, como carne, leche o huevos. ¿Se cumplen estas regulaciones? A pesar de que existe una idea generalizada de que estos medicamentos acaban llegando a la cadena alimentaria, lo cierto es que sí que se cumple la legislación. De hecho, tanto la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) como las autoridades españolas del Plan Nacional de Investigación de Residuos (PRAN) analizan muestras todos los años, y el resultado de los análisis siempre confirma que los alimentos cumplen, en su inmensa mayoría, con los límites máximos de residuos aceptables». 

Robles explica que precisamente el último informe de la EFSA señala que de las más de 104.000 muestras analizadas solo un 0,4% eran no conformes, es decir que superaban los límites máximos de residuos. «En este sentido, podemos estar súper tranquilos», explica la tecnóloga de los alimentos.

Cerdos en una macrogranja
Cerdos en una macrogranja  CLV

Así lo confirman, además, diversos estudios científicos. Según una investigación publicada por el Instituto Nacional Holandés de Salud Pública y Medio Ambiente (RIVM) las personas que comen carne frecuentemente no presentan mayores cantidades de betalactamasa de amplio espectro (ESBL) –las enzimas responsables de que ciertas bacterias sean resistentes a los antibióticos– que las personas vegetarianas. Otro análisis, en esta ocasión de TESTACOS, un proyecto de investigación del programa Interreg POCTEFA, liderado desde el instituto Agroalimentario de Aragón, señala que tan solo un 0,1% de las 5.000 muestras de carne comercializada analizadas en las ciudades de Perpiñán, Toulouse, Bilbao, Logroño y Zaragoza muestran una presencia de antibióticos superior al límite máximo de residuos recomendado.

La FAO, por su parte, alertó con motivo de la Semana Mundial de la Concienciación sobre los Antimicrobianos 2020 de que «el uso de pesticidas, fungicidas, herbicidas y antibióticos es común en el sector agroalimentario, pero si no se utilizan adecuadamente representan un peligro que puede aumentar la resistencia a los antimicrobianos». De hecho, este organismo indica que «la resistencia a los antimicrobianos se está dando a un ritmo cada vez mayor. En los últimos años, el fracaso de antibióticos y otros medicamentos que salvan vidas ha ido en aumento».

La resistencia a los antimicrobianos se está dando a un ritmo cada vez mayor

Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

La OMS, por su parte, «recomienda firmemente una reducción general del uso de todas las clases de antibióticos de importancia médica en los animales destinados a la producción de alimentos, incluida la restricción completa de estos fármacos para estimular el crecimiento y prevenir enfermedades sin diagnóstico previo». Este organismo señala que «solo se debería administrar antibióticos a animales sanos para prevenir una enfermedad si esta ha sido diagnosticada a otros animales de la misma cabaña o población de peces».

Robles señala, en este sentido, que el problema de los antibióticos no es tanto que lleguen a los productos de origen animal sino, como determina la FAO, que se usen inadecuadamente. «Como ocurre con la sanidad humana, cuando nos prescriben un antibiótico para una dolencia que no se debería prescribir, o cuando no nos acabamos la caja, es cuando pueden aparecer resistencias bacterianas. Eso provocará que más tarde no tengamos un tratamiento terapéutico para esas bacterias, y eso sí que supondría un problema: quedarnos sin antibióticos para tratar determinadas enfermedades porque hayan aparecido bacterias muy resistentes».

Horizontal
La OMS alerta del peligro del abuso de los antibióticos  Terceros

La creencia generalizada de que buena parte de la responsabilidad de la resistencia a los antibióticos se encuentra en el sector ganadero ha dado lugar a una creciente demanda de productos de origen animal de procedencia ecológica. Esto se debe, según Robles, a un desconocimiento de buena parte del público sobre qué significa exactamente consumir un producto eco. 

«En primer lugar, cabe destacar que desde un punto de vista nutricional no existen diferencias entre una carne ecológica y una que no lleve el sello eco. Que una carne o cualquier otro producto sea ecológico significa que los animales deben tener una alimentación determinada y criarse en un espacio determinado, pero no significa que la ganadería sea siempre extensiva o que los animales estén alimentados solo de pasto», señala la experta. 

Desde un punto de vista nutricional no existen diferencias entre una carne ecológica y una que no lleve el sello eco

Beatriz RoblesNutricionista y tecnóloga de los alimentos

Para Robles, más que fijarnos en la procedencia ecológica de las carnes – «puede que estemos comprando una carne que viene de Argentina, que deja una huella de carbono inmensa pese a llevar el sello eco»-, deberíamos tener en cuenta otros aspectos, tanto si queremos cuidar la salud como el medio ambiente. «Deberíamos informarnos sobre la proximidad, que el animal se haya criado cerca, si la cría ha sido en extensivo, si se ha alimentado con pastos y otros aspectos que tienen que ver con la sostenibilidad y el bienestar animal», concluye Robles.

Sin embargo, un estudio publicado por la EFSA en 2018 a partir de más de 84.000 muestras de alimentos, revela que mientras un 4% de los alimentos convencionales superaban el límite máximo de residuos (LMR), en los ecológicos la cifra se reducía a 1,3%, un porcentaje «significativamente más bajo», según la institución.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/comer/tendencias/20220223/8072923/carne-comemos-antibioticos-que-hay.html

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio